Argentina: Mejorar la productividad y calidad
A pesar de que la Argentina cuenta con condiciones naturales óptimas, recursos humanos, infraestructura y conocimientos tecnológicos necesarios para abastecer el mundo, el sector frutícola no ha mostrado el dinamismo necesario para sostener la posición de liderazgo internacional.
¿Por qué Argentina pierde participación en el comercio mundial respecto de sus competidores del hemisferio sur? La explicación, según economistas del Ieral, hay que buscarla en el análisis de variables del ámbito local. Las dos principales son la baja productividad, medida a partir de la cantidad de plantas por hectárea, y la pobre calidad de la fruta, tomando en cuenta la cantidad que se envía a la industria (descarte).
En cuanto a la primera, se destaca que menos de la mitad de las plantaciones tienen más de 1.200 plantas por hectárea. Respecto de la segunda de las variables mencionadas, hay que tener en cuenta que en los años 2007/10 el promedio de la producción de manzanas que tuvo como destino la industria –principalmente la elaboración de jugos– alcanzó el 48%. Este promedio en otros países arroja un 30% en Chile, un 25% en Nueva Zelanda y un 30% en Sudáfrica. El caso de las peras es distinto debido a que son muy demandadas en el exterior.
En virtud de lo anterior, Mariano Saritzu, economista de la filial Comahue del Ieral, señaló que para poder revertir la caída de la participación de la fruta argentina en las mesas del mundo es necesario iniciar un plan de reconversión de chacras viejas, apuntando a una mayor densidad de plantación, con variedades más demandadas en el exterior. Esto permitiría producir frutas de mayor calidad para exportar, incrementando los ingresos tanto de las empresas como de los productores.
La actual coyuntura que atraviesa el sector se caracteriza por un importante incremento en los costos FOB (lo que cuesta llevar una caja de fruta a los puertos argentinos). Entre el 2007 y el 2010 la variación de los mismos fue del 43%, señaló el economista. Añadió que el aumento se explica fundamentalmente por la recomposición de los salarios, dado que éstos representan el 60% del costo de exportar una caja de fruta. En el 2010 un haber mensual equivalía al costo de 60 cajas.
En un sector donde los precios son exógenos y los costos van en aumento (salarios, insumos, logística) la rentabilidad cae. Si a esto se suman el encarecimiento y la escasez de créditos, se torna muy difícil mantener el nivel de inversión. Al no poder reconvertir variedades ni aumentar la densidad de plantas tampoco se logra un aumento de productividad y, por ende, se elimina uno de los caminos para recuperar competitividad y rentabilidad. El resultado es que ni las exportaciones ni el empleo aumentan.
Resolver el problema de competitividad es el camino propuesto por el Ieral para romper ese círculo vicioso. Para ello sugiere actuar sobre cuatro ejes centrales: eliminación de las retenciones a las exportaciones, tratamiento fiscal diferencial para el sector, menor carga sobre el costo salarial y financiamiento de la inversión acorde con los tiempos de recupero de la actividad.
Fuente: Rionegro.com.ar