Mientras la Ciudad de Buenos Aires se preparaba para vestir al Obelisco color malbec como parte del festejo de su día, en simultáneo con 45 de ciudades de todo el mundo, ayer se conocieron algunos datos como para pintar su situación en los mercados que, entre otras cosas, destacaron el crecimiento del consumo de esta variedad sin dejar de reconocer que aún queda mucho por hacer en la promoción de un producto que cotiza en alza.

Anticipándose a la celebración -y con el Yacht Club de Puerto Madero como escenario elegido- la conducción de Wines of Argentina (WofA), el órgano responsable de su difusión internacional, hizo un balance de su evolución durante la última década con el compromiso de incrementar acciones para consolidar el crecimiento alcanzado, que sólo entre 2007 y 2011 llevó a que el consumo total aumentara alrededor de un 50% con presencia en la mayoría de los mercados del vino argentino, un mejor precio promedio y una mayor producción que tiene su correlato favorable para quienes apostaron a la variedad ícono de Argentina: tener una hectárea de malbec es cada vez más negocio porque reditúa casi u$s 9.000, más del doble que hace cuatro años y, además, todo lo que se elabora, se vende.

Luego de agradecer el apoyo de la Cancillería y de las mismas bodegas para hacer posible el Malbec World Day por cuarto año consecutivo, considerándolo entusiastamente "casi como una fecha patria", el presidente de WofA, Alberto Arizu (h) destacó varios de esos puntos como los aspectos que explican lo que se evalúa como un fenómeno para el posicionamiento de la vitivinicultura argentina.

Entre ellos que, a pesar de la difícil situación de la demanda de vino en el mercado interno, el varietal que ha sido punta de lanza en la apertura exportadora de fines de los '90 revirtió esa tendencia por sí mismo. De este modo, en los últimos cuatro años su consumo total (mercado interno y externo) directamente se duplicó.

"Se ha logrado identificar al malbec con Argentina, tal como ocurre en otra medida con el sangiovesse en Italia y el pinotage de Sudáfrica, por mencionar otros ejemplos", analizó el bodeguero y ejecutivo de la entidad.

Factores y competencia

Chile y Australia son los países del llamado Nuevo Mundo Vitivinícola dispuestos a emular la experiencia argentina con su propio malbec. No obstante, para las autoridades de WofA el poder de la innovación pesa más que el riesgo de la competencia ya que, según Arizu, "nos va a ayudar a seguir posicionándolo. De todos modos parece alcanzar características en nuestro país que en ningún otro pueden lograrse, además de gran flexibilidad para dar buenas y diferentes expresiones varietales en distintas regiones".

Al mencionar otro factor, de acuerdo al balance de WofA, mucho tiene que ver la fisonomía de la vitivinicultura argentina como diferencial competitivo para ganar mercados con su diversidad de productores y, por lo tanto, de estilos frente al modelo concentrado de otros países.

Como entidad responsable de la marca Vino Argentino en el mundo, era inevitable la consulta acerca de los primeros efectos de la declaración oficial como Bebida Nacional en el exterior. "Es un reconocimiento que el vino se merecía. Si bien por ahora tiene un mayor valor para el mercado interno, identifica a un país que no sólo hace vino sino que también lo bebe", analizó Arizu, quien tampoco dejó de mencionar el rol de contar con "un órgano fuerte de promoción en el exterior".

Por la noche, el malbec cerró su día en un importante evento en Puerto Madero en Buenos Aires del que participaron unas 300 personas. Además de empresarios y políticos, Mendoza estuvo representada por la Reina de la Vendimia de Capital -ciudad del malbec- y su intendente, Victor Fayad.

Fuente: Los Andes