Chile:Desarrollan un sistema para que bodegas vitivinícolas ahorren energía
Proyecto, cofinanciado por la FIA en la Región de O’Higgins, se basa en el uso de bombas de calor geotérmicas que podrían generar ventajas comparativas para las viñas que las adopten.
Implementar un sistema que permita a las bodegas vitivinícolas aumentar su ahorro energético, es el objetivo central del proyecto que están desarrollando Sociedad Agrícola Los Maquis y el Laboratorio Vitivinícola San Fernando, con el cofinanciamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), del Ministerio de Agricultura.
La iniciativa, que se ejecuta en la Región de O’Higgins, consiste en intervenir una sala de máquinas de una bodega de vino moderna para incorporar la tecnología de bombas de calor geotérmica asociada a un sistema de control, transferencia y acumulación de energía.
“El objetivo principal es la instalación de un prototipo que permita recuperar energía de procesos con requerimiento de frío y transferirla a procesos con necesidades de calor. De esta forma, el impacto sobre toda la línea de producción es altísimo, ya que permite reducción en consumos de energía eléctrica, gas, detergente. Además se obtienen menor cantidad de riles y en menor grado de contaminación al medio externo”, explica Catalina Troncoso, coordinadora del proyecto.
La aplicación de bombas de calor geotérmicas podría tener enormes ventajas para todas las agroindustrias que utilicen energía en refrigerar y/o calentar, ya que parte importante de la energía utilizada es gratuita y se obtiene de la tierra o del proceso productivo mismo.
Lo anterior tendría impacto al reducir los costos de producción, la huella de carbono, la utilización de productos detergentes y sanitizantes, y toxicidad de los residuos líquidos generados minimizando su impacto en el medio ambiente.
Este proyecto también permite mejorar las instalaciones de la bodega, entregando agua caliente en baños y duchas.
Las proyecciones apuntan a que este nuevo sistema permita reducir el consumo eléctrico (Kw por litro de vino producido) en 30% y el de gas en 200% gracias a la recuperación de energía. También debiera bajar hasta en un 50% la generación de riles y el consumo de detergentes. Todos estos indicadores se alcanzarían en la medida que se optimicen los requerimientos simultáneos de calor y frío.
“Los altos costos energéticos unidos a la necesidad que en Chile se desarrolle una agroindustria cada día más sustentable desde el punto de vista económico, ambiental y social hacen imprescindible investigar en la aplicación de tecnologías limpias que signifiquen ventajas comparativas para las empresas que las adopten”, enfatiza la ejecutiva de innovación de la FIA y supervisora de la iniciativa, Loreto Burgos.
Mercado y exigencias
De acuerdo al plan de trabajo, el prototipo debiera quedar desarrollado a fines de este año y ser monitoreado y evaluado durante el 2013 . Luego, la idea es generar un modelo de negocios que permita replicarlo en la mayoría de las bodegas vitivinícolas del país y en toda la agroindustria que tenga procesos con requerimientos simultáneos de frío y calor.
“De esta forma, se obtiene una externalidad positiva hacía toda la industria y el país —agrega Catalina Troncoso—, siendo una forma de producción de energía más limpia y de menor consumo de energía eléctrica, lo que al largo plazo, permite disminuir inclusive la construcción de proyectos de generación de energía eléctrica de alto impacto”.
De acuerdo a cifras de una encuesta realizada en 2011 por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el país —entre las regiones de Atacama y Biobío— existen 339 bodegas de vino, las que se distribuyen regionalmente en 133 bodegas (39,2%) en Maule, 81 en O’Higgins (23,8%), seguidas por la Metropolitana con 62 bodegas (18,2%).
La capacidad de guarda de las bodegas censadas llegó a 1.949,8 millones de litros, que representa un aumento de 7,9% respecto al valor obtenido el año 2004, fecha del último censo efectuado.
El costo total del proyecto —que tiene un período de duración de 22 meses— es de $222 millones, de los cuales la FIA aporta $131, 9 millones. El saldo es financiado por las empresas que lo ejecutan.
Fuente: FIA