Estudio encuentra que abejas de criadero propagan virus mortales a abejorros silvestres
Varias especies de abejorros silvestres están disminuyendo sus números, y nuevas investigaciones apuntan a una amenaza inesperada: enfermedades transmitidas por abejas domésticas.
Según el medio Science Daily, varios virus que se han vinculado a la disminución de la población de abejorros son portados por abejas manejadas en colmenares. Al compartir flores con abejorros salvajes, estarían infectando a las poblaciones nativas cercanas.
"Muchos polinizadores salvajes están en problemas y este hallazgo podría ayudarnos a proteger a los abejorros", indicó Samantha Alger, la científica que dirigió la nueva investigación.
Explicando, comentó que esta información tiene implicaciones en la forma en que manejamos las abejas domésticas. Otra consideración es dónde los apicultores deberían ubicar colmenas comerciales para disminuir este riesgo.
La importancia y el rol de los polinizadores silvestres ha estado reclamando atención en la comunidad internacional a medida que enfermedades y un menor número de abejas amenazan a los cultivos clave, destacó la publicación.
El abejorro oxidado parcheado, por ejemplo, fue una vez un importante polinizador de arándanos, ciruelas, manzanas y otras plantas agrícolas. Sin embargo, recientemente se incluyó en la Ley de Especies en Peligro de Extinción, luego de que sus números cayeron en casi un 90%.
Rastreando cómo se propagan los virus de ARN
Algunos de los peligros previamente conocidos que enfrentan tanto las abejas de criadero como las nativas incluyen la degradación de la tierra, ciertos pesticidas y enfermedades. El equipo de investigación se enfocó en este último, explorando 19 sitios en Vermont.
En particular, su investigación analizó dos virus de ARN conocidos que se encuentran en las abejas: el virus del ala deformada y el virus de la célula de la reina negra.
El equipo descubrió que ambos virus eran más altos en los abejorros que recolectaban a menos de 300 metros de las colmenas comerciales.
Los científicos también encontraron que las infecciones activas del virus del ala deformada eran más altas cerca de estos colmenares comerciales. Significativamente, no encontraron el virus en los abejorros que recolectaron donde estaban ausentes las abejas y los apiarios.
Lo más impresionante es que el equipo detectó virus en el 19% de las flores que tomaron de los sitios cercanos a los colmenares.
"Pensé que esto iba a ser como buscar una aguja en un pajar. ¿Cuáles son las probabilidades de que vayas a recoger una flor y encontrar un virus de abeja en ella?" comentó Alger. "Encontrar tantos fue sorprendente".
En contraste, los científicos no detectaron ningún virus de abeja en flores a más de un kilómetro de las colmenas comerciales.
Alison Brody, profesora del Departamento de Biología de la UVM, y autora principal del nuevo estudio, detalló lo siguiente:
"Los virus en las abejas de criadero se están extendiendo a las poblaciones de abejorros salvajes y las flores son una ruta importante.
Añadió que "esta investigación sugiere que podríamos querer mantener los colmenares fuera de las áreas donde hay especies polinizadoras vulnerables, como los abejorros oxidados parcheados".
"Especialmente porque tenemos mucho más que aprender sobre lo que estos virus realmente están haciendo a los abejorros".