Por Andrés Armstrong, gerente del Comité de Arándanos de Chile 

Ante una temporada afectada por diversos factores, la calidad de los arándanos chilenos y la diversificación de los mercados fueron clave para sacar adelante esta fruta tan requerida y consumida en el mundo.

Ha sido una temporada muy especial. Y es que fueron varias las situaciones por las que atravesaron los arándanos: las fuertes heladas de septiembre, la crisis de la Lobesia Botrana y el paro portuario que se alargó por varias semanas. Estos tres factores afectaron fuertemente a esta fruta, una de las más requeridas en todo el mundo, y que finalmente, perturbaron las operaciones de muchos exportadores.

A la hora de hacer un balance, los números muestran una baja en el volumen exportado de arándanos frescos de Chile de un 20% con respecto a la temporada pasada, siendo los mercados de Estados Unidos y Canadá donde se registra un mayor retroceso de un 30%.

Sin embargo, y si bien los mencionados mercados son de los más importantes para los exportadores nacionales, hubo otros que sí continuaron creciendo, como Europa (+11%) y Asia (+34%). Esto los convierte en mercados a los que hay que mirar más de cerca, sobre todo en momentos de crisis como los que se vivieron durante la actual temporada.

Otro de los puntos a favor es la mantención de la calidad de la fruta que salió del país. Salvo la última parte de la temporada, donde las lluvia generaron algunos problemas, del punto de vista de la calidad fue una temporada muy pareja, con buena calidad y una disminución importante en los reclamos. La recuperación del tipo de cambio también será un factor positivo esta temporada para los productores y la industria en general.

Y a esto es precisamente donde apunta el Comité de Arándanos para las próximas temporadas: mantener la calidad y la imagen de los arándanos de Chile. Debemos continuar con la labor en pro de la calidad, de la promoción y desarrollo de mercados que estamos realizando desde hace algunos años. Esta temporada nos probó la importancia de contar con mercados alternativos que puedan absorber mayores volúmenes de fruta.

En este sentido, el llamado es a ser cauto. Si bien las perspectivas para el futuro del arándano chileno son buenas, debido al constante aumento en el consumo de esta fruta en distintos mercados del mundo, lo irregular de esta temporada invita a no sentarse en los laureles.

Hay que tener cuidado con lo que pasó esta temporada y que puede afectar nuestro negocio a futuro, como son los paros portuarios y también la Lobesia, cuyo manejo en el país es observado desde los mercados de destino. Ambos factores pueden afectar la imagen de Chile y generar un cierto llamado de atención a cómo podremos a futuro suministrar en forma confiable nuestros productos a los mercados externos.

Actualmente, se está conformando una instancia público-privada para abordar la problemática de esta plaga en Chile de manera general -que debe incluir un capítulo específico para los arándanos-, y la situación de cuarentena para el mercado norteamericano que tienen las regiones VI, VII y VIII, las que en conjunto conforman alrededor del 70% del potencial productivo nacional.

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