Chile: Establecen consideraciones para fortalecer la producción de maqui orgánico
Detrás de la fragilidad de su aspecto por poseer ramas delgadas y bastante flexibles, el árbol de maqui, nos sorprende con sus múltiples beneficios para la salud humana. Su fruto de color intenso y rico en antioxidantes es considerado un superalimento, lo que ha generado una creciente demanda nacional e internacional, reflejada en un crecimiento de las exportaciones en la última década, alcanzando en 2017 las 424 toneladas.
Por esta razón, nace el proyecto “Desarrollo de un paquete tecnológico para el establecimiento y producción comercial de maqui (Aristotelia chilensis) bajo un manejo sustentable que permita mitigar los efectos del cambio climático”, ejecutado por Agrícola, Ganadera y Forestal Queñi SpA y Comercial GoodFood4U SpA (Nativ for Life) con apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). Iniciativa que deja seis aspectos necesarios de considerar al momento de establecer un huerto comercial de maqui orgánico.
La investigación se realizó en un huerto piloto establecido en la región de Los Ríos, utilizando ecotipos seleccionados previamente para agrosistemas del sur de Chile.
“Gracias al gran trabajo que realizaron el equipo de profesionales, se generó por primera vez en Chile una ficha técnica orientada a la producción de maqui orgánico para cosecha mecanizada, lo cual genera un enorme aporte a quienes ya poseen o deseen explorar este cultivo, puesto que, hasta hoy, una vez comprada la planta en el vivero, el manejo posterior era desconocido. Se destaca además que todo fue desarrollado con un estudio de rentabilidad económica asociado, lo cual vuelve al presente trabajo un verdadero y útil manual para el cultivo”, comentó el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.
Innovación
Desde su experiencia en terreno, la investigadora principal del proyecto, doctora en Ciencias Agrarias y Gerente de I+D de la empresa Agriismart Ltda., Pamela Artacho, explicó que “en Chile se ha avanzado en la selección de ecotipos de maqui, pero no existe suficiente información técnica para el manejo del cultivo, particularmente respecto de los requerimientos de fertilización y riego, y técnicas de poda y conducción. Estas nuevas tecnologías (asociadas a la innovación) debieran maximizar el potencial productivo de los huertos y estabilizar los rendimientos en el tiempo”.
Luego de tres años de arduo trabajo, fue posible definir seis aspectos críticos para un establecimiento exitoso de huertos de maqui: El primero, es que existen importantes diferencias detectadas entre los ecotipos evaluados, en términos de potencial productivo, calidad de la fruta (tamaño y sólidos solubles), fecha de maduración, e incluso sensibilidad a enfermedades fungosas y eficiencia de absorción de nutrientes. Por tanto, la selección del ecotipo de maqui más adaptado a la zona de cultivo es crucial para lograr un resultado económicamente viable.
Por otro lado, el maqui cultivado es atacado por enfermedades fungosas con distinta intensidad según el ecotipo. Las principales especies fungosas detectadas corresponden a Diaporthe sp, Alternaria sp, y Fusarium sp., que generan muerte regresiva de ramillas, necrosis y cancros en tallos, manchas necróticas en hojas y finalmente la muerte de las plantas.
El tercero, corresponde a la importancia del sistema de conducción y poda, el cual es determinante para cubrir prontamente el espacio asignado a cada planta y así lograr la máxima productividad por unidad de superficie.
El cuarto punto, uno de los objetivos clave que responde al desafío actual que enfrenta el Planeta. Se determinó que el cultivo comercial de maqui en la zona sur de Chile requiere riego aplicado en forma racional, considerando las características del suelo y las condiciones climáticas de la zona, ya que tanto el exceso como la falta de agua es perjudicial productivamente. En promedio, por ejemplo, las plantas que fueron regadas óptimamente produjeron 70% más fruta que plantas que no fueron regadas, lo que fue resultado de mayor número de ramillas con racimos florales, y un mayor porcentaje de cuaja que originó racimos con mayor número de frutos.
En cuanto al suelo, se detectaron dos puntos importantes: es fundamental corregir el nivel de fósforo del suelo previo a la plantación; y además, en suelos ácidos del sur de Chile, es necesario ajustar el pH del suelo mediante encalado para evitar una disponibilidad excesiva del elemento tóxico Aluminio (Al) que generan muerte de raíces, disminuyendo la capacidad de las plantas de absorber agua y nutrientes, y finalmente reduciendo su crecimiento y rendimiento.
Por su parte, la gerente de operaciones de la empresa Nativ for Life, Isabel Lecaros, mencionó que “de los aprendizajes que resaltaron de esta investigación es lo crítico de contar con plantas de vivero sanas, y realizar acciones preventivas como manejo cuidadoso de la poda, aplicaciones cúpricas, eliminación de plantas enfermas, acondicionamiento nutricional del suelo antes de plantar, entre otras, ya que aún no existen alternativas de control químico autorizadas, pensando en tener un producto certificado orgánico”.
Es importante señalar que esta fruta se adecúa enormemente a la demanda de los mercados de alimentos nutracéuticos – los cuales proyectan un volumen de ventas mundial por sobre los 390 billones de dólares al año 2026 –. Y al mercado de los antioxidantes, que para el mismo año proyecta ventas mundiales por sobre los 1.5 billones de dólares, y con tasa de crecimiento del 6.7% anual.
Fuente: FIA.