Larvas de abeja influyen en la cantidad y calidad del pecoreo

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Larvas de abeja influyen en la cantidad y calidad del pecoreo

De acuerdo a una investigación llevada a cabo por la Universidad de Arizona, la Universidad de Maryland -ambas de EE.UU.- y el Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas de Francia, las feromonas liberadas por las larvas de abeja son utilizadas como guía por las abejas adultas para determinar su comportamiento de pecoreo [conducta de las abejas obreras que recolectan polen y néctar de la flora apícola]. 

Foto: Shutterstock.com

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Y es que las larvas de las abejas presentan distintas necesidades a lo largo de su desarrollo, las que expresan a través de señales químicas que afectan el comportamiento de sus nodrizas. En concreto, a medida que las larvas crecen, su alimentación va cambiando al igual que sus señales.

Lo anterior pudo ser comprobado gracias a la investigación publicada en la revista científica Animal Behaviour, la que demostró que las abejas adultas pecorean alimentos en función de los cambios en las señales de feromonas de las larvas.

Por ejemplo, cuando las abejas están expuestas a larvas más jóvenes, llevarán polen más rico en proteínas. Esto, debido a que la proteína del polen activa las glándulas que producen el alimento para el desarrollo de las larvas. La calidad y cantidad de ese alimento cambia de acuerdo a la edad y casta de las larvas.

Cabe señalar que las abejas nodrizas alimentan a la larva que será reina con una dieta rica en proteína y azúcar durante su desarrollo. Mientras que para las larvas obreras dividen su alimentación en dos partes.

A las larvas más nuevas, se les alimenta con abundante proteína, mientras que a las larvas de mayor edad, éste se les restringe para darles una mayor cantidad de azúcar. Esto se debe a que la alimentación inicial con proteína permite que aumenten rápidamente de peso, mientras que las larvas más desarrolladas necesitan de carbohidratos para completar su desarrollo.

Asimismo, los investigadores también descubrieron que muy pocas abejas regresan sin alimento a la colmena, un hecho que podría tener cierto impacto en el negocio agrícola.

En relación a lo anterior, quedó en evidencia que las larvas nuevas emiten un compuesto volátil llamado e-beta ocimeno y cuando una colonia es expuesta a esta feromona, más pecoreadoras dejan la colmena para buscar alimento.

De esta manera, los investigadores notaron que en las colonias expuestas a este compuesto regresa el doble de pecoreadoras con alimento (polen), aumentando significativamente la cantidad recolectada en comparación con las colonias testigo.

Este descubrimiento ofrece a los apicultores una nueva forma de mejorar los servicios de polinización, ya que las colonias suplementadas con larvas jóvenes o con feromonas podrían recolectar de manera más activa el polen y visitar mayor cantidad de flores mientras consiguen su alimento.

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