Además de los controles fitosanitarios habituales, hay indicios de una intensificación de las restricciones a la fruticultura en el vecino país. Camiones que transportaban envíos locales tuvieron problemas aduaneros.

Los productores frutícolas mendocinos, en mayor o menor magnitud, empiezan a sentir los coletazos de la decisión del gobierno de Brasil de frenar y, en el mejor de los casos demorar, el ingreso de productos argentinos. Si bien la "traba" se disparó para la uva en fresco al detectarse un cargamento proveniente de San Juan contaminado con la plaga Brevipalpus chilensis, desde inicios de semana se extendió a la manzana, con la aplicación de licencias no automáticas de importación y nuevos controles fitosanitarios que retardan la entrada de pera y de ciruela.

Los consultados por este tema coinciden en que hasta aquí no hay una comunicación oficial (portaría, en portugués) al respecto, aunque -como en otras ocasiones- el problema se vive en la práctica. Y aunque nadie aún pone en duda la existencia de un riesgo para la sanidad vegetal del vecino país, muchos le ven color a represalia ante las trabas a la importación que hace meses activó el Gobierno argentino y que, según se calcula, redujeron un 30% el acceso de productos brasileños.

Lo dicho: la suspensión de las licencias automáticas de importación podría demorar el ingreso de fruta argentina hasta 60 días, según lo admite la Organización Mundial de Comercio, como ya ocurrió en 2010 con el vino que, por ahora, se mantiene a salvo.

"Existe mucha preocupación por lo que parece la contrapartida de Brasil mediante un sistema que tenía inactivo. Desde que se conoció el problema, hemos recibido quejas de al menos dos exportadores con inconvenientes en la frontera", expresó Mario Bustos Carra, de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo que desde hoy prevé monitorear la suerte de la mercadería salida de Mendoza hacia ese destino.

Hasta allí viajaron para tratar de destrabar la situación: el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el canciller Héctor Timerman, como escala previa a Angola, desde mañana destino de una misión comercial argentina.

Luego de un encuentro con su par brasileño Antonio Patriota, el mismo Timerman anunció la formación de una comisión bilateral para analizar los problemas comerciales y resolver, "en un plazo de 120 días, temas puntuales como restricciones en el intercambio" de los productos que incluyen camarones, cítricos y medicinas.

¿Qué pasará hasta entonces? Luego de señalar que los despachos de ciruela están virtualmente frenados, desde la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas (Aspeff), Daniel Brunetti asegura que el contexto "es bastante difícil. Para manzana, desde ahora hay que sacar licencia y la forma de controlar la pera no es la tradicional porque se apartan las cargas y todo el movimiento se retrasa. Esto es algo que obliga a chequear día a día porque nunca se sabe cuándo hay cambios".

A los directivos de la Asociación la novedad los sorprendió, tras reunirse con el ministro de Agroindustria, Marcelo Barg, al que le entregaron un estudio sobre suba de costos y pérdida de rentabilidad.

Mientras tanto, antes de conocerse las trabas, dos camiones con manzanas tuvieron dificultades para entrar, de acuerdo con la entidad. "Esta semana no hubo envíos pero ya planteamos al Gobierno lo que puede significar el cierre transitorio de Brasil. En especial porque si la exigencia es el tratamiento cuarentenario que se le hace a la uva, la fruta no lo resiste", acotó el gerente de Aspeff, Raúl Aruani. Por eso, los exportadores esperan por las gestiones del Senasa ante Agricultura de Brasil.

Fuente: Los Andes