En el cierre de la temporada y en momentos de balances, la Secretaría de Fruticultura de Río Negro presentó al gobernador Alberto Wereltineck el plan de desarrollo del sector para los próximos años. Con el cambio de gestión y la trágica muerte de Carlos Soria de trasfondo, el programa llega en momentos en los que el ciclo virtuoso de la posconvertibilidad parece estar agotado, con denuncias de quebranto de parte de empresas y quejas sobre precios por el suelo de parte de los productores.  Al interior de una cadena compleja y con intereses a menudo cruzados, el programa diagramado por el subsecretario de Fruticultura, Oscar Rolo, pone el eje en una ley de transparencia para el negocio, aspira a mejorar la competitividad a través de diversos mecanismos y hace foco en el asociativismo.

Transparencia

Según pudo saber E&E, el principal cambio al que se apunta es a aprobar una ley de transparencia que arroje luz sobre toda la cadena y equilibre la relación de poder entre empresas y productores. Se propone que esa normativa se consensúe con Neuquén o bien se supere si se logra un marco nacional.

El proyecto, basado en la ley PACA de Estados Unidos, aspira a obligar a la firma de contratos entre productores y empresas que establezcan plazos de pagos y porcentajes estimados de descarte. Se hará a través de un mecanismo de licencias, que permitirá sanciones en caso de no cumplir con las disposiciones.  Las jugueras también estarán incluidas en estas disposiciones.

A su vez, en materia precios, se proponen dos caminos: establecer un valor de antemano para la transacción, o bien sujetarse a una matriz de precios ya determinada a través de dos paritarias anuales entre comercializadores y productores. Para este último punto, se busca poner en marcha un sistema minucioso de trazabilidad física y de precios, para poder llegar a los intersticios de la cadena.

Un proyecto similar en su espíritu aunque con algunas consideraciones distintas presentó la bancada del MPN en el Congreso Nacional días atrás.

Diagnósticos

En el diagnóstico del equipo de trabajo de la Secretaría de Fruticultura se reconocen los problemas de competitividad del sector, pero se apunta a mejorar la productividad. Se plantea, en esta línea, que las políticas cambiarias no son las únicas posibles para revertir esta situación. Explican que cualquier cambio de ese orden es potestad de Nación y descartan la posibilidad de una devaluación aunque no de la creación de un tipo de cambio diferencial.

De todas formas, enumeran una serie de políticas que sí puede llevar a cabo la provincia como la creación del mencionado sistema de trazabilidad. También impulsar medidas que aumenten la productividad y el valor agregado en origen, contemplando la diversificación productiva. Esto incluye medidas impostitas que estén al alcance de la provincia.

Se agrega también como visión la necesidad de desuniversalizar los subsidios para que queden atados a metas y resultados.

Asociativismo

Otro de los puntos que propone el plan frutícola es fomentar el asociativismo para contrarrestar la debilidad de los productores independientes. Se trata de un punto complejo porque debe batallarse contra años de “solipsimo productivo”, fomentado quizás por la propia lógica del sistema.

Se anotan en este ítem, a modo de grandes temas, el fortalecimiento de las organizaciones que representan a los productores (específicamente la Federación) y el apoyo a la creación de nuevas cooperativas, entre otros puntos.

Fuente: www.lmneuquen.com.ar