FAO pide un "esfuerzo mundial" contra mortal enfermedad que afecta al banano
La propagación de la cepa tropical de raza 4 (TR4, por sus siglas en inglés) de la enfermedad del marchitamiento por Fusarium – más conocida como Enfermedad de Panamá- ha suscitado el temor que se repita el desastroso brote de comienzos del siglo XX, cuando una cepa diferente del hongo (Raza 1) se extendió por toda América Latina, causando más de US$2.000 millones en pérdidas y diezmando prácticamente la industria mundial de exportación de banano.
En aquella ocasión, las exportaciones se salvaron gracias a la sustitución del banano Gros Michel por el banano Cavendish, resistente a la Raza 1, informó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Sin embargo, y pese que hasta la fecha ésta variedad ha cubierto las necesidades de la industria en suministro y exportación, la cepa TR4 está forzando, nuevamente a la industria, la comunidad científica y a los gobiernos a encontrar variedades alternativas que sustituyan al Cavendish, la variedad de banano más popular del mundo y que está siendo víctima de esta cepa.
Una vez más, la FAO y sus socios han salido a defender la necesidad de un esfuerzo mundial para prevenir la rápida propagación de la enfermedad del marchitamiento por Fusarium en los bananos, dada la grave amenaza que ésta supone para el bienestar económico y la seguridad alimentaria de los países en desarrollo.
La entidad informó que ella y un grupo de expertos internacionales se han puesto de acuerdo sobre el marco de un programa mundial contra el marchitamiento por Fusarium que trabajaría en tres frentes de acción. Estos son: prevención de futuros brotes, gestión de casos ya existentes, y fortalecimiento de la colaboración y coordinación internacional entre institutos, investigadores, gobiernos y productores.
Otros aspectos clave del programa serían el apoyo a la investigación en curso, la educación de los productores y la ayuda de los gobiernos en el desarrollo de políticas y normativas específicas para la prevención de la enfermedad.
Las necesidades totales de financiación para esta iniciativa ascienden a unos US$47 millones, según estima la FAO. Parte de este presupuesto se utilizaría para facilitar asistencia rápida sobre el terreno en los países que se enfrenten a nuevos brotes.
“La enfermedad del marchitamiento por Fusarium ha sido un desafío importante en la historia de la producción bananera”, advirtió Clayton Campanhola, Director de la División de Protección Vegetal de la FAO, en una reunión de expertos en la sede de la FAO la semana pasada.
“Tras la devastación provocada por la TR4 en los bananos de algunas zonas de Asia, hemos de temer su propagación en África y Cercano Oriente y también en América Latina, y considerarla una amenaza para la producción a nivel mundial”, agregó.
Los expertos han advertido que la solución al marchitamiento por Fusarium no radicaría únicamente en la búsqueda de una nueva variedad inmune, sino también en incrementar la diversidad genética y la resiliencia de los sistemas de producción bananera.
Según Fazil Dusunceli, experto en enfermedades vegetales de la División de Protección Vegetal de la FAO, una mejor utilización de las variedades locales disponibles es clave para aumentar la resiliencia ante las enfermedades y prevenir la inseguridad alimentaria e importantes pérdidas económicas.
“Estamos observando que los sistemas de producción con mayor diversidad de variedades y cultivos son más resistentes a la enfermedad", señaló Dusunceli en la nota de prensa emitida por la FAO.
El organismo internacional informó que, si bien muchas variedades silvestres de bananos y plátanos no son comestibles, contienen una gran cantidad de material genético sin explotar que -con una mayor inversión en investigación– podría utilizarse para incrementar la resiliencia a las enfermedades de la producción e industria bananeras.
Pero los expertos también destacan que la manera más eficaz de combatir la enfermedad consiste en vigilar e implementar medidas preventivas para detener la entrada del hongo en un país o región, conteniéndolo rápidamente en caso de aparición. Para ello, es esencial contar con una adecuada normativa, junto con las directrices establecidas por la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF).
A nivel de nuevas variedades, mediante mutaciones inducidas se ha desarrollado un banano denominado GCTCV-219, de sabor y forma similar al banano Cavendish, el cual se está promocionando para su plantación en campos infestados en Filipinas para el abastecimiento del mercado japonés.
Datos
El plan de la FAO para un nuevo programa de intervención y prevención surge a raíz de un caso reciente en Mozambique, que dio lugar a un proyecto de emergencia del organismo en diciembre para contener el hongo en el país africano.
Brotes anteriores de la cepa TR4 paralizaron las exportaciones de banano indonesio -que ascendían a más de 100.000 toneladas al año-, provocando pérdidas anuales por US$134 millones únicamente en Sumatra.
Actualmente la enfermedad está afectando gravemente a más de 6.000 hectáreas en Filipinas y 40.000 hectáreas en China.
El marchitamiento por Fusarium se propaga rápidamente a través del suelo, el agua y el contacto con equipos y vehículos agrícolas contaminados, por lo que las respuestas rápidas son esenciales para prevenir su aparición y propagación. Una vez que el suelo está contaminado con el hongo, el campo afectado deja de ser apto para la producción de banano y es susceptible a la enfermedad hasta un máximo de tres décadas, detalló la FAO.
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