Entrevista: Los cítricos argentinos ante una encrucijada
Ante el cierre anticipado de la campaña exportadora de cítricos a la Unión Europea debido a problemas fitosanitarios, entrevistamos al presidente de Federcitrus, el Dr. José Carbonell. Hace varios años preside FEDERCITRUS, la federación que nuclea al sector citrícola argentino, teniendo muchos años de experiencia en el mismo.
¿Qué importancia tienen los cítricos para Argentina?
Es el grupo de frutas más importante de Argentina, el de mayor producción, el más distribuido, el que más factura, más gente ocupa y genera un importante ingreso de divisas al país. Los cítricos son fundamentales para las economías regionales del norte argentino. Dentro de este grupo se destaca el limón, al ser Argentina líder en este producto. Somos el primer productor e industrializador mundial, teniendo también gran incidencia en la producción y comercialización del limón fresco. Los últimos años fueron satisfactorios para el limón, aunque en el último año la situación se tornó algo más compleja. En caso de los cítricos dulces, tienen gran importancia local tanto en el noroeste, como noreste argentino. En este caso la incidencia Argentina en el comercio mundial es menor. A esto se suma que las naranjas sufrieron en el mundo un reacomodamiento. Su producción se redujo ante el avance del HLB en los principales países productores. Pero esto no impactó sobre el mercado del jugo o del fresco, dado que su consumo está cayendo.
¿Qué pasó este año con el tema sanitario? ¿Por qué se produjo tal desajuste?
Hace años Argentina, al igual que los otros países australes, tiene que cumplir un estricto protocolo fitosanitario para poder exportar sus cítricos a los mercados del norte. Esto se centra especialmente en las plagas cuarentenaria, siendo la Mancha Negra una de las más complicadas para manejar.
¿Por lo que sabemos, esta plaga ya trajo muchos dolores de cabeza a los países australes?
Si, hay varias razones por los cuales la misma es centro de discusión. Por un lado es una plaga que causa un daño cosmético, pero no afecta la producción. Por otro lado está demostrado que la fruta con síntomas no transmite la plaga. Hace muchos años está presente en los cítricos del hemisferio sur y aunque se haga el máximo control, ha ingresado fruta con síntomas a Europa. A pesar de esto la plaga no llegó a transmitirse, ni difundirse en el Mediterráneo.
La otra complicación es su control, el cual es muy complicado. Requiere la aplicación de agroquímicos específicos, los cuales no están permitidos si la fruta después va la industria del aceite, como es el caso del limón.
Por otro lado su aparición, dado que es una enfermedad evolutiva, no es fácil de detectar y frecuentemente recién aparece con la fruta en tránsito, es decir viajando a los puertos del HN. Por lo cual la gran discusión es porque sumarle un agroquímico, hoy tan discutidos, y exigir muchos controles, que suman gastos, para una plaga que no se transmite por el fruto, ni causa daños a las plantaciones. Es por un lado una discusión científica, así como política, si esta plaga no debería cambiar de status.
¿Qué ha pasado este año en Argentina para que la plaga adquiera relevancia?
A diferencia de otros años, el noroeste argentina está sufriendo una sequía muy marcada. Este hecho, sumado a ciertas temperaturas, llevó a que la infección tuviera mayor incidencia a lo habitual. Lo otro que complica el manejo de esta plaga en Argentina, es que si los limones luego se industrializan, no se pueden aplicar los agroquímicos específicos. Por lo cual en muchas fincas de Tucumán no se lo aplica, dado que un porcentaje de la fruta, como es el descarte del empaque, se industrializa. Esto lo diferencia de países, como Sudáfrica, donde prácticamente el único destino es el mercado en fresco, siendo por lo cual la aplicación de estos productos más habitual.
Además, como indique más arriba, no es fácil de detectar. Muchas veces aparece recién en el viaje. Pero esto no quita, que tenemos que hacernos una autocrítica. Hubo empresas que lograron trabajar muy bien la fruta y no tuvieron problemas, mientras que otras no. Estas últimas tendrán que hacer un gran trabajo de revisión y ajuste. No hay duda de eso.
Independientemente de nuestra responsabilidad, hubo un cambio en la política española frente a la Argentina. En España este año se duplicaron a triplicaron los controles, no dejaron pasar ninguna carga sin revisar y fueron sumamente estrictos. Por otro lado la mayoría de las detecciones se basaron en observaciones visuales, sin hacerse la verificación de laboratorio correspondiente. En cierta forma estuvieron empecinados en encontrar vestigios de la plaga.
Esto asombra si se tiene en cuenta la larga y fuerte relación que tienen las empresas citrícolas argentinas con España. En los últimos años la mayor parte de las importaciones argentinas fueron a través de España, con fuertes lazos con empresas locales. Varios de los puertos españolas trabajan principalmente con Argentina, teniendo en el momento de plena campaña, pocos otros clientes.
A nosotros también nos asombró. Sabemos que España cuida muchísimo su citricultura y se enfrenta a creciente competencia, con ventajas competitivas. Esto es el caso de las naranjas de Egipto y Marruecos. Incluso Sudáfrica compite en ciertos momentos fuertemente. La exportación argentina tiene menor incidencia sobre la producción española, es más bien complementaria.
¿Qué significó el cierre anticipado de la campaña de limón en Europa?
En Julio cuando se cerró el mercado, la campaña estaba bastante adelantada. Este año se exportó la mayor parte en forma muy temprana. Estimamos que quedaban unas 20-30.000 toneladas por enviar. Se trató de ubicar estos volúmenes en otros mercados, pero esto no es nada fácil cuando la campaña ya está tan avanzada. Además hay exportadores que solo trabajan con Europa y no tiene contactos en otros mercados. De lo que quedó sin exportar se envió mucho a la industria.
¿Qué significó el cierre anticipado de la campaña para las naranjas?
La decisión de cerrar el mercado también a los cítricos dulces, realmente sorprendió al sector. Primero porque no hubo tantas intercepciones, segundo fueron prácticamente todos en España. Al sector naranjero lo afecto duramente, ya que la campaña recién se iniciaba. Quedaban 2/3 por exportar. No es fácil encontrar mercados alternativos para las naranjas. La prohibición también incluyó a la región del noreste argentino, que no tuvo ninguna intercepción y al cual le faltaba exportar toda su naranja Valencia.
La prohibición se extiende hasta el año que viene. ¿Qué medidas se están tomando al respecto?
El sector, así como cada empresa, está revisando todos los procesos productivos y de empaque, buscando los errores y detectando los puntos débiles. Se están realizando auditorías internas y revisando los protocolos. Además está programada una auditoría de la Unión Europea. Es demasiado temprano para adelantar algo sobre los posibles resultados. Pero seguramente el año que viene no va ser nada fácil. A la revisión del tema fitosanitario y la incógnita sobre las posibilidades de exportación, se suma que las condiciones climáticas continúan siendo adversas. La fuerte sequía continúa afectando todo el norte del país, lo que seguramente resultará en una menor cosecha. Pero la industria citrícola tiene una larga tradición y gran experiencia, que le ayudará a enfrentar estos desafíos.