El humus líquido, es uno de los productos para la agricultura de los que más se está hablando en este momento. Muchos agricultores y profesionales del sector nos preguntan: ¿Es igual de bueno que el sólido? ¿Cuesta más? ¿Por qué funciona? ¿Cuál es la dosificación?
Vayamos por pasos:
En cualquier ecosistema existe una serie de microorganismos llamados descomponedores, responsables de transformar la materia orgánica residual en nutrientes aptos para las plantas. Es decir, cierran el ciclo de materia.
En el intestino de las lombrices (Eisenia phoetida) habitan miles de millones de este tipo de microorganismos descomponedores. Todo el alimento que ingiere la lombriz es procesada por ellos, dando como resultado un abono natural de altísima calidad: el humus de lombriz.
Llegamos, por tanto, a una conclusión importante: la transformación que sucede en el interior de lombriz es microbiológica, no química. De hecho, el auténtico valor del humus de lombriz radica en la vida que contiene, no en su composición química. Éste es un concepto clave, ya que en agricultura tendemos a valorar los productos en función de su contenido en elementos como el nitrógeno, fósforo o potasio.
Al aplicar el humus en el cultivo, los microorganismos presentes en el producto colonizan el suelo y comienzan a degradar la materia orgánica y minerales existentes, permitiendo que la planta los tome. Es decir, “generan alimento” para el cultivo. Además, mejoran la estructura del suelo, lo que hace que se retenga más humedad y podamos ahorrar agua y protegen la raíz del ataque de hongos. Como resultado final, nuestro cultivo producirá frutos con más azúcar (más sabor), y mejorará la sanidad general de nuestra explotación.
Pero pasemos a hablar del humus líquido, y la pregunta clave:
La respuesta es sí, de hecho, es incluso mejor. El humus líquido de lombriz contiene todos los microorganismos presentes en el sólido, y por tanto, los mismos beneficios mencionados anteriormente. Además contiene importantes nutrientes naturales que enriquecen el producto final.
Al ser líquido, se facilita enormemente su aplicación, y se reducen costes logísticos, lo que hace que el agricultor, con la misma inversión, pueda aplicar mucho más humus líquido que sólido a lo largo del año, multiplicando los beneficios.
El efecto del humus líquido es más visible y rápido que el del sólido debido a que los microorganismos penetran con más facilidad en el suelo y se reproducen con más rapidez.
En cultivos intensivos bajo abrigo, 120L/Ha al año de humus líquido son suficientes para mejorar la productividad y alargar la duración de la plantación. Se suele recomendar apoyar con fertilizaciones foliares para un mayor efecto. En cultivos frutales, la dosificación varía entre 60 y 90 L/Ha y año en función del marco de plantación y las características del suelo.
En definitiva, tanto el humus sólido como el líquido son excelentes productos, pero este último, por su facilidad de aplicación, menor coste, y efecto más rápido, constituye la mejor opción para el agricultor.
El humus de lombriz líquido es una forma de llamarlo, realmente son los lixiviados de las lombrices. Este líquido lo producen al alimentarse de los desechos orgánicos que le vamos incorporando a la vermicompostera. Todo eso, sumado también a los líquidos que sueltan los desechos orgánicos que metemos en la vermicompostera, hacen de esta mezcla una interesante e inigualable propuesta para regar plantas, que nosotros sabremos aprovechar para nuestro huerto o para nuestros semilleros, también podremos usar nuestro humus de lombriz sólido una vez que lo hayamos separado de las lombrices.
Fuente: nostoc.es, www.lahuertinadetoni.es
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