Iniciativa creó “vacuna” que protege a las cerezas del cracking por las lluvias
Las cerezas son unos de los frutos más susceptibles a la partidura por las lluvias. Dicha sensibilidad suele afectar hasta el 80% de la fruta cuando se presentan precipitaciones durante la etapa de maduración, lo que es cada vez más recurrente en condiciones de cambio climático.
Es por eso que iniciativas que permitan enfrentarse a ese tipo de situaciones o incluso ponerle un alto, son altamente apreciadas en la industria frutícola.
En ese contexto fue que se reconoció un proyecto que protege a las cerezas del agrietamiento o “cracking” producto de las lluvias, en la tercera versión de la premiación “Guardianes de la Mesa Chilena”, de INIA.
La "vacuna contra la partidura de los frutos de cereza", es una iniciativa liderada por Cristián Balbontín en la región de Ñuble, Chile, quien estudió los genes que confieren tolerancia a las variedades más resistentes, con el fin de fortalecer el fruto.
“El proyecto partió hace 7 años. Mediante un proyecto Fondecyt nosotros queríamos determinar cuáles eran los factores genéticos moleculares que permitían a algunas variedades de cerezas ser más tolerantes a las partiduras y porqué otras eran muy susceptibles”, comentó Balbontín a PortalFrutícola.com
Explicó que apostaron por genes candidatos que estaban involucrados en la síntesis de compuestos cerosos que constituyen la cutícula que recubre los frutos y le otorgan una mayor impermeabilidad, junto con aquellos que están participando en procesos de modificación de la pared celular durante el desarrollo del fruto, confiriendo mayor elongación.
Añadió que determinaron “que estos genes se expresan en mayor proporción en los frutos de las variedades de tolerantes”, lo que después combinaron con aquellos factores hormonales que gatillan la maduración de los frutos y su desarrollo.
Ya en un segundo proyecto Fondecyt se plantearon si la aplicación de los elementos anteriores, de las “hormonas”, de forma exógena lograría una mayor actividad de los genes en las variedades susceptibles.
Así fue como determinaron que la aplicación de estas hormonas, en combinaciones específicas y durante las primeras etapas del desarrollo del fruto puede reducir hasta un 80% del daño.
Guardianes de la Mesa Chilena
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) reconoció a los científicos pertenecientes a dicha entidad por los resultados de sus trabajos, en la tercera versión de la premiación “Guardianes de la Mesa Chilena”.
“La ceremonia de premiación Guardines de la Mesa lo que busca es reconocer el trabajo que hacen los equipos técnicos de INIA en distintos ámbitos”, comentó la subdirectora del INIA Marta Alfaro.
“Hemos querido reconocer las contribuciones de los colegas en los ámbitos de adaptación y mitigación de la agricultura del cambio climático”.
La actividad justamente tuvo énfasis en proyectos sustentables que entreguen soluciones a la agricultura y al cuidado del medio ambiente. La ceremonia se dividió en dos grandes categorías: “I+D en Cambio Climático” y “Negocios Tecnológicos”.
Otro proyecto galardonado se preocupa por el “Manejo eficiente del agua utilizando imágenes satelitales”.
La investigación desarrollada por Claudio Balbontín Nesvara en las regiones de Coquimbo al Biobío, permite monitorear los cultivos a través de una plataforma satelital para identificar de manera precisa las necesidades de riego. Con esta información se puede establecer programas de manejo del riego que aumenten la eficiencia hídrica en la agricultura.
En total fueron 15 los proyectos destacados por su impacto en todo el país. Dentro de las investigaciones de I+D para la adaptación al cambio climático, también fue premiado el conjunto de estrategias de adaptación para el sector vitivinícola, que presenta nuevas alternativas de manejo de canopia (parte verde de la planta) y el uso de cubiertas como nueva tecnología que permita la protección de la uva frente a condiciones climáticas extremas, aminorando el impacto en la competitividad del país.
Por otra parte, dentro de las patentes de invención se premiaron un biopesticida a base de hongos entomopatógenos nativos para el control de Lobesia botrana, plaga que causa daños principalmente en vides; y una bio-herramienta obtenida del genoma de la vid, que permite modificar las características de la planta para obtener mejores variedades vegetales.
Por último, también se reconoció el desarrollo de la marca comercial “El Tolima”, generada en un proyecto de recuperación del Tomate Limachino Antiguo, realizado en conjunto con la Universidad Técnica Federico Santa María y pequeños agricultores del valle de Marga-Marga.