Por Andreas Neuman, CEO de UAV-IQ Precision Agriculture
Este artículo es parte de una serie de artículos escritos por UAV-IQ sobre el control biológico y manejo integrado de plagas.
Algunos estudios estiman que el mercado global de agentes de control biológico en la agricultura va en aumento con una tasa de crecimiento anual del 13%, con cifras del orden de los USD 1.6 billones en 2015 a los USD 3.5 billones en 2021. Este crecimiento se ve influenciado por una mayor conciencia sobre su efectividad junto a el deseo de reducir el uso de químicos en los predios. Aún hay mucho por hacer ya que todavía existen muchos productores que no han tenido la oportunidad de ser introducidos en esta disciplina del control biológico. Para ello, esperamos que este primer artículo de nuestra serie sobre “control biológico y manejo integrado de plagas” sea de su interés y cumpla su rol informativo para acercar esta disciplina a sus terrenos.
Existen cerca de un millón de especies conocidas de insectos y su lugar en la historia no ha sido honorífico. Han sido responsables de numerosos brotes de enfermedades y hambrunas, destruyendo producciones agrícolas generadas por humanos con una aparente malicia. Sin embargo, solo un porcentaje relativamente pequeño de insectos representa una amenaza real para los cultivos.
De hecho, hay muchos insectos y ácaros útiles u “organismos benéficos” que brindan a los agricultores de todo el mundo un valioso servicio, ya sea, cazando o parasitando a la población de plagas. Estos organismos benéficos se dividen en dos grandes categorías: los depredadores, como la catarina (mariquita) que caza insectos presa y los parásitos, como algunos tipos de avispas que depositan sus huevos dentro de los insectos huéspedes y finalmente los matan. Dentro de estas dos categorías, hay genéricos que apuntan a una gama más amplia de presas o anfitriones y especialistas que reducen sus listas de objetivos a un número pequeño.
Desde el antiguo Egipto hacia las granjas modernas
El biocontrol (o “control biológico”) es un método comprobado dentro del campo del Manejo Integrado de Plagas (MIP) en el que las poblaciones de plagas son controladas mediante el uso de enemigos naturales. Existen tres estrategias básicas de control biológico aplicado; 1) Clásico, que importa enemigos naturales desde fuera del área local, 2) por conservación, que busca mantener la población de los organismos benéficos ya presentes en el campo, 3) aumentativo, que incrementa o reintegra las poblaciones de organismos benéficos eliminadas.
El biocontrol no es un concepto nuevo. Los antiguos egipcios utilizaban gatos domésticos para controlar las poblaciones de roedores que amenazaban sus suministros de grano, los antiguos productores chinos de cítricos movían nidos de hormigas (Oecophylla smaragdina) en sus campos de cítricos para protegerlos de daños de plagas e incluso construían puentes de bambú para que las hormigas pudieran trasladarse fácilmente de un árbol a otro, así como también los granjeros yemeníes que viajaban al norte África portando colonias de hormigas predadoras para sus arboledas de dátiles.
Aún con la llegada de potentes pesticidas químicos, el control biológico ha evidenciado algunas ventajas distintivas, inclusive fuera de las granjas orgánicas. En primer lugar, quizás el beneficio más conocido, es la reducción de los riesgos ambientales (legales y de seguridad pública), ya que el control biológico minimiza la exposición directa a químicos, la contaminación del agua subterránea y el aumento de cepas resistentes de insectos.
En segundo lugar, los planes de control biológico pueden ser más selectivos que los productos químicos de amplio espectro, dejando intactas otras poblaciones beneficiosas, como los ácaros depredadores, que pueden controlar sigilosamente futuros brotes.
Si bien es difícil cuantificar la reducción de futuros brotes, estas intervenciones pueden tener resultados finales tangibles en medida que se reduzcan costos de implementación y pérdidas del tratamiento. Esto puede tener consecuencias finales positivas a mediano y largo plazo, ya que los costos de tratamiento y la pérdida debido a futuros brotes pueden reducirse.
En tercer lugar, los organismos benéficos pueden arrastrarse hacia lo alto de la canopia de los árboles y también hacia la parte inferior de las hojas, áreas donde los productos químicos tienen dificultades para alcanzar y donde algunas plagas como el pulgón de los melones o del algodón tienden a residir.
Implementar el control biológico es más fácil de lo que piensa
Una crítica común sobre el control biológico expone que se requiere educación específica y capacitación para diseñar e implementar adecuadamente el biocontrol como parte de un plan de manejo integrado de plagas. Si bien esto es cierto, existe ya un número creciente de expertos en el campo que son capaces de prescribir planes altamente personalizados, y aún más importante, rentables.
Uno de los primeros criterios a evaluar por un asesor en MIP es determinar el umbral económico de daños para el productor. En términos sencillos, ¿Cuánto daño será considerado como "aceptable"?, esto último guarda relación sobre el costo/beneficio de tratar la plaga, en casos en que el costo sea mayor a la potencial pèrdida de cultivos. Este nivel "aceptable" de daño económico está directamente relacionado con la densidad de una población de plagas y establece un objetivo inicial para el control de la población. Una vez que un entomólogo comprende las limitaciones económicas del productor, pueden comenzar a construir un plan integral preventivo y curativo de plagas adaptado a las amenazas locales.
Además del creciente conocimiento que incentiva la adopción del control biológico en todo el mundo, los avances en la tecnología de distribución mejoran dramáticamente la precisión con la que se liberan los agentes de control y permiten a otros tipos de cultivos adoptar el control biológico.
Por ejemplo, los drones equipados con hardware especializados, diseñados para liberar organismos benéficos, pueden competir en costos con mano de obra, especialmente en los mercados laborales restringidos, como los que existen en California. También aseguran una distribución más uniforme y pueden llegar a la parte superior del dosel cuando es demasiado alto para aplicaciones tradicionales (a mano).
Drone Based Aerial Biocontrol from UAV-IQ Precision Agriculture on Vimeo.
En el transcurso de una breve serie de artículos, profundizaremos un poco más en ciertos aspectos del control biológico que creemos pueden ser de particular interés para usted. Nos encantaría saber de usted: ¿sobre qué le gustaría aprender en futuros artículos? ¿Tiene alguna observación o pregunta sobre lo que ha leído hasta ahora? Déjenos saber - leeremos todos los comentarios.
UAV-IQ Precision Agriculture es una compañía que aúna tecnologías de agricultura de precisión y las mejores prácticas agrícolas para ayudar a los agricultores a enfrentar la escasez de mano de obra, promoviendo operaciones agrícolas más rentables y sostenibles."
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