Investigadores desarrollan método para mejorar vida útil de frutas y verduras
Investigadores de la Universidad Tecnológica de Graz, en Austria, mediante un experimento en laboratorios, probaron con éxito un método que mejora significativamente la vida útil de las manzanas orgánicas.
Esto mediante el uso combinado de tratamiento de agua caliente (HWT) y biocontrol de organismos.
El HWT es un tratamiento en el que se sumergen las manzanas de manera breve en un baño de agua caliente. Es considerado un método sostenible para reducir la descomposición de los hongos después de la cosecha en una gran cantidad de cultivos.
Sin embargo, no evita totalmente los brotes de patógenos en el almacenamiento; por lo que las manzanas se deterioran de igual manera.
En este contexto los investigadores Gabriele Berg, Birgit Wasserman y Peter Kusstatscher quisieron probar un nuevo método. Para ello infectaron manzanas orgánicas con dos de los agentes putrefactores más importantes. Luego las trataron con agua caliente y un agente de control biológico creado en el laboratorio.
“Este enfoque combinado nos permitió matar completamente los patógenos posteriores a la cosecha o reducir el diámetro de la infección a un máximo en aproximadamente el 60% de las manzanas tratadas”, explicó, Birgit Wasserman.
También trataron manzanas solo con HWT, pero el método combinado mostró resultados 20% mejores en la resistencia de las manzanas a la podredrumbre de almacenamiento.
“Este enfoque combinado es una forma sostenible y ecológica de reducir el tizón de la manzana. Sobre la base de este método podemos optimizar el almacenamiento de la manzana, junto con los socios del proyecto industrial”, explicó Gabriele Berg.
Extender vida útil en otros cultivos
Este tipo de descubrimientos no solo puede beneficiar a los productos de manzana, sino que también a la industria de la remolacha azucarera.
Por esto, el equipo de investigación colabora con el Centro Austriaco de Biotecnología Industrial (Acib) para desarrollar un agente de protección de cultivos respetuosos con el medio ambiente.
De esta manera, el investigador de Acib, Peter Kusstatscher, diseñó un agente de biocontrol y lo probó en condiciones industriales.
"El tratamiento de la remolacha conduce a niveles de azúcar significativamente más altos después del almacenamiento", explicó Peter Kusstatscher.
Además desarrollaron un proceso que muestra cuáles remolachas y de qué campos son particularmente susceptibles a la pudrición de almacenamiento, incluso antes de que sean cosechadas.
Los resultados del estudio, en general, fueron publicados en la revista “Frontiers in Microbiology”. Más información aquí.