En el marco de su visita a Chile, Murray Malone, gerente de Desarrollo de Turner & Growers (T&G), hace un análisis con respecto a la industria chilena del kiwi y explica la influencia que ejerce Zespri en el mercado mundial.

Murray Malone, es uno de las personas que más sabe de la industria del kiwi a nivel mundial, por su cargo como gerente de Desarrollo de la empresa neozelandesa T&G. Por lo mismo, conoce y crítica la forma de actuar de la empresa Zespri.

Con respecto a la influencia que ejerce Zespri en el mercado mundial, Murray Malone comenta que la forma de operar de la empresa se basa, en primer lugar, en tener el monopolio del mercado neozelandés, es decir, controlar todas las exportaciones de ese país; y en segundo lugar en evitar la entrada de países exportadores, tales como Chile, a otros mercados, como el coreano. “Zespri opera como un monopolio, para tener la total posesión del mercado”, asegura Malone. El ejecutivo comenta que, en el caso del kiwi chileno, no existe una razón puntual por la que Zespri no permite que Chile entre a otros mercados. Sin embargo, sí hay una intención de perjudicar a la industria chilena. “Hay que entender que ellos dominan el mercado de tal forma, que los otros exportadores no pueden acercarse, ya que no hay ninguna forma de que igualen el gasto de promoción que paga Zespri. De esta forma, el kiwi chileno nunca va a poder competir con Zespri, en Corea, en partes de Asia y Europa”, explica Malone.

Con respecto a la industria nacional, Murray es enfático en señalar que es fundamental que la industria adopte los principios generados por el Comité del Kiwi (CDK), porque al trabajar en conjunto se logran grandes cosas. “Al trabajar con el Comité, la imagen del kiwi chileno va a mejorar, pero sin gastar millones de dólares en promoción, como lo hace Zespri. Ustedes pueden crear la reputación en base a su consistencia. De esta forma podrán demostrarle al mundo que Chile puede ofrecer kiwis iguales o mejores que los comercializados por Zespri”, acentúa el gerente de T&G.

Por su parte, destaca las acciones que el CDK ya ha realizado. “El trabajo del Comité ya ha mostrado beneficios, ya que gran parte de los exportadores chilenos se dan cuenta de que la fruta está mejorando, hay un mejor nivel de producción y postcosecha, y ha mejorado enormemente la consistencia del kiwi. Y Chile puede producir un excelente kiwi, con un alto nivel de azúcar y de materia seca, producto de las condiciones climáticas”, asegura Malone. Asimismo, las condiciones de almacenaje son buenas. “Antes no había uniformidad para abordar la calidad chilena, pero ahora, con el CDK y con las iniciativas que está tomando, todo está cambiando”, completa.

La demanda de T&G a Zespri

En cuanto a la influencia de Zespri, Murray comenta que T&G ha presentado varias demandas, porque la entidad ha desarrollado una suerte de obligación legal; esta consiste en que todo productor neozelandés firme con ellos un contrato de lealtad, el que establece que sus kiwis serán vendidos sólo a ellos. Por ello, se les paga un monto adicional alto, que va desde 5 a 15 centavos por caja recibida. Esto, de cierta forma, obliga a los productores a seguir ligados a la empresa. Por otra parte y en caso que los productores quieran terminar con el contrato, el mismo los obliga a seguir abasteciendo a Zespri durante dos años más, pero sin recibir el monto acordado. “La situación que viola el Código de Comercio, sitúa a los productores en una posición incómoda, injusta e ilegal”, asegura Malone. “Legalmente el acuerdo no es obligatorio, sin embargo, los productores no tienen otra opción”, agrega.

Por ello, decidió interponer una demanda que busca poner fin a esta práctica. “Nosotros tenemos un comunicado de Zespri que comprueba todo esto. Hemos presentado estos temas ante el poder judicial, y será la Corte neozelandesa quien tome una decisión”, confidencia Malone.

Sumado a ello, sostiene que tanto su empresa como las otras productoras, están trabajando en desarrollar nuevas variedades de kiwis, pero que a raíz de este monopolio, todos sus esfuerzos resultan en vano ya que el único canal de exportación a través del cual se pueden validar las variedades es Zespri.  “Los productores tenemos que tener la libertad de exportar nuevas variedades de kiwi. Debería haber una ley que permita comercializar las nuevas variedades sin restricción alguna”, señala el ejecutivo.

Adicionalmente, Malone señala que Zespri no es realmente una cooperativa, condición que le permite ser beneficiaria de la exclusividad de exportar, siendo el único y último caso que existe en la agricultura mundial. Por esta razón T&G ha hecho ver a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que el gobierno de Nueva Zelanda comete una arbitrariedad, ya que el 30% de los agricultores neozelandeses no pertenece a Zespri. Adicionalmente, existen accionistas de Zespri que no son productores, incluso hay empresas transnacionales que poseen acciones. Por esta y muchas otras irregularidades que atañen a Zespri, T&G reclama al gobierno y a la OMC su derecho de exportar por sí mismo.

Fuente: Comité del Kiwi