Elaborarán biopesticida que protege la producción de cerezos
No daña el medio ambiente y podría ser utilizado en otros carozos
Formular un biopesticida que controle los nemátodos (parásitos de plantas), en base a cepas rizobacterianas seleccionadas previamente, para ser utilizado en cerezos, es el objetivo de un proyecto cofinanciado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura de Chile, y ejecutado por la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile. 
El FIA informó que la iniciativa – que contempla una inversión de más de $75 millones de pesos chilenos – será aplicada en cerezos, debido a que estos frutales se ven afectado por varias especies de nematodos. Sólo algunos porta injertos muestran cierta tolerancia contra endoparásitos de las raíces, como son los del género Meloidogyne, ya que sobre el resto, no hay protección.
“En el mercado nacional no hay bioproductos que eliminen parásitos en base a rizobacterias, especialmente aisladas y seleccionadas desde suelos del país”, señaló Erwin Aballay, ejecutor del proyecto.
"Buscamos contar con una herramienta que permita iniciar una plantación nueva, con plantas inoculadas desde el vivero, para luego llevar los microorganismos al terreno definitivo de la plantación”, agregó Aballay.
Por su parte, el ejecutivo de innovación de FIA y supervisor del proyecto, Alfonso Yévenez explicó que este proyecto permitirá manejar las poblaciones de nemátodos fitoparásitos asociadas a este cultivo, en el cual no existen porta injertos resistentes a la mayor parte de los nemátodos presentes, mediante un producto inocuo para el medio ambiente.
Respecto a este último aspecto, Yénenez indicó que “se evitaría la contaminación del suelo, poner en riesgo a operarios y consumidores, e incluso se resguardaría la presencia no deseada de residuos en la fruta. Además, el control por parte de la rizobacterias aumenta en el mediano y largo plazo, ya que hay una colonización por el establecimiento en la rizósfera de las plantas”.
La iniciativa también pretende desarrollar una formulación que sea efectiva y comercialmente competitiva, para luego introducir el producto en el mercado, dirigido, especialmente, a productores de cerezas, viveros y otros agricultores.
“En la medida que se establezca como un alternativa de manejo eficaz y no contaminante, queremos ampliar su uso a plantaciones adultas y a otros cultivos de carozos”, mencionó Aballay.
Datos
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), la superficie plantada con cerezos en el mundo, alcanzó a 379.814 hectáreas en 2010, registrándose un alza de 6,9% entre los años 2001 y 2010.
Turquía es el país que mostró la mayor superficie plantada de cerezos a nivel mundial en 2010, cubriendo el 11%, seguida de EE.EE., con 9,4%; Irán (8%), Italia (7,9%) y España (6,2%). Chile ocupa el noveno lugar, con 3,4% de la superficie mundial.
En el caso de Chile, datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) indican que el cultivo del cerezo se ha desarrollado tradicionalmente en las regiones del centro- sur del país, pero en los últimos años ha experimentado una expansión territorial y una búsqueda de cambios varietales a fin de lograr mayor precocidad, resistencia a factores meteorológicos y ampliación del período de oferta.
La Región del Maule concentra un 54% de la superficie de huertos industriales de cerezos, seguida por las regiones de O’Higgins (22%) y del Biobío (14%).
