Uruguay cuenta con aproximadamente 486 hectáreas de arándano en la actualidad y, este año, dadas las condiciones climáticas el país produciría alrededor de 2.500 toneladas, cifra mayor a la de la temporada anterior. 

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“El año pasado se exportaron cerca de 1.700 toneladas, cifra menor a lo estimado inicialmente porque hubo condiciones climáticas adversas, mucha lluvia durante la cosecha y en algunas empresas faltó de mano de obra para la realización de la cosecha propiamente tal”, señaló a Portalfruticola.com Marta Bentancur, de la Unión de Productores y Exportadores Frutihortícolas del Uruguay (UPEFRUY).

“La temporada de arándano este año comenzó el 14 de agosto con pequeños volúmenes. Lo básico es octubre, el peak ya en noviembre empieza a bajar y hay algo en diciembre. Cuando entra Chile nosotros prácticamente ya no estamos en el mercado”, agregó.

Bentancur detalló que muy poca fruta queda para el mercado local, ya que ésta se produce pensando en los mercados internacionales.

“Algún año se mandó a industria, y este año se va a retomar este tema con otra modalidad. Años anteriores también se congelaba acá en Uruguay y ahora se va a mandar la fruta entera a baja temperatura para congelar en destino, pero esto se está negociando… todo se exporta”, dijo.

De acuerdo a Bentancur, el año pasado el 40% de la producción tuvo como destino EE.UU. y prácticamente todo el 60% restante fue a Europa.

“Hubo pequeñísimas cantidades a Hong Kong y Canadá, pero lo básico es 40-60% [EE.UU.-UE] lo que fue cambiando en los últimos años. Antes EE.UU. era 60% y fue bajando a medida que subía Europa”, detalló.

“Este año, en lo que va la zafra -desde el 14 de agosto hasta antes de ayer (martes 7)- un 50% de la producción ha ido a EE.UU. porque todos los envíos aéreos son para allá, pero también se mandó a la Unión Europea, a Holanda, Alemania, Reino Unido, Irlanda y Bélgica”, agregó.

Consultada sobre la posibilidad de abrir nuevos mercados, Bentancur aseguró que hay algunos en los que están trabajando pero, de momento, están concentrándose en China.

“Hay una lista de mercados a los que estamos intentando acceder, por ejemplo, estamos trabajando en el ingreso a China directo -China continental a través de Hong Kong- y es el mercado que estamos trabajando fuertemente. De hecho, viene una misión de China este mes [octubre] para negociar el protocolo sanitario”, comentó.

Desafíos de la industria

Desde hace un tiempo, la industria uruguaya del arándano ha enfrentado una reducción del número de hectáreas y de productores.

Bentancur explicó que la reducción del número de productores surgió, básicamente, porque el boom de los arándanos en Uruguay estaba basado en los altos precios de la fruta en el mercado internacional, hecho que llevó a inversores externos al sector agrícola a involucrarse en este cultivo.

“Se invirtió en pequeñas áreas y muchas de ellas aisladas de las zonas donde están las plantas de empaque y todo el flujo de exportación. Entonces, esas han ido desapareciendo”, dijo Bentancur.

“El otro motivo fue que se plantaron algunas variedades que no eran muy competitivas en la zona sur del país, la que produce cuando Chile ya está en plena exportación, entonces, ahí los precios eran mucho más bajos que los que habían cuando la zona norte del país (Santo y Paysandú) entra en producción. Ahí empiezan en agosto-septiembre y en los primeros 15 días de octubre tienen buena producción exportable, mientras que en el sur empezaban a producir en noviembre cuando el precio internacional ya estaba bajo”, detalló.

“Creo que esos son los motivos principales por los que los productores fueron vendiendo y desapareciendo, y entonces hubo una concentración en pocas empresas”, añadió.

Bentancur destacó algunos de los desafíos más importantes a la hora de producir el fruto.

“Uno [de los desafíos] es ser más eficientes en los costos, porque los precios internacionales han bajado en forma relativa y el aumento del costo de la mano de obra en Uruguay ha sido muy importante en los últimos años”, comentó.

“Sabemos que este es un cultivo que requiere gran cantidad de personas, y esto no se limita sólo al costo sino que requiere la calificación y el número de personas adecuado para la tarea de cosecha, fundamentalmente”, detalló.

Dentro de los desafíos también está la diversificación de mercados.

“Debemos tratar de llegar a un amplio grupo de mercados que nos puedan dar más posibilidades comerciales”, aseveró.

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