Desperdicio de alimentos sería impulsado por etiquetas de fecha ambiguas
Un nuevo estudio encontró que las fechas ambiguas en los paquetes podrían explicar en gran medida los altos niveles de desperdicio de alimentos en EE.UU.
"Las personas comen mucho menos de su comida refrigerada de lo que esperan, y probablemente están tirando comida perfectamente buena porque no entienden las etiquetas", señaló Brian Roe, autor principal del estudio en la Universidad Estatal de Ohio.
Este es el primer estudio que ofrece una visión basada en datos en los refrigeradores de los hogares estadounidenses. Y proporciona un marco importante para los esfuerzos por disminuir el desperdicio de alimentos, afirmó Roe.
El estudio aparecerá en la edición impresa de noviembre de la revista Resources, Conservation & Recycling.
Los participantes de la encuesta señalaron que esperaban comer el 97% de la carne en sus refrigeradores, pero en realidad solo terminaron aproximadamente la mitad. Pensaron que comerían el 94% de sus vegetales, pero consumieron solo el 44%. Proyectaron que comerían aproximadamente el 71% de la fruta y el 84% de los lácteos, pero terminaron solo el 40% y el 42%, respectivamente.
Los principales impulsores del descarte de alimentos incluyeron preocupaciones sobre la seguridad de los alimentos: olor, apariencia y fechas en las etiquetas.
"Nadie sabe qué significan las etiquetas 'usar por' y 'mejor por' y las personas piensan que son un indicador de seguridad cuando generalmente son un indicador de calidad", explicó Roe. Actualmente hay una propuesta ante el Congreso para prescribir reglas de etiquetado de fechas en un esfuerzo por proporcionar algo de claridad.
De acuerdo con la propuesta, "Mejor si es usado por" se traduciría, según Roe, a "Sigue tu nariz". Y "Usar antes de" se traduciría en "Tíralo".
El estudio también encontró que las personas que limpiaban sus refrigeradores con mayor frecuencia desperdiciaban más alimentos. Además, quienes revisan las etiquetas de nutrición con frecuencia desperdician menos alimentos. Y además, los hogares más jóvenes tenían más probabilidades de desperdiciar que los hogares más viejos.
Serie de malos comportamientos conduce a desperdicio de alimentos
El desperdicio de alimentos en el hogar ocurre al final de la línea de una serie de comportamientos, indicó Megan Davenport, quien dirigió el estudio en el Departamento de Economía Agrícola, Ambiental y de Desarrollo del Estado de Ohio.
"Está la compra de alimentos, la gestión de los alimentos dentro del hogar y la eliminación, y estas rutinas domésticas en última instancia aumentan o disminuyen el desperdicio", remarcó.
"Queríamos comprender mejor esas relaciones y cómo los productos individuales, incluidas sus etiquetas, afectan la cantidad de desperdicio de alimentos en un hogar".
Los investigadores preguntaron sobre frutas, verduras, carnes y lácteos, en particular cuánto había y cuánto esperaban comer las personas. Luego siguieron aproximadamente una semana más tarde para descubrir lo que realmente sucedió.
Las encuestas también preguntaron sobre una variedad de factores que pueden haber influido en las decisiones de arrojar alimentos, incluidas la fecha de las etiquetas, el olor, la apariencia y el costo.
Se estima que el 43% del desperdicio de alimentos se debe a prácticas en el hogar, a diferencia del desperdicio que ocurre en restaurantes, supermercados y granjas. Esto hace que los individuos sean los mayores contribuyentes. También son el grupo más complicado para impulsar el cambio, dado que las prácticas varían significativamente de un hogar a otro, comentó Roe.
"Queríamos entender cómo las personas usan el refrigerador y si es un destino donde la comida a medio comer se va a morir", indicó.
"Es especialmente importante porque gran parte de los consejos que los consumidores escuchan sobre el desperdicio de alimentos es refrigerar (y comer) las sobras; y 'comprar' el refrigerador primero antes de ordenar o ir a la tienda".
Identificando oportunidades de políticas
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo para consumo humano, aproximadamente 1.300 millones de toneladas anuales, se pierden o desperdician.
La organización estima el valor anual en dólares de esos desechos en USD 680 mil millones en los países industrializados y USD 310 mil millones en los países en desarrollo.
Este estudio analizó los alimentos refrigerados porque allí es donde se encuentran la mayoría de los alimentos perecederos en un hogar y donde se ha centrado la mayor parte de los esfuerzos para alentar a las personas a desperdiciar menos alimentos.
Además de comprender mejor los patrones de desperdicio de alimentos, los investigadores querían ayudar a identificar oportunidades para diseñar políticas o mensajes públicos que funcionen para reducir los desperdicios.
"Nuestros resultados sugieren que las estrategias para reducir el desperdicio de alimentos en EE.UU. deberían incluir limitar y estandarizar el número de frases utilizadas en las etiquetas de fecha y campañas educativas para ayudar a los consumidores a comprender mejor los signos físicos de la seguridad y calidad de los alimentos", destacó Davenport.