La uva de mesa es uno de los principales productos de exportación de Chile gracias a las buenas condiciones –de clima y suelo- y el manejo de los cultivos, lo que permite obtener un fruto de excelente calidad. 

Fotografía gentileza Fedefruta

Sin embargo, el sector se encuentra bajo una seria amenaza puesto que está perdiendo rentabilidad y competitividad productiva.

De acuerdo a un comunicado de la Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta), el bajo rendimiento productivo debido a la antigüedad de los parrones, la escasa disponibilidad de mano de obra y un alza en los costos, son los principales factores que ha ponen en riesgo a una de las industrias más representativas de Chile en el extranjero.

Y es que la industria de la uva de mesa ha debido enfrentar fuertes incrementos en costos, los cuales han llegado hasta un 90% en insumos, energía y en particular de la mano de obra, que representa más del 60% de los costos directos de producción. Esto, además del atraso cambiario que vive el sector a raíz de los años en que el dólar mantuvo un bajo precio, ha provocado una caída del 30% en los índices de competitividad de la uva de mesa exportable durante la última década.

A raíz de lo anterior, y para que el país no pierda su liderazgo mundial en la exportación de esta especie, Fedefruta apoyó la formación de la Comisión de Investigación y Desarrollo, Uvanova, la cual se concentrará en la reingeniería de la uva de mesa a nivel productivo, promoviendo distintas soluciones orientadas a elevar la rentabilidad del negocio.

Actualmente, la rentabilidad a nivel de productor se ha reducido notoriamente, debido a que parte importante de las 53 mil hectáreas de vid -entre las regiones de Atacama y El Maule-, corresponde a huertos antiguos que ya no rinden volúmenes de producción suficientes, ni tampoco con la calidad demandada por los mercados extranjeros.

“Las secuelas quedan a la vista cuando se analizan las exportaciones de esta especie en los últimos 15 años”, comentó Carolina Cruz, asesora en uva de mesa y quien asumió como presidenta de Uvanova.

Cruz detalló que entre 1998 y 2003 el volumen exportado de uva de mesa creció un 44%, mientras que entre 2003 y 2008 la expansión alcanzó solo un 18%. Además, desde 2008 hasta la fecha, el volumen exportado apenas ha aumentado un 2%, “incluso bajando entre el 2013 y 2014 por motivos puntuales como las heladas”, aseveró.

“Gran parte de la superficie productiva de uva en Chile está obsoleta o en vías de estarlo por la edad de los parrones, al mismo tiempo que la utilidad por hectárea ha bajado fuertemente, por lo que se requieren cambios estructurales urgentes si esta industria espera mantener su liderazgo”, añadió.

De esta manera, la Comisión de Investigación y Desarrollo para la Uva Chilena, Uvanova tiene como finalidad “promover una reingeniería de la producción de la uva de mesa en Chile y así incrementar la competitividad del sector mediante la investigación aplicada al huerto”, indica el comunicado.

De esta manera, y para que Chile se mantenga como el principal exportador de uva de mesa a nivel mundial, Uvanova buscará definir estrategias productivas para disminuir los costos de mano de obra, aumentar el pool genético de variedades y portainjertos, además de identificar tecnologías y procesos de postcosecha, y asegurar la sustentabilidad e inocuidad en el rubro.

“Los productores de uva de todas las variedades jugarán un rol importantísimo en los lineamientos para afrontar las problemáticas de cada zona del país”, declaró Cruz.

Finalmente, Martín Silva, director de Uvanova, indicó que “los recursos que se invierten en esta industria de la fruticultura son brutales. Tenemos que cambiar la manera de producir y allí surge la necesidad de una investigación focalizada que lleve una reingeniería en la uva de mesa, que le permita al productor reencantarse con el cultivo y rentabilizar, ganarse un premio por el arte que significa hacer un racimo de uva”.

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