Agrotecnia: Proyecto busca herramientas para prevenir el cáncer bacteriano en huertos de cerezos
Muchas enfermedades cuentan con herramientas que permiten controlar o incluso eliminarlas de los huertos, permitiendo salvar la fruta y por supuesto, la temporada. El cáncer bacteriano, sin embargo, es un enemigo presente en todos los huertos de cerezos que amenaza constantemente.
Es por esta razón que el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Chile, INIA, está llevando a cabo una importante labor con su proyecto “Transferencia tecnológica y los problemas de cáncer bacteriano en cerezo”, el cual busca conocer mejor esta bacteria, conseguir una mejor herramienta de prevención e idealmente algún grado de control.
Sobre esto y la enfermedad, en Portalfruticola.com, hablamos con Gamalier Lemus, ingeniero agrónomo e investigador del INIA y director de dicho proyecto.
"El cáncer bacteriano, es una enfermedad que tiene la misma connotación como lo conocemos en la salud humana, es el principal problema que afecta al cerezo", describió el experto.
“Chile es uno de los países que tiene cerezos más afectados por la enfermedad. Estados Unidos, Turquía o Italia que tienen grandes superficies de cerezos, tienen proporcionalmente menos existencia de la enfermedad que en Chile”.
“Esta enfermedad la produce una bacteria que tiene la facultad de estar siempre presente en los huertos y cuando se dan ciertas condiciones ambientales, esta bacteria que convive con el árbol, se convierte en un agente dañino para la planta”.
La bacteria, Pseudomonas syringae, es un habitante normal del ambiente, se encuentra en las malezas del huerto, en las hojas del cerezo, y un mismo huerto puede tener tanto plantas sanas como enfermas.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta, ¿por qué algunas plantas se enferman y otras no?
Pues bien, según explicó Gamalier Lemis, por una parte, hay un factor genético de sensibilidad en la planta.
Además, es una bacteria que se propaga a través del aire, por lo que aves, maquinarias, movimientos humanos, pueden propagarla de forma pasiva, sin embargo, se gatillará la enfermedad cuando se den las condiciones ambientales.
“Está muy estudiado en Chile que los años en que hay heladas en primavera o a fines de invierno, hay más prevalencia a la enfermedad que si no hay heladas”, indicó.
La bacteria tiene como característica verse muy favorecida cuando hay presencia de agua libre, ya que tiene flagelos y nada en estas aguas, propagándose fácilmente en zonas húmedas.
Gamalier señaló que si tenemos suelos en los cuales la planta tiene problemas para crecer y desarrollarse, ésta crecerá débil y a la llegada del invierno, es muy probable que se enferme a causa de cáncer bacteriano.
La forma en que esta bacteria ataca a las plantas es comenzando por destruir la madera, así los vasos conductores se ven interrumpidos impidiendo que llegue agua y nutrientes por lo que las ramas se empiezan a secar, provocando que el árbol pueda morir.
Sobre esto, Gamalier añadió que en los huertos jóvenes los árboles son más propensos a morir por completo que en huertos más viejos.
Medidas de prevención y proyecto de INIA
No existe una herramienta que elimine el cáncer bacteriano, pero sí se puede prevenir la entrada. Actualmente, lo que más se utiliza son las sales de cobre, que al aplicarlas de forma preventiva evitan o disminuyen el acceso de la bacteria al interior de la planta.
El objetivo del proyecto es comparar el uso de las sales de cobre con otras alternativas que se podrían manejar en el mercado.
Al respecto, Lemus comentó que el ideal es lograr tener alguna alternativa menos contaminante que el cobre, ya que éste puede suponer una barrera a la hora de exportar.
Por otro lado, conseguir una herramienta química o biológica que permita prevenir mejor la enfermedad.
Este 2017 se dio inicio al proyecto el cual se extenderá por tres años.
Cabe destacar que las pérdidas no sólo se ven en la muerte de árboles completos, ya que a veces muere una rama, provocando que la planta disminuya su vigor y rendimiento.
Fotografías: Pnwhandbooks.org