Modificación y recrudecimiento de los ciclos climáticos anuales, zonas con carencia hídrica derivada de la deforestación y la erosión del suelo, así como la pérdida progresiva de la biodiversidad, son afectaciones que en materia ecológica experimenta la entidad como consecuencia del cambio climático, la emisión de gases de efecto invernadero y la inversión térmica.

Ante esta problemática, se encuentra en curso, con un avance del 70 por ciento, el inventario de las emisiones tóxicas o potencialmente peligrosas a la atmósfera, esto con el propósito de disminuir la afectación que estos fluidos ocasionan en el ambiente y mitigar las consecuencias adversas de la contaminación, señaló Rocío Ballesteros López, jefa del Departamento de Mitigación del Cambio Climático de la Secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente (SUMA).

Este diagnóstico, que inició en 2009, ha contado con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y suma ya una inversión de ocho millones de pesos; sus resultados, los cuales estarán disponibles en breve, serán el fundamento para el plan estatal de cambio climático en la entidad, comentó Ballesteros López.

“El cambio climático, la pérdida de ciclos temporales y las temperaturas que tienden a los extremos, son parte de un problema de dimensiones mundiales, por lo que debe ser atacado con propuestas concretas y transversales que involucren a todos los niveles de gobierno, los sectores productivos, económicos y la sociedad civil, ya que son todos los segmentos de la población los que resienten los efectos de este fenómeno”, explicó la funcionaria de SUMA.

Pese al trabajo realizado en el tema, Rocío Ballesteros reconoció que existen diversos asuntos pendientes que deben atenderse en el corto plazo, como los estudios de gases de efecto invernadero, en el que trabajan de manera coordinada la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y la Benemérita de Puebla, y la conformación de comités de acción transversal para la concreción del plan de combate al cambio climático.

Ballesteros López reiteró que el cambio climático constituye un desafío ambiental y una amenaza para el desarrollo y el bienestar humanos, ya que ocasiona pérdida de biodiversidad, intensificación de sequías e inundaciones, deterioro de los recursos hídricos, así como de los “servicios ambientales” que proporcionan los ecosistemas.

“Reducir la emisión de gases de efecto invernadero y combatir la contaminación y la tala inmoderada son algunos de los puntos torales que contribuirán de forma decisiva a disminuir los riesgos para la sustentabilidad de las poblaciones humanas, vegetales y animales que este evento provoca”, afirmó Rocío Ballesteros.

Los municipios ubicados en la cuenca del Río Balsas, así como los asentados en zonas de producción agropecuaria con superficie forestal y carencia hídrica, se cuentan entre los puntos más vulnerables en la geografía michoacana.

Fuente: Cambio de Michoacán