Chile: Ex director del INIA habla sobre acusaciones en su contra

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Chile: Ex director del INIA habla sobre acusaciones en su contra

Acusa un déficit operacional promedio de $1.045 millones por año desde 2004

“El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) enfrenta una grave crisis económica, producto de los altos costos operacionales y de los recursos humanos. Estos problemas se deben a que los costos operacionales del INIA superan los ingresos operacionales desde año 2004, generando generando déficits operacionales promedios de $1.045 millones por año”.

Así comienza una carta enviada a www.portalfruticola.com por el ex director del INIA Guillermo Donoso, para aclarar las decisiones tomadas durante su gestión, la cual ha sido duramente criticada las últimas semanas.

Recientemente la Cámara de Diputados aprobó un informe elaborado por la Comisión de Agricultura en el cual, se aseguró la existencia de “graves falencias en el manejo administrativo”, responsabilizando a Donoso.

Desde el cargo de profesor titular del Departamento de Economía Agraria de la Universidad Católica, aclara que al asumir la Dirección Nacional heredó de administraciones pasadas fuertes “mermas económicas” y con ello, “la dificultad para operar, por lo que reestructurar el instituto fue  una necesidad para permitir su viabilidad futura”.

Respecto del déficit operacional del INIA, Donoso detalló en su carta que la principal consecuencia fue el endeudamiento de la institución con los proyectos de investigación que a diciembre de 2009, totalizaban $4.220 MM.

“Esta consecuencia implica una menor ejecución presupuestaria de los proyectos de investigación y el incumplimiento de los objetivos de investigación, producto de lo cual el INIA ha tenido que devolver fondos no ejecutados y, en casos más serios de no cumplimiento contractual de manejar los fondos exclusivamente en el proyecto, la Contraloría General se encuentra realizando un sumario que llevará a un cierre definitivo de uno de los proyectos de investigación.  Es decir, no se logran los objetivos estratégicos del INIA”, detalla en la carta.

Donoso explica que para reducir el déficit a partir de junio de 2010 el INIA se concentró en la búsqueda de economías de escala, transformación de diferentes componentes de costos fijos, en variables y otras acciones que permitieran una gestión eficiente (…) Sin embargo, es importante destacar que todas estas acciones atacan sólo el 20% del problema; el 80% del gasto del INIA se encuentra en el personal”.

La carta continúa explicando que por ello, se realizó una evaluación de los profesionales del INIA analizando su productividad científica y su compromiso con la institución: “Los profesionales mal evaluados (evaluación bajo 4,0 en una escala de 1 a 7) fueron desvinculados.  El total de profesionales desvinculados en septiembre de 2010 asciende a 29”.

La decisión fue tomada en base a una baja productividad científica. Al respecto, Donoso explica que algunos de los funcionarios no realizaron investigación en los últimos diez años y no presentaron comunicaron sus resultados a través de publicaciones científicas y otros medios de transferencia o extensión: “El costo de formar estos profesionales altamente capacitados es un costo hundido, y lo que corresponde es preguntarse si la agricultura nacional puede darse el lujo de que el INIA no sea productivo y no cumpla su objetivo de generar innovaciones para la agricultura por poseer profesionales altamente calificados que no investigan y por ende no generan innovación para la agricultura”.

El ex director nacional especificó que “el costo de estas desvinculaciones será recuperado en dos años y en adelante se reduciría el déficit en alrededor de $ 1.300 MM anuales”.

Distribución y venta de semillas

La multiplicación, distribución y venta de semillas es una de las actividades comerciales del INIA respecto de la cual Donoso también se refirió: “Dado los altos costos de producción del INIA, debido a ineficiencias técnicas, se evaluaron diversas alternativas más rentables”. Una de ellas fue la eventual asociación con una empresa privada para la comercialización de semillas de trigo que el INIA produce y de las cuales mantiene la propiedad intelectual.

La propuesta fue rechazada por el Consejo del INIA, acordando analizar los procesos de producción: “No se acogió debido a la percepción que si el INIA llegase a ser eficiente en este negocio, sería más rentable para el INIA mantener esta actividad comercial en vez de externalizarla.  Sin embargo, esto requiere de cambios estructurales profundos para que esta actividad deje de ser ineficiente técnica y económicamente. Por ende, el Consejo del INIA estuvo siempre informado de las conversaciones”.

La misiva de Guillermo Donoso finaliza señalando que la “velocidad del cambio” es uno de los factores que más están impactando la agricultura: “Los cambios en la política económica nacional e internacional y en las estrategias de desarrollo, tanto en los países demandantes de productos agrícolas chilenos como en los competidores, están generando un rápido cambio de escenario”.

Enfatiza que para tener una agricultura competitiva y sustentable en el tiempo, se requiere de una capacidad de “innovación permanente”: “En este contexto, se presentan desafíos y oportunidades a la investigación y desarrollo tecnológico, para generar  resultados que contribuyan a tener productos.  Estamos en una economía globalizada manejada por la tecnología en donde sólo aquellos que innovan podrán crear las instituciones ágiles que sobrevivirán en el próximo milenio.  La agricultura que no tenga capacidad de reacción, está destinada a morir.  El INIA requiere, entonces, de un proceso de renovación de las capacidades de investigación, impulsado por un espíritu innovador basado en la creación de conocimiento”.

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