“Escarificado” o subsolado del terreno en fajas, para la conservación de suelos y agua
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¿Por qué la necesidad de escarificado? Entre 2016 y 2017, en seis regiones del país, más de 500 mil hectáreas de suelo forestal y agrícola fueron consumidas por las llamas de los incendios forestales más rápidos y de mayor intensidad de la historia, siendo el segundo más destructivo del siglo XXI, superado sólo por el de Alberta, Canadá, donde se consumieron más de 700 mil hectáreas.
Los incendios
Los incendios constituyen un problema que afecta los ecosistemas forestales y agrícolas, ya que se produce una pérdida importante de materia orgánica de los suelos, por la quema y combustión de ella.
Esto produce una alteración de la estabilidad estructural y degradación progresiva de los suelos, por lo que la parte sólida, compuesta por arenas, limos, y arcillas, es eliminada por los procesos erosivos del suelo, por acción del viento y aguas lluvias.
De acuerdo a lo señalado, el suelo se ve afectado en sus propiedades físicas al verse alterada la estructura y textura del mismo; en sus propiedades químicas, al perder la fertilidad por reducción de la materia orgánica y nutrientes; y en sus propiedades biológicas; porque muchos organismos mueren por la acción del calor, lo que significa una disminución de la actividad biológica del suelo.
Además de lo anterior, por efecto de los incendios en los suelos, en los primeros centímetros del terreno se forman superficies hidrofóbicas debido a la producción de sustancias orgánicas repelentes al agua; así como por la modificación de determinados componentes minerales, como consecuencia de las altas temperaturas.
Esto evita que el agua infiltre en el suelo, produciendo una mayor escorrentía superficial de ella, aumentando así los procesos erosivos.
El escarificado
Subsolar o “escarificar” el suelo, es una alternativa recomendable para fragamentarlo superficialmente y eliminar las posibles capas hidrofóbicas generadas por las altas temperaturas de los incendios, pero además, al realizar la labor a una profundidad que va entre los 35 y 40 cm, se rompen las capas endurecidas del mismo, facilitando la infiltración de las aguas lluvias.
Con esta práctica se reducirá la escorrentía superficial del agua, que origina problemas de erosión sobre el terreno, acumulándose en el perfil del suelo y favoreciendo con ello el desarrollo de una pradera establecida.
Realizaremos la labor con un tractor, con una potencia superior a 110 Hp y con un arado subsolador “escarificador” de 5 puntas, según capacidad de potencia del tractor, montadas en un chasis metálico y trabajaremos con el suelo lo más seco posible.
Esta condición se consigue en otoño, antes de que se inicien las primeras lluvias.
Si el terreno es arcilloso, al estar seco puede que esté muy endurecido para realizar la labor, lo que la hace ineficiente, por lo que es necesario esperar una primera lluvia para que se humedezca parcialmente el suelo, y así hacer más fácil el trabajo de rompimiento.
El subsolado o escarificado
El subsolado o “escarificado” de un terreno se puede hacer en fajas (Figura 1). Esta técnica consiste en en pasar sobre el suelo un equipo subsolador escarificador con 5 puntas; trabajando a una profundidad de 35 a 40 cm, además de cubrir un ancho de 1,5 a 2,0 metros (ancho de trabajo del equipo).
Debemos realizar en forma perpendicular a la pendiente del terreno y se debe hacer de tal modo que cada faja de la labor quede distanciada una de otra entre 10 a 15 metros.
En terrenos con pendiente o de lomaje, una forma eficiente de uso de arado subsolador de 5 puntas, es trabajar siguiendo curvas a nivel, en forma perpendicular a la dirección de la pendiente del terreno, como se muestra en la Figura 2.
Así se reducen riesgos de erosión, facilitando con ello la infiltración del agua en los sectores donde el subsolador realizó su labor.
Principios
Realizando subsolado o “escarificado” en fajas, podremos recolectar en la superficie intervenida, las aguas lluvias que caen y escurren desde el área no subsolada. El agua infiltra por conductividad hidráulica vertical en el suelo arado mueve en forma sub-superficial hacia el área no subsolada por conductividad hidráulica horizontal. De esta forma, se consigue humedecer el área de terreno ubicado entre pasadas de subsolador; favoreciendo así la germinación del banco de semillas o crecimiento de una pradera natural o sembrada.
El “escarificado” de suelos en fajas, es una técnica de aradura conservacionista incorporada en el programa SIRSD-S del Ministerio de Agricultura. Por lo que se recomienda que los agricultores de áreas de secano, soliciten a los operadores del programa, que se les incorpore esta práctica en los planes de manejo presentados a INDAP o el SAG.
Con la aradura o “escarificado” en fajas, para lograr el objetivo de facilitar la infiltración de las aguas lluvias, no es necesario romper la totalidad de la superficie; por lo que el tiempo de la labor se puede realizar entre 30 a 40 minutos.
De esta forma, se consigue un menor costo de operación de ella, si se compara con la rotura de suelos de toda la superficie; trabajo que tomaría 2 a 3 horas.
El “escarificado” del terreno, permite la ruptura de la presencia de compactación de suelos, originada durante muchos años por el pisoteo animal; o debido a las labores de aradura convencional (pie de arado), facilitando así la infiltración de las aguas lluvias en el perfil de suelo.
Fuente: www.inia.cl
Imagen de portada: www.deere.co.uk