Actualmente la agricultura está orientada hacia las producciones de calidad, dentro de una adecuada conservación del medio ambiente y de los recursos naturales, entre los que se encuentra la fertilidad de la tierra.
Para ello es necesario garantizar que los productos utilizados en la nutrición vegetal o en la mejora de las características del suelo cumplan con dos requisitos fundamentales: eficacia agronómica y ausencia de efectos perjudiciales para el medio ambiente.
El productor agrícola debe entender que sin adecuados análisis agrícolas en sus cultivos, no podrá haber una optimización de los procesos productivos.
Desde el punto de vista agronómico, uno de los principales motivos para realizar el análisis de suelo es determinar el contenido de nutrientes esenciales para el desarrollo de las plantas.
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Los parámetros aconsejados para planificar una adecuada fertilización son: textura, pH, conductividad, materia orgánica, nitrógeno total, relación C/N, carbonatos totales, caliza activa, fósforo asimilable, cationes asimilables (Ca, Mg, Na, K), hierro extraíble, IPC, CIC, etc.
Parámetros aconsejados para el cumplimiento de las normas de Producción Integrada o Análisis básico de fertilidad: textura, pH, conductividad eléctrica, materia orgánica, nitrógeno total, Relación C/N, fósforo y potasio asimilable.
Otras determinaciones: microelementos (Fe, Cu, Mn, Zn); boro, nitratos, cationes intercambiables (Ca, Mg, Na, K); Capacidad de Intercambio Catiónico, cationes y aniones en extracto de saturación.
Valoración e Interpretación de los parámetros analizados desde el punto de vista de las necesidades de los cultivos y el consecuente programa de abonado.
Para poder recomendar un correcto y económico consejo de abonado consiguiendo además el menor impacto ambiental, derivado a la aplicación de fertilizante únicamente cuando sea necesario y con la cantidad exacta de producto y así lograr ser más sostenibles.
Los suelos agrícolas son muy heterogéneos y sus propiedades varían significativamente de un lugar a otro de la parcela. Por tanto, un análisis de fertilidad siempre debe realizarse sobre muestra de suelo representativa del total de la parcela.
Técnica de muestreo: la muestra tiene que ser representativa de la parcela y para ello se harán tomas en diversos puntos siguiendo un zigzagueo por la parcela.Hay que mezclar bien todas las tomas y enviar al laboratorio entre 1 y 2 kg.
Profundidad de muestreo: para cultivos herbáceos la muestra se tomará a una profundidad de 10 a 45 cm; para cultivos leñosos se tomarán dos muestras, una de 10 a 45 cm de profundidad y otra de 45 a 80 cm.
Época de muestreo: la toma de muestra se hará después de la recolección y siempre antes de enterrar los restos de cultivo y de abonar. Si se ha abonado con fertilizantes fósforicos o potásicos, debe posponerse el muestreo al menos 1 ó 2 meses. Sin embargo, los abonos simples nitrogenados, no interfieren en un análisis típico de fertilididad. Si se han aplicado abonos orgánicos, enmiendas o se han enterrado abundantes restos vegetales, debe retrasarse el muestreo un mínimo de 4 a 6 meses.
El análisis foliar determina la cantidad de nutrientes que la planta ha absorbido y supone la mejor manera de conocer las carencias de los cultivos. Aunque la apariencia de un cultivo sea buena, es posible que alguno de los nutrientes no se encuentre en cantidad suficiente, y no se lleve a cabo un desarrollo satisfactorio. En combinación con el análisis de suelo nos permite detectar problemas nutricionales y elaborar adecuados planes de fertilización.
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Con los elementos analizados se acompaña un informe en el que se establece, el diagnóstico nutricional de todos los nutrientes analizados, indicando en cada caso:
Los parámetros aconsejados para determinar el nivel nutricional de la planta son: nitrógeno, fósforo, boro y cationes (Ca, Mg, Na, K, Fe, Mn, Cu, Zn).
Además de permitir detectar carencias nutricionales en el cultivo, el análisis foliar es básico en los casos en que se aplica fertirrigación, una técnica cada vez más extendida en nuestro país, ya que permite actuar de inmediato para corregir los desequilibrios nutritivos que la planta pueda presentar incorporando a través del agua de riego los nutrientes requeridos, que son rápidamente absorbidos por los cultivos.
La parcela a analizar tiene que dividirse en unidades de muestreo. Cada unidad de muestreo es un conjunto de plantas que resulten visualmente parecidas. Si hay alguna zona claramente diferente del resto, pero muy pequeña, no se tomarán hojas de ella. Es interesante recorrer en diagonal la unidad de muestreo.
Las hojas a muestrear se toman de la zona media de la planta. Se deberán coger hojas enteras y con peciolo, que no estén dañadas, atacadas por plagas ni enfermedades y tampoco hojas que hayan tenido algún tratamiento foliar reciente.
La cantidad de muestra media aconsejada es de unas 50 hojas.
La toma de muestras se hace cuando el contenido de elementos dentro de la hoja es prácticamente constante, y siempre en la misma época. La época más representativa es durante la floración.
En viñedo, otra época de muestreo que puede ser útil para corregir carencias graves, es en envero (finales de agosto) y se toman muestras de peciolo opuestas al primer racimo del brote central del cargador.
Debe transcurrir el menor tiempo posible entre la toma de muestra y su análisis. Si esto no es posible se deberá almacenar la muestra en el frigorífico hasta su entrega en el laboratorio.
El agua de riego puede ser una fuente peligrosa de sales y sodio para el suelo, por lo que resulta muy conveniente analizarla.
Los parámetros aconsejados para determinar la calidad del agua de riego son: pH, conductividad, cationes (Ca, Mg, Na, K), cloruros, sulfatos, alcalinidad, nitratos, amonio, SAR, dureza y su clasificación según las normas Riverside. Otras determinaciones son boro, fósforo, nitritos, residuo seco y materias en suspensión.
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Con los elementos analizados se acompaña un informe sobre la calidad del agua de cara a su uso para el riego. También se puede asesorar a los agricultores sobre las necesidades de agua para sus cultivos con el objetivo de:
Hay que conocer la calidad del agua en función de los riesgos de salinidad, alcalinización y dureza con el fin de tomar las medidas técnicas adecuadas.
Además, el agua de riego puede aportar al suelo cantidades importantes de elementos minerales (N, P2O5, K2O, etc.), lo que permite reducir la dosis de fertilizante a aplicar.
La muestra de agua se debe recoger en un recipiente de vidrio o plástico con tapón y un litro como máximo.
En pozos hay que tomar las muestras después de unas horas de funcionamiento. En aguas de canal, río, etc., nunca se tomarán las muestras en remansos o remolinos.
Debe transcurrir el menor tiempo posible entre la toma de muestra y su análisis. Si esto no es posible se deberá almacenar la muestra de agua en el frigorífico hasta su entrega en el laboratorio.
FERTILIZANTES MINERALES
Actualmente la agricultura está orientada hacia las producciones de calidad, dentro de una adecuada conservación del medio ambiente y de los recursos naturales, entre los que se encuentra la fertilidad de la tierra.
Para ello es necesario garantizar que los productos utilizados en la nutrición vegetal o en la mejora de las características del suelo cumplen con dos requisitos fundamentales: eficacia agronómica y ausencia de efectos perjudiciales para el medio ambiente.
Los parámetros a analizar son:
Análisis elemental | N-P-K. nitrógeno total, fósforo soluble en citrato amónico neutro, potasio soluble en agua |
Oligoelementos | calcio, magnesio, hierro, cobre, manganeso, cinc y boro |
Otras determinaciones | nitrógeno amoniacal, nitrógeno ureico, fósforo total, fósforo soluble en agua, materia orgánica, ácidos húmicos y fúlvicos |
En los fertilizantes minerales y organominerales es importante controlar su calidad mediante el análisis de la riqueza de cada uno de los elementos que contiene la mezcla física a utilizar.
La muestra tiene que ser representativa. A partir de todas las submuestras tomadas se formará una muestra media uniforme, bien mezclada de, unos 500 gramos (o medio litro en el caso de fertilizantes líquidos).
Muestras a granel: es necesario tomar la muestra de diferentes puntos y no solo de la superficie, puesto que la aireación puede falsear el resultado respecto al conjunto.
Muestras envasadas: se tomará una misma cantidad de varios envases. En cualquier caso debe procurarse tomar muestra de la parte media y de los extremos del envase.
En caso de fertilizantes líquidos conviene agitar la cuba o envase antes de proceder a la toma de muestras.
FERTILIZANTES ORGÁNICOS
Actualmente la agricultura está orientada hacia las producciones de calidad, dentro de una adecuada conservación del medio ambiente y de los recursos naturales, entre los que se encuentra la fertilidad de la tierra.
Para ello es necesario garantizar que los productos utilizados en la nutrición vegetal o en la mejora de las características del suelo cumplen con dos requisitos fundamentales: eficacia agronómica y ausencia de efectos perjudiciales para el medio ambiente.
Las determinaciones clave para la caracterización de los productos orgánicos son:
Análisis elemental | humedad, pH, conductividad eléctrica, materia orgánica total, nitrógeno total, fósforo y potasio. |
Completo | humedad, pH, conductividad eléctrica, materia orgánica total, nitrógeno total, fósforo, potasio, calcio, magnesio, hierro, cobre, manganeso, cinc, sodio |
Otras determinaciones | extracto húmico total, ácidos húmicos y ácidos fúlvicos, boro, nitrógeno orgánico, nitrógeno amoniacal, carbonatos (en enmiendas calizas). |
En los fertilizantes orgánicos se analiza la composición de los productos orgánicos y compost de origen agrario, ganadero, agro-industrial o urbano con finalidad de valoración nutricional, cumplimiento normativo y fertilización de cultivos.
La muestra tiene que ser representativa. A partir de todas las submuestras tomadas se formará una muestra media uniforme, bien mezclada de, unos 500 gramos (o medio litro en el caso de fertilizantes líquidos).
Muestras a granel: es necesario tomar la muestra de diferentes puntos y no solo de la superficie, puesto que la aireación puede falsear el resultado respecto al conjunto.
Muestras envasadas: se tomará una misma cantidad de varios envases. En cualquier caso debe procurarse tomar muestra de la parte media y de los extremos del envase.
En caso de fertilizantes líquidos conviene agitar la cuba o envase antes de proceder a la toma de muestras.
Fuente: www.inea.org
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