Economía circular: Proyecto crea piezas de vehículos a partir de desechos agrícolas
La economía circular se está haciendo una prioridad en el mundo. En esa línea, en España están trabajando en revalorizar residuos agroalimentarios para obtener productos que pueden ser utilizados en la construcción de autos.
Según explicó María Carmen Garrigós, del departamento de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Alicante a PortalFrutícola.com, “el proyecto BARBARA consiste en la revalorización de residuos agroalimentarios para la obtención de sustancias activas, bioplásticos y prototipos”.
Lo anterior “mediante tecnología 3D para crear piezas de automoción y construcción con propiedades mecánicas, térmicas y estéticas mejoradas”.
El proyecto surgió de la colaboración entre dos grupos de investigación de la Universidad de Alicante ("Visión y color" y " Análisis de Polímeros y Nanomateriales, NANOBIOPOL") y el centro tecnológico Aitiip (coordinador global del proyecto).
A través de residuos agrícolas proporcionados por una cooperativa agrícola, la universidad pudo optimizar los procesos de extracción y funcionalización de las moléculas funcionales a escala de laboratorio.
Desechos
Según explicó la investigadora, el proyecto BARBARA se basa en el uso de desechos provenientes de limón, granada, brócoli y cáscara de almendra para su aplicación en automoción.
Añadió que decidieron acotar a esos residuos dado que son muy característicos de la zona mediterránea.
"Se podrían utilizar otro tipo de desechos orgánicos similares que pudiesen aportar colorantes naturales, fragancias y/o compuestos con actividad antimicrobiana, tales como zanahorias, naranjas, etc.”.
“Asimismo, también podrían utilizarse como agentes de refuerzo cáscaras de otros frutos secos similares a la almendra (nueces, etc.)”, agregó.
De acuerdo a lo que comentó la profesional, a partir de los desechos de limón, brócoli y granada se obtienen colorantes naturales nuevos con efectos ópticos distintos a los sintéticos.
En particular del limón se puede obtener el aceite esencial que proporciona aroma y propiedades antimicrobianas (muy útil para el sector de alquiler de coches).
“La cáscara de almendra molida proporciona un aspecto similar a la madera y propiedades de refuerzo natural, con lo que logra mejorar las propiedades mecánicas del material. A partir del maíz se pueden obtener polisacáridos y almidón”.
Los aditivos extraídos a partir de los desechos agrícolas (colorantes, aceite esencial, cáscara de almendra molida) se funcionalizan mediante su incorporación en nanoarcillas para protegerlos y hacerlos más estables térmicamente.
Después, se combinan con biopolímeros para la obtención de filamentos para la impresión 3D de las piezas finales.
“Las piezas de automoción objetivo desarrolladas en este proyecto son principalmente salpicaderos y manetas de las puertas”, indicó.
El proyecto, que inició en mayo de 2017 y se espera finalice en abril de 2020, fue financiado por la organización BBI JU (Bio Based Industries Joint Undertaking) dentro del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea.