Severa sequía en Chile desafía industria de la ciruela
La falta de recursos hídricos está impactando la industria de la ciruela de Chile, disminuyendo volúmenes de producción lo que podría generar complicaciones para el sector.
La baja en la estimación de volumen para la temporada 2020 de ciruela, pronosticada entre un 15% y un 20%, se ha mantenido y respondería, en parte, a la falta de agua.
Pedro Acuña, director ejecutivo de Chile Prunes afirmó que en el primer cuatrimestre 2020, las ventas valorizadas son similares a igual periodo de 2019; sin embargo, los volúmenes en kilos han bajado.
“Lo anterior se explica por menor cosecha chilena en esta temporada, mejores calibres y precios”.
Acuña indicó que la ciruela D’Agen fresca -que antes no estaba en el radar- se está consolidando como producto en China y eso ha quitado parte del volumen de deshidratado.
“A pesar de que los precios del fresco han sido más volátiles que los de deshidratado, en 5 años, Chile pasó de exportar 3.000 a 33.000 toneladas frescas en 2020”.
Explicó que han tenido que afrontar años de sequía en Chile, sin precedentes.
“Por ejemplo, respecto al ciruelo europeo D´agen, existen plantaciones importantes que aún no tienen riego tecnificado, son menos eficientes, lo que las hace más vulnerables a la sequía”.
“Adicionalmente, en la temporada pasada existió un fuerte impacto por las heladas a fines de septiembre, con un posterior golpe de golpe de sol a fines de diciembre y principios de enero que afectó nuestra temporada”, remarcó.
“Sin duda, si la sequía se continúa intensificando, la oferta de fruta bajará; se han visto huertos que han sido mantenidos al límite de agua y otros sacrificados”, señaló.
Añadió que existe un efecto sobre la inducción de la próxima temporada y uno importante de golpe de sol al tener superficies más expuestas con menor follaje y vigor; “en este último faltan productos orgánicos y de bajo costo que podrían apoyar”.
Demanda
En lo que concierne al comportamiento de los consumidores, indicó que la ciruela tiene un consumo mayor en el segundo semestre (más del 65% de las exportaciones se dan en ese período).
“Creo que, a pesar de la incertidumbre general, con una operatividad que no ha sido normal, sobre todo a nivel de supermercados y restoranes, tendremos un mejor segundo semestre en consumo”.
“Varios supermercados en Europa vendieron un 40% más de lo habitual por lo que -como han dicho algunos de nuestros socios- están apurando los contenedores, los despachos. Una gran ventaja que tiene este producto es el no ser perecible. Su demanda se ve bien aspectada este 2020”.
Desafíos
En términos de los desafíos a los que se han enfrentado, indicó que el mayor, no solo para la ciruela deshidratada sino para toda la agroindustria chilena, es enfrentar de buena forma la sequía que se ha prolongado ya por varios años.
“Ese es nuestro problema madre, nuestro desafío principal”, destacó.
Más allá de los desafíos de empaque y logística, señaló que el mundo quiere productos sustentables, orgánicos, de calidad. “Hay preocupación por la salud y busca informarse con lo que está comiendo. Nuestros empaques deben apuntar a eso. También es clave la trazabilidad, lo que es un “desde” al igual que las certificaciones”.
En lo que es el tema de la sustentabilidad y agua, así como de uso de la energía, afirmó que tienen socios que han desarrollado innovaciones en esta dirección.
“Desde el uso de paneles solares para abastecer parte del consumo hasta inyectar al sistema, en algunos casos, sobre los techos de los galpones, cambiando toda la iluminación por tecnología LED que ilumina mejor y consume mucho menos”, comentó.
Agregó como ejemplo, “el agua, que ocupan las plantas procesadoras al lavar la fruta se están haciendo procesos de filtrado formando riles que son posteriormente utilizados en consumo de riego”.
“También estamos usando residuos para producir energía: una empresa socia hace un secado de cuescos al mismo tiempo que elimina trozos adheridos de pulpa que se aprovechan como subproductos que generan energía eléctrica que cubre un alto porcentaje de su consumo total (la pulpa adherida se aprovecha como subproducto distinto al cuesco que se seca y posteriormente quema para producir energía)”.
“Procesos como éste, muy innovador en la agroindustria chilena, son a los que se debe apuntar; el desafío es alcanzar mayores eficiencias en todos los procesos”.
Cambios
En tanto, en lo que concierne a los cambios que han estado viendo en el sector, señaló que el camino es usar la tecnología para eficientar procesos.
“Desde tecnificar los riegos, profundizar pozos, mejorar controles, utilizar instrumentos de mayor tecnología y los que no puedan acceder invitarlos a un uso más eficiente del agua y reponer lo que realmente se necesita”.
Comentó que el panorama se ve difícil, “no hemos visto noticias que indiquen que la sequía deje de ser un tremendo problema”.
“Si se repite lo que vimos el 2019, sin duda tendrá un impacto mayor. Una importante preocupación en todos los actores, el camino que seguiremos debe ir de la mano de la tecnología y hacer más eficientes los sistemas de acumulación y distribución de riego”.
“Adicionalmente comentar que, si bien la utilización transitoria de fuentes de agua se ha permitido y se agradece, pero no es la solución definitiva”.
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