Recomendación: Monitoreo de polillas en frutales
Por Edith Fuentes, Ingeniero Agrónomo. Encargada del Departamento Entomología del CER
Uno de los factores críticos en el programa fitosanitario de carozos y pomáceas es el control de plagas, y más específicamente el control de polillas. No es novedad, o por lo menos no debiese serlo, que para conseguir el mayor éxito en el control químico de cualquier plaga resulta fundamental el tipo de producto a utilizar en el momento de aplicación, pues podríamos obtener malos resultados utilizando productos con alta eficacia debido a su utilización en un mal momento.
La mayoría de los pequeños y medianos productores suelen realizar sus aplicaciones guiados por el calendario o por la observación de los estados fenológicos de sus huertos. Esta técnica está muy justificada para las aplicaciones de fertilizantes, bioestimulantes y algunos productos fitosanitarios que controlan patógenos asociados a ciertos estados fenológicos (brotación, botón, floración, etc.). Sin embargo con esta estrategia obviamos el estado de desarrollo de las plagas a controlar lo que nos podría llevar a cometer un error en el manejo de importantes plagas como son por ejemplo las polillas.
En general, el desarrollo de los insectos va en respuesta a las condiciones climáticas, puntualmente a las temperaturas mínimas y máximas, por lo tanto la observación de las temperaturas es fundamental. Esta práctica no representa gran dificultad pues existen distintas plataformas que nos entregan esta información a través de Internet, necesitando solamente conocimientos básicos en computación para manejarla.
Además de la información climática, es necesaria la utilización de trampas de feromona. En el caso de las trampas para monitoreo de la polilla del manzano (Cydia pomonella) y polilla oriental (Cydia molesta) estas son de fácil acceso y bajo costo. El uso de las trampas de monitoreo hace necesario el reconocimiento de los adultos de la plaga que estamos monitoreando, puesto que a través de la contabilización de los individuos capturados podremos determinar el biofix de la plaga y estimar el momento óptimo de la aplicación de los productos.
Otro factor importante para el monitoreo de polillas, es el conocimiento de la biología de las especies, puntualmente los requerimientos de temperatura de cada etapa de desarrollo (Días grado), que en este caso son distintos para ambas especies.
En el caso de la polilla de la manzana (Cydia pomonella) la aparición de los adultos se podrá observar durante la segunda quincena de septiembre hasta iniciado el mes de octubre, por lo tanto es en estas fechas donde se inicia la observación del desarrollo de la plaga. Los umbrales de desarrollo de la polilla de la manzana son 11°C y 32°C, por lo tanto es en estos rangos de temperatura donde debemos contabilizar los días grados para esperar el momento óptimo de control el que se encuentra en 90°D aproximadamente.
En cuanto a la polilla oriental (Cydia molesta) es posible observar la emergencia de sus adultos desde fines del mes de agosto y sus umbrales de temperatura son 7.22°C y 32°C. El momento óptimo de control será aproximándose los 110°D.
Finalmente, durante los últimos años se ha observado una variación mayor en la fecha de desarrollo del biofix de todas las plagas que afectan frutales, además de un desplazamiento de las fechas de desarrollo de los estados susceptibles al control. Esto se debe a la inestabilidad climática de la cual hemos sido testigo y tenemos que, según la opinión de varios expertos, aprender a convivir por un largo periodo. Bajo este escenario debemos utilizar la mayor cantidad de herramientas disponibles para tener mayor precisión en la fecha de las aplicaciones y evitar eventuales daños en la fruta.