Pre-breeding, un elemento clave para la seguridad alimentaria mundial

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Pre-breeding, un elemento clave para la seguridad alimentaria mundial

Mientras que los programas de mejoramiento (breeding) abundan en la industria de frutas y hortalizas, el proceso de pre-breeding apenas se menciona a pesar del rol base que posee para muchos alimentos y de su potencial para forjar cosechas del futuro. En Portalfruticola.com conversamos con Dyno Keatinge, director general del World Vegetable Center (AVRDC), quien hizo un llamado a una mayor colaboración público-privada en esta área –particularmente con los vegetales indígenas– para garantizar la resistencia o tolerancia a enfermedades, plagas, al calor o sequía. African eggplant 1 panorama

Puede sonar muy técnico e históricamente se ha limitado al sector público o agencias gubernamentales, pero el pre-breeding es la columna vertebral del desarrollo de frutas y hortalizas de cara a las desafiantes condiciones de cultivo.

“El pre-breeding te prepara para el proceso de mejoramiento, con progenitores específicos que tienen una calidad que tú no tienes en tu germoplasma actual”, dijo Keatinge, cuyo grupo cuenta con 60.000 accesiones de semillas de vegetales globales e indígenas.

“Nosotros producimos una gran cantidad de nuevo material parental que las empresas de semillas del sector privado luego utilizan para hacer sus propios híbridos”, agregó.

Pero un aspecto clave para Keatinge es que esas mismas empresas no siempre son tan abiertas a compartir [material] como los grupos que les han dado material genético de forma gratuita.

"Mi única preocupación es que el sector privado ha recibido históricamente germoplasma del sector público, esencialmente, libre de cargo durante los últimos 100 años más o menos, pero su falta de voluntad para ayudar al sector público a sobrevivir en términos de pagarles, significa que nuestra particular existencia está amenazada hasta cierto punto”, comentó.

“No hay garantía de que el sector público y los organismos internacionales seguirán adelante si los gobiernos se ven obligados a recortar [el presupuesto] en tiempos de crisis financieras”, añadió.

En ese sentido, Keatinge señaló que este escenario sería "muy peligroso", no sólo para aquellos que participan en los programas de pre-breeding, sino también para las empresas y los consumidores de vegetales que dependen de este tipo de investigación.

"Eso es porque sabemos que los virus están ocurriendo rápidamente, y tenemos que ser capaces de mantener el ritmo de esas cosas. Necesitamos tener variedades resistentes”, dijo, agregando que si el pre-breeding deja de funcionar, en unos 5 o 10 años, cuando las nuevas fuentes se agoten, “entonces vamos a estar en problemas”.

Por otro lado, Keatinge dijo que el problema con los vegetales indígenas es que, a pesar de que podría haber entre 1.000-2.000 especies de plantas con potencial para ser utilizado como vegetales, no todos pueden pasar del medio natural a la etapa de cultivo.

“Nos hemos visto obligados a recoger 10-15 especies particulares en las que nos concentramos y sometimos a ciclos de breeding”, detalló.

“Tenemos el banco de genes en Taiwán pero con los temas políticos, que abundan en estos días, no hay ninguna garantía de que el banco de genes seguirá funcionando”, declaró.

“Enviamos muestras a la Bóveda de Semillas de Svalbard, pero si alguna vez tenemos que depender de esa fuente en particular, entonces sin duda estaremos en problemas”, agregó.

Cabe señalar que esto no quiere decir que Keatinge se oponga al sector privado, ya que sus ideas son todo lo contrario. Él entiende la importancia de generar dinero para los desarrolladores de vegetales ricos en nutrientes y saludables, y que también el afán de lucro podría no estar allí para los laboriosos esfuerzos necesarios para obtener los rasgos de resistencia a enfermedades y plagas.

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Dyno Keatinge en el Congreso Internacional de Horticultura en Brisbane, Australia

“Ciertamente estamos encontrando que la colaboración con el sector privado en África está demostrando ser muy fructífera para ambos lados de la ecuación, sin duda en los vegetales indígenas", comentó.

"Muchas de las compañías de semillas más pequeñas están dispuestas a vender las variedades sin exclusividad y son mucho mejores al transmitir el mensaje a los agricultores, por lo que esencialmente la capacidad de distribuir semillas ha mejorado mucho al trabajar con el sector privado”, declaró.

Un círculo de realimentación con asociaciones de la industria y de semillas es también una necesidad para la pre-selección que el sector privado quiere.

"Tenemos una asociación cercana con la APSA (Asociación de Semillas de Asia y el Pacífico) y la AFSA (Asociación de Semillas de África), y muchos de los criadores del sector privado llegarán a nuestros días de campo anuales, para seleccionar los materiales que les gustaría utilizar como progenitores de su próxima serie de híbridos", dijo.

"Están muy en sintonía con lo que estamos haciendo, y también les preguntamos qué les gustaría que produjéramos, así tenemos un proceso interactivo”, indicó.

"Estoy muy a favor del sector privado, pero eso no quiere decir que voy a cambiar lo que hago", declaró.

Semillas híbridas e implantación de verduras en la política gubernamental

Otro punto clave planteado por Keatinge es el hecho de que hay una gama restringida de especies disponibles en semilla, y una gran cantidad de semillas híbridas no están bien adaptadas a las zonas donde se centra el AVRDC en el África subsahariana y Asia meridional.

"Los agricultores todavía no han hecho la transición a la tecnología de semillas híbridas, así que hay una cierta brecha en la que la mayoría de los programas nacionales que anteriormente podrían haber producido variedades de polinización libre, muchos de ellos no están mejor dotados que su hermanos y hermanas en el sector del trigo o arroz. Es bastante difícil para los agricultores obtener una bodega de variedades mejoradas", comentó.

"Para muchos agricultores del mundo en desarrollo, estas semillas no son accesibles o económicas. Por lo tanto, el sector público tiene que seguir desempeñando un papel importante”, aseveró.

Agregó que las políticas de gobierno eran el futuro de las hortalizas y la consideración de otros cultivos menores conduciría a un resultado más deseable.

"En su mayoría la gente está hablando acerca de las calorías, y eso se refiere al maíz, trigo y el arroz. Los cultivos de leguminosas, que son importantes fuentes de proteínas, por supuesto, obtienen muy poca atención, pero es más de la que obtienen las frutas y hortalizas", indicó.

Sin embargo, Keatinge citó a dos países asiáticos que han mostrado cómo una buena política hortícola puede conducir a resultados positivos.

"El gobierno de Vietnam es un buen ejemplo, tienen un sector muy dinámico de investigación y desarrollo agrícola (…) se han convertido en uno de los mayores productores del mundo en algunos cultivos, pero sin duda, su sector de frutas y hortalizas es excelente”, aseveró.

"El gobierno de Taiwán estaría en la misma categoría. Han pasado de ser en gran medida [productores] de arroz y otras cosas, a orientarse en cultivos especiales de mucho mayor valor. Exportan frutas, verduras y flores al mundo, y lo hacen de manera rentable", indicó.

Keatinge también hizo hincapié en que es una "necesidad absoluta" que tanto fincas como dietas tengan una cantidad suficiente de diversidad en frutas y verduras.

En relación a esto, indicó que las clases medias en ascenso en muchos países en desarrollo pueden permitirse diversas dietas y están dispuestos a comer una variedad de alimentos, pero su preocupación es por las personas más pobres para quienes la fruta y las verduras son "una especie de lujo".

"Ahora vemos una estrecha relación entre la pobreza y la obesidad, porque las personas se están llenando con cultivos de hidratos de carbono, y estamos haciéndolos propensos enfermedades", dijo.

Momordica

Momordica

"La única manera en que realmente pueden hacer frente a esto, es haciendo que las frutas y verduras sean lo suficientemente baratas para que puedan pagarlas”, comentó.

En cuanto a otras novedades vegetales, Keatinge manifestó su interés en el potencial de los melones amargos, también conocidos como Momordica charantia, ampalaya o calabaza amarga.

"Creo que hay elementos en el sector hortícola como el melón amargo, que tienen un potencial real para el alivio parcial de la diabetes tipo 2", dijo, agregando que el AVRDC ha tratado de recoger el germoplasma mundial de la Momordica.

"Hemos descubierto que el hogar de la mayoría de las Momordicas es África, así que ahora hemos salido para tratar de obtener un poco de ese germoplasma”, indicó, destacando que probablemente será “un proceso lento”.

Modificación genética

Mientras que el trabajo del investigador se basa en el mejoramiento convencional, él cree que la modificación genética tiene que ser más ampliamente aceptada para ayudar a superar el uso excesivo de pesticidas en las fincas.

"Estoy a favor de la modificación genética. Creo que la mayoría de los riesgos se han exagerado en gran medida", indicó.

"Los agricultores están rociando [pesticidas] 100 veces por temporada, y eso significa que están envenenándose a sí mismos y probablemente, también al consumidor".

De este modo, Keatinge piensa que la tecnología GM [genéticamente modificada] está en camino, pero señaló que todo el entorno regulatorio ha sido "salvajemente exagerado".

"Pero a medida que los virus y agentes patógenos potenciales sigan mutando muy rápidamente, creo que nos veremos obligados a utilizar esta tecnología para contrarrestarlo… No ha sucedido todavía, pero es probable que esté en camino", concluyó.

www.portalfruticola.com

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