Argentina: La fruticultura prepara terreno para las demandas

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Argentina: La fruticultura prepara terreno para las demandas

Se acerca la época de liquidaciones y renegociaciones salariales. Con menos ingresos totales al circuito por la menor cosecha, más dólar planchado e inflación, se avecina un período de disputas. La cámara que agrupa a los exportadores prepara un documento que demandará una suerte de plan de competitividad sectorial.

Casi completado agosto, en las chacras del Alto Valle de Río Negro y Neuquén aparecen las primeras flores, las de las frutas de carozo. En pocas semanas florecerán también las pepitas. Pero junto con las flores asoman también las viejas disputas, que se desperezan del letargo invernal. Todo preanuncia una nueva temporada de conflicto social. La prensa interesada describe una situación de indescriptible endeudamiento empresario y prevé que el costo lo pagarán los chacareros.

Poca creatividad. La cámara que agrupa a las principales empresas exportadoras, CAFI, llama a reunión para analizar la gravedad de la situación, pero rompiendo la norma, lo hace públicamente, para que se vea que la cosa viene en serio. Los productores primarios convocan a la clase política a reuniones urgentes y este lunes a conferencia de prensa. Los chacareros más inorgánicos, con menor capacidad de diagnóstico integral, amenazan con cortes de ruta. Nadie evita el lenguaje altisonante. Tampoco el tono y el rictus de catástrofe inminente. Es claro, se acerca la época de las “liquidaciones”, el tiempo en la que los productores que “entregan” su fruta sin contrato comienzan a enterarse de los resultados de la temporada. También el tiempo de las renegociaciones salariales.

Los ciclos de conflicto de la fruticultura norpatagónica se repiten año a año siguiendo una secuencia inveterada. Pero no se trata de una determinación biológica, como los ciclos de las plantas, sino de la persistencia del fracaso sistémico en la resolución de los problemas estructurales del sector.

Menos ingresos

En la presente campaña hubo una menor cosecha. Los precios no fueron malos, como lo indican las cifras del Senasa en base a las declaraciones en Aduana, pero los costos fijos, dicen los empresarios, son los mismos para una cantidad de fruta que es menor. Hay inflación, imposible saber la tasa exacta, y el dólar está planchado. Durante algunos meses durante el cierre de operaciones el euro y el rublo se devaluaron frente a la divisa estadounidense. La opción de ajustar por el eslabón más débil no sólo es una tentación, sino una tradición. En el medio se encuentran los Estados, nacional y provinciales. La situación es más dura del lado rionegrino que del Neuquino.

Con profesionales propios y contratados ad hoc, CAFI avanza en los últimos ajustes de un documento económico plagado de reivindicaciones hacia el Estado. Según pudo saber E&E de fuentes empresarias, los contenidos son los que se repiten en estas circunstancias, pero con el detalle de la actualización del deterioro cambiario.

Luego de abundar en el carácter mano de obra intensivo de la actividad y en su potencial como economía regional, el trabajo presenta un conjunto de números y de series históricas que grafican la actualidad del retraso cambiario visto por los exportadores.

Al mismo tiempo se detalla el crecimiento en paralelo de los costos de producción, incluida la mano de obra. La conclusión no es otra que la situación de potencial quebranto, que ya se adelanta con los retrasos en la cadena de pagos e, incluso, con la convocartoria de acreedores de, “por ahora”, una sola empresa, una que ya lo hizo antes, como muchas lo hicieron sobre el fin de la convertibilidad. Con alguna conciencia de que la actual administración no tocará la relación cambiaria, la que incluso seguirá el camino de la apreciación real, los reclamos empresarios se centran en cuestiones impositivas. Aquí fue imposible saber si existe algún arreglo con los representantes locales del gobierno nacional, pero volverá a pedirse por la eliminación de retenciones, por la baja del costo laboral y por los incentivos por puerto patagónico. El sector pretende una suerte de Plan de Competitividad sectorial.

Como además se prevé un fuerte conflicto con los chacareros, se evalúa cómo manejar la situación. Algunas voces proponen más subsidios directos, contantes y sonantes, otros hablan de la necesidad de dejar de hablar de los productores para hablar de “la producción”. Muchos puntos todavía no están cerrados. Lo que es seguro, es que los próximos meses no serán de paz.

Fuente: La Mañana de Neuquén

Portal Fruticola

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