La fruticultura regional no está pasando por un buen momento. El concurso preventivo presentado esta semana por una de las tradicionales firmas frutícolas de la región, Transmarítima Cruz del Sud, es en gran parte consecuencia de las limitantes que presenta el modelo económico nacional, que comienza a asfixiar a las empresas y a los productores de la región.

La firma exportó durante gran parte de los 90 hacia los exigentes mercados europeos cerca de 6.000 toneladas de fruta. En esta temporada los volúmenes que partieron hacia ultramar totalizaron apenas 2.200 toneladas. Esto, en definitiva, marca el deterioro progresivo que viene sufriendo la frutícola.

Transmarítima, como todo el mundo la conoce en la región, cae porque el Banco Nación no accede a refinanciarle una deuda superior a 1,5 millones de pesos sobre un pasivo total superior a los 9 millones.

Los pequeños y medianos proveedores vuelven a quedar a la deriva de lo que pueda suceder con esta convocatoria. Que una empresa de la magnitud de Transmarítima acuerde pagar a 15 ó 20 años las deudas para muchos de los proveedores puede ser el fin de su actividad.

Esta primera caída en "default" es una señal para no dejar pasar. Muchas son las empresas que hoy presentan serios problemas financieros. Cada año que pasa aumenta la demanda de fondos de las frutícolas a los bancos para poder cumplir con el ciclo de la actividad. Los altos costos que enfrenta la fruticultura regional son incompatibles con el desarrollo de la actividad. Muchos ya comparan el 2010 con la década del 90, que llevó a convocatoria a una docena de empresas. ¿Estamosfrente a un ciclo económico similar al de la convertibilidad?

Fuente: Río Negro

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