Mucha de la oferta con destino al vecino país será ahora reorientada hacia el mercado interno.

Los desmanejos del secretario de Comercio de la Nación, Guillermo Moreno, comienzan a golpear en forma directa a la fruticultura regional.

Luego de meses de protestas por las continuas trabas que impone la administración Kirchner a las importaciones, el gobierno brasileño tomó la decisión política de responder con "la misma moneda". Es así que varios productos argentinos, entre los que se encuentran las manzanas, quedaron de un día para otro parados en la frontera por cambios en la regulación del comercio exterior aplicados por la administración de Dilma Rousseff.

Los exportadores regionales temen que estas medidas restrictivas se amplíen a las peras, lo que sería catastrófico para toda la producción del Valle de Río Negro y Neuquén.

La gota que rebasó el vaso fue el corte a las importaciones de carne porcina al país. El productor brasileño y exsecretario de Producción y Comercialización del Minis- terio de Agricultura en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, Pedro de Camargo Neto, reclamó una acción "más firme" del gobierno de su país.

"Los funcionarios argentinos saben muy bien que el lugar donde apareció el foco de aftosa está más próximo de Miami que de Florianópolis y que no existe riesgo de diseminación de la enfermedad", dijo según un cable de la agencia DPA. Agregó que la Argentina "no actúa como un socio de Brasil" sino que sostiene "una guerra comercial". Consecuencia de las represalias del vecino país, hace ya casi tres semanas que no salen camiones del Valle con manzanas hacia Brasil, el principal destino de la oferta exportable de frutas de nuestra región.

Según detalla el gerente general de la CAFI, Marcelo Loyarte, cada semana que pasa el Valle pierde en forma directa alrededor de dos millones de dólares por no poder vender la fruta que se encuentra almacenada en las cámaras de frío de la región. (Ver entrevista en recuadro)

Pero esta medida también genera efectos negativos indirectos en la comercialización de fruta en las góndolas locales, aunque todavía es muy temprano para poder cuantificarlos. Mucha de la oferta con destino a Brasil será ahora reorientada hacia el mercado interno, lo que generará mayores presiones sobre éste. (Ver recuadro sobre mercado interno)

El actual escenario, sin dudas, causa mucha incertidumbre dentro de la actividad frutícola, teniendo en cuenta los problemas financieros y de liquidez que hoy enfrenta todo el sistema.

Como se mencionó, Brasil es el destino más importante de nuestra oferta exportable de pomáceas. Durante el año pasado las ventas hacia nuestro principal socio del Mercosur (peras y manzanas) alcanzaron los 200 millones de dólares.

El segundo semestre es clave para este mercado, ya que hasta junio las exportadoras locales colocan la mayor parte de su fruta en los puertos de ultramar (Europa, Rusia y Estados Unidos, entre otros).

Las estadísticas dan cuenta de que en el segundo semestre del 2011 Brasil absorbió el 65% del total de las exportaciones de manzanas argentinas (el 35% restante se colocó durante el primer semestre). Esta misma relación se ubica en el 41% en el caso de las peras que se despacharon del Valle al mercado brasileño en la última parte del año.

Estos datos terminan de confirmar que sin Brasil la producción del Valle se muere.

DESVÍO DEL COMERCIO

Las presiones que están impulsando los costos internos en la actividad determinaron en esta temporada que muchas empresas que hasta ahora no tenían muy en cuenta a Brasil y el mercado interno local comenzaran a desviar su producción hacia estos destinos.

Esto se vio reflejado en la caída de las exportaciones que registraron los embarques hacia ultramar (-35% en lo que va del año) y en la mayor proporción de fruta orientada hacia las cámaras de frío por parte de los productores en busca de un segundo semestre con mejores precios. Hasta ahora Brasil convalidaba los costos internos que tenía el Valle, a lo que había que sumar una paridad cambiaria que permitía ganar en competitividad a la hora de pasar la venta de fruta de reales a pesos argentinos.

Pero estas dos variables "positivas" cambiaron repentinamente en las últimas semanas.

Por un lado se observa que, pese a que la manzana argentina no está ingresando en Brasil, los precios no tienden a subir tal como marcaría el sentido común. "Tenemos mucha fruta en stock que todavía no se pudo vender. El mercado está mostrando falta de demanda y esto hace mucho más lenta la salida de manzanas", señaló un importador brasileño que comercializa la fruta en el mercado mayorista de San Pablo al ser consultado por el tema. Se podría pensar que Chile está compensando esta falta de oferta, pero las estadísticas del vecino país dan cuenta de que muy poca de esta manzana es la que ingresó en mayo al mercado brasileño. Todo parece indicar que los precios en Brasil encontraron un techo que será difícil de perforar.

La otra variable que cambió en muy poco tiempo es la paridad cambiaria. En los últimos sesenta días el real se devaluó cerca del 20%, contra el 3% en que lo hizo el peso argentino en el mismo período, lo que habla de un progresivo deterioro de la competitividad regional.

Según distintos analistas, esta tendencia podría profundizarse aún más durante el segundo semestre del año, teniendo en cuenta la desaceleración que está sufriendo la economía brasi- leña.

Pero para los exportadores del Valle la prioridad ahora es la apertura de la frontera, y tienen todas sus esperanzas puestas en la próxima reunión bilateral que se realizará el 4 de junio. Allí Guillermo Moreno se encontrará con su par brasileño para analizar las medidas restrictivas que hoy afectan el comercio en el Mercosur.

De no llegar a un acuerdo en junio, las negociaciones se trasladarán a octubre, algo que sería muy negativo para la región.

Fuente: Rionegro.com.ar