Chile: Gobierno y agricultores afinan proyecto de ley de adaptabilidad laboral
Propuesta incluye flexibilidad de las jornadas y un aumento de horas extras con mayor pago, aspectos que serán negociados entre trabajadores y empleadores.
Tras años de discusión y negociación entre trabajadores y empresarios agrícolas, el proyecto de ley de adaptabilidad laboral, que introduce y regula las faenas del temporero en el Código del Trabajo, está cerca de entrar al Congreso.
Según explicó el subsecretario del Trabajo, Bruno Baranda, en las próximas semanas el ministerio recibirá la propuesta final que entregarán trabajadores y empresarios del sector, que ya fue visada en sus lineamientos centrales por el Ejecutivo. Tras esto, el Gobierno demoraría no más de 30 días en enviar el documento para discusión parlamentaria. La iniciativa contempla la incorporación de un estatuto específico en el Código del Trabajo para el temporero agrícola, y la figura de la negociación pactada entre empleadores y trabajadores para acordar el régimen laboral que aplicarán dentro del predio.
Según el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultores (SNA), Luis Mayol, el proyecto busca regularizar una serie de informalidades que hoy se registran en el sector. Esto, debido a que en la agricultura se manejan distintos horarios de trabajo -como es el caso de las lecherías, donde el proceso de extracción del insumo se puede dar en la madrugada- lo que en algunos casos provocaba reestructuraciones de las jornadas al margen de lo que estipula el citado Código.
La situación descrita anteriormente derivaba en que no se realizaban algunos contratos, o simplemente, que en caso de accidente de algún trabajador en horarios fuera de la jornada ordinaria que estipula la ley laboral, quedaban sin cobertura. Esto perjudicaba a la postre al temporero.
El documento incluye una flexibilización de los horarios de trabajo, aumentando en ocho las horas extras a la semana, con un tope de 24 horas adicionales al mes. Estas serán remuneradas un 75% por sobre el pago de la jornada ordinaria. A su vez, se otorgará cobertura a cualquier horario para todo tipo de accidentes.
El Estado, en tanto, dividirá los ingresos de los temporeros en 12 meses y no en las tres últimas liquidaciones para evaluar si estos trabajadores son aptos para recibir beneficios sociales. Esto porque varios temporeros suman grandes ingresos en pocos meses, lo que distorsiona su realidad social para optar a subsidios.
Cada uno de estos puntos serán negociados entre empresarios y trabajadores. Estos últimos, en caso de no contar con un sindicato, elegirán hasta cinco delegados -dependiendo del número de temporeros- que los representarán en la mesa de negociación. En el Gobierno miran este proyecto como un ejemplo para ser aplicado en otros sectores productivos donde existe la necesidad de adaptar la regulación a la realidad laboral de los trabajadores de industrias como el turismo y servicios.
Baranda explica que la iniciativa está lejos de buscar una precarización de los regímenes de trabajo de los empleados. Por el contrario, persigue mejorar la relación laboral, la calidad de vida de los temporeros y la competitividad del sector.
Fuente: El Mercurio