El futuro de la producción de alimentos
Se espera que la demanda por alimentos a nivel mundial se duplique para 2050, situación que expone a altos riesgos a todos los negocios del sector alimentario, a menos que estos tomen un camino alejado de la fuerte dependencia sobre los fertilizantes a base de petróleo, el uso excesivo de agua y la sobre explotación del suelo. Durante el Fresh Connections Australia-New Zealand 2013, evento organizado por la Produce Marketing Association (PMA) en Sydney, Michael McAllum, fundador de Global Foresight Network dio una inspiradora charla a los presentes con vistas al futuro de la producción de alimentos y formas innovadoras de desarrollar una cultura más sustentable.
Las proyecciones actuales muestran un efecto "bola de nieve" cuando se trata del uso global de energías renovables para la producción de alimentos, dijo McAllum.
“Nos estamos comiendo el futuro. Ahora, si hacemos negocios como siempre, utilizaremos la mitad de los recursos renovables correspondientes al próximo año y, el próximo utilizaremos la mitad correspondiente a los siguientes”.
McAllum dijo que el desarrollo proteico es la columna vertebral de una industria alimentaria viable, pero que la huella de su desarrollo es, actualmente, demasiado alta.
“Bajo las actuales proyecciones, para 2020 dos tercios del grano del mundo se requerirán para la producción de proteínas. Todo negocio, organización y cadena de valor tendrá que cambiar. No hay opción”, agregó.
Se proyecta que los actuales modelos centralizados, basados en la eficiencia, cambien a un sistema de distribución de redes, basados en la relación y cooperación a lo largo de toda la cadena de valor.
Australia, como muchos otros países, carece de innovación en cuanto a estas estructuras, mientras los sistemas de distribución del país aún son “demasiado torpes y costosos”.
“Con una sociedad de alto costo como Australia, necesitamos repensar nuestros sistemas de distribución en lugar de enfocarnos en una mejor producción y ser más eficiente".
McAllum dijo que los productores tienen que empezar a pensar en sus sistemas bajo la idea de la “agroecología”.
“Necesitas comenzar a crear sistemas de producción que sean ecológicos. Esto no es teórico, está basado en la práctica y es difícil para la gente que ha pasado 100 años sobre la base de un sistema que funciona con petróleo barato”.
La aparición de estas nuevas redes de distribución crearán transacciones más eficientes en términos de costos, información más rápida y el conocimiento fluirá y será diseñado desde el cliente hacia atrás.
“La gente realmente necesita entender lo que sus clientes quieren y reconectarse con ellos. ¿Realmente entienden lo que ellos piensan de sus productos y del sabor de lo que ustedes les proveen? Ahora el poder está en las manos de los consumidores, quienes están armados con Twitter y todo lo demás. Esperan que todo sea extremadamente personalizado”.
Si bien se espera que estas redes superen los sistemas económicos de escala, la industria aún se enfrenta a los desafíos inherentes de las cadenas de comida rápida.
“El 35% de todos los alimentos que consumen los australianos no tiene valor nutricional. La cifra aumenta a un 45% en el caso de los niños”, asegura McAllum.
“Para explotar este sector, las empresas no pueden darse el lujo de sentarse al lado de quienes ofrecen algo así. Debemos argumentar y persuadir a los consumidores para que compren nuestros tipos de alimentos, los cuales son ligeramente más costosos, pero significativamente mejor para ellos”.
Agrega que crear esas vías será fácil debido a la actual tecnología y las capacidades de la red.
“Mientras los desafíos son sustantivos, todas las tecnologías y estudios comprobados muestran que existe una mejor forma. Lo que se requiere es voluntad y una filosofía que respete apropiadamente los alimentos que creamos”.