Columna: Estrategias modernas para combatir el hambre

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Columna: Estrategias modernas para combatir el hambre

Por Eric Viramontes, presidente VISER

Eric-Viramontes-292x300 (2)En mayo, tuve el gusto de reunirme con el Embajador de Haití en México, el Sr. Guy Lamothe. Durante esta reunión, la cual se llevó a cabo en la misma Embajada de Haití en México, tuvimos una interesante conversación sobre las políticas públicas necesaria para combatir la pobreza.

Siempre he tenido la impresión de que por mucho tiempo, los gobiernos han tenido cruzados los cables en cuanto a cómo diferenciar las políticas públicas que tienen como propósito el desarrollo rural y social, con las políticas públicas que deben impulsar las industrias agropecuarias, siendo el dilema de como ser efectivos en ambos sentidos.

Hablar de desarrollo rural, en automático, es pensar en estrategias cuyas metas debiesen mitigar la pobreza extrema y combatir el hambre.

Coincido totalmente con la intención de los conceptos, creo firmemente que tanto gobiernos y la sociedad deben tener estos ideales dentro de sus prioridades y que tal vez las políticas no debiesen estar cruzadas sino alineadas.

Recuerdo que durante mi formación estudiantil, una vez escuché a uno de mis profesores decir: “Un capitalismo bien implementado, es el socialismo más puro”.

Reflexionando sobre la interesante conversación que sostuve con el Embajador Lamothe, el concepto me cobra total sentido, donde la igualdad de oportunidades se genera por la oferta de trabajo.

Si la meta de hoy, es convertirnos en países con mejor capacidad de alimentar a nuestras poblaciones y contribuir a hacer lo mismo con los países hermanos que así lo requieran, en donde las sociedades de las zonas rurales cuenten con mejores oportunidades de vida, entonces quizás las políticas que impulsen a los empresarios y a las industrias agropecuarias serian, al mismo tiempo, las mejores políticas para un desarrollo social sustentable.

Me queda claro, no vamos a salir del hambre con sólo producir más alimentos, necesitamos generar mejores condiciones de vida mediante la creación de empleos e ingresos en el sector rural y para ello necesitamos llevar más empresas e industrias a las zonas marginadas.

¡Que la vanguardia jale a la retaguardia! Activar el sector empresarial del campo es quizás la mejor política para contrarrestar la pobreza extrema.

En el pasado se enseñaba a las poblaciones a pescar, ahora el reto es prepararlas para ser empresarios y que logren comercializar pescado de forma competitiva y rentable.

Hoy los gobiernos deben impulsar la inversión en el campo, generar más agroindustrias que activen microeconomías. Las políticas deben enfocarse en dar confianza y seguridad a los inversionistas para crear nuevas empresas en el sector rural.

Por otro lado, se deben incorporar mejores tecnologías, para lograr eficiencia que incremente productividad, utilidad y sustentabilidad. Esto a su vez promoverá desarrollo humano ya que, mejores tecnologías, requerirán de mano de obra mejor calificada y por ende, ésta será mejor remunerada.

El apoyo al sector agroexportador, de promover la búsqueda de nuevos mercados, la activación de mejores canales e infraestructura logística y la inversión en campañas de promoción, también son políticas de suma importancia, ya que desde que se activaron las exportaciones agropecuarias de México, se generaron empleos que mejoraron las condiciones de vida para millones de familias.

Generar empleos de calidad, permite que una población permanezca activa y alejada de escenarios delictivos o que sus habitantes emigren a otros países en búsqueda de mejores oportunidades, puesto que, la captura de trabajo es un principio fundamental de toda nación desarrollada.

Las personas tienen derecho a empleos dignos y de calidad que promuevan la oportunidad de crecimiento tanto para el trabajador mismo, como para su familia.

Debemos también tener presente que la agricultura es una actividad que promueve fuertemente el consumo local, compra productos domésticos, genera exportaciones, atrae divisas, conserva y genera empleos de calidad, entre muchos otros beneficios para una nación.

Esto me hace llegar a la conclusión de que sector agroalimentario debe crecer su participación en el producto interno bruto nacional, lo que se traduce en conservar y generar más empleos como una efectiva arma contra el hambre.

No hay que perder de vista que consumo interno es el inicio de un círculo virtuoso de recuperación económica de un país  y el poder adquisitivo de la sociedad es el detonante.

Entonces, con lo anteriormente expresado me conlleva a creer que las políticas públicas de desarrollo social se refieren también a impulsar a los empresarios a conservar los empleos existentes, detonar nuevos, mejorar la capacidad técnica y buscar un mayor desarrollo humano y es así, como el legendario dilema puede encontrar resolución.

Pueden seguir a Eric Viramontes en su cuenta de Twitter: @ERVS_VIRAMONTES

www.portalfruticola.com

 

 

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