La necesidad de abastecer los mercados locales de hortalizas tanto para Chiloé como para el territorio que se ha denominado Patagonia Verde (Cochamó, Hualaihué, Futaleufú, Chaitén y Palena), en Chile, los cuales día a día incrementa su demanda debido a la gran cantidad de población flotante y visitantes en época estival, exige que los productores maximicen su explotación agrícola, aumentando rendimientos por unidad de superficie, mejorando calidad, variedad y produciendo contra estación. Para lograr este objetivo, es menester la adopción de tecnologías adecuadas y eficientes, como el invernadero.
Imagen 1: producción de hortalizas bajo invernadero. Gentileza señora Luisa Vidal, NTH Chaitén.
La producción agrícola bajo invernaderos es una técnica ampliamente utilizada para la obtención de hortalizas en zonas donde las condiciones climáticas son desfavorables para lograrlo. La protección de los cultivos frente a factores ambientales adversos permite establecer una barrera frente a estos, determinando un área de confort en donde el microclima creado es el adecuado para el crecimiento y desarrollo de diversos cultivos hortícolas.
Hortalizas como lechuga, espinaca, acelga, achicoria, cilantro, perejil, ciboulette, ají, pimiento, morrón, tomate y pepino entre otras, requieren de condiciones ambientales propicias, que estimulen la producción de sus órganos de consumo, además de prevenir las consecuencias de algún tipo de estrés abiótico (bajas temperaturas, fuertes vientos, impacto de granizos, etc.)
Los principales parámetros que se deben considerar en el manejo de un invernadero son: Temperatura (T°), Humedad Relativa (HR), Intercambio de Gases (Ventilación) y Radiación Fotosintéticamente Activa (PAR, por su sigla en inglés).
Temperatura: determina procesos fisiológicos como germinación, crecimiento vegetativo, floración, etc. El rango óptimo comprende temperaturas entre 15° y 25° Celsius.
Humedad Relativa: excesos de este parámetro (<30% y/o >70%) puede afectar en la polinización y cuajado de frutos, producir quemadura foliar y de frutos por “golpe de sol” y desencadenar desordenes fisiológicos. Altos índices de este parámetro promoverán la proliferación de enfermedades fúngicas.
Ventilación: permite la renovación de Oxigeno (O2 ) y Dióxido de Carbono (CO2 ), gases fundamentales para la respiración y fotosíntesis de las plantas, además de favorecer la refrigeración del invernadero.
PAR (Radiación Fotosintéticamente Activa): invernaderos opacos producto de la falta de renovación del material de cobertura (polietileno), o bien la alta densidad de plantas favorecen la competencia por luz, aumentando la etiolación y dificultando la correcta ventilación. Un activo crecimiento es producto de un correcto proceso fotosintético, el cual está supeditado a la transparencia del material de cobertura y a una correcta población de plantas por m2.
Imagen 2: Elongación exagerada del tallo en plantas de lechuga, conocido como “etiolación”.
El manejo eficiente de estos factores se traducirá en aumentos en los rendimientos, precocidad, sanidad vegetal y disminución en los costos de producción.
Es necesario evaluar todas las variables que intervienen en la construcción de un invernadero, las cuales determinarán la ubicación definitiva de la infraestructura.
Imagen 3: Detalle de lucarna en un invernadero en construcción, la cual maximizará la circulación interna de aire.
La orientación de la estructura siempre debe evitar la exposición a los vientos predominantes, junto con maximizar la incidencia de radiación solar. La nivelación del terreno también es un factor a considerar, ya que facilitará las labores culturales dentro del invernadero.
Figura 1: En el sur de chile la orientación de un invernadero debe ser SO NE.
Definir los cultivos que serán producidos dentro del invernadero dará una aproximación al diseño que éste deberá tener, de tal manera que:
A. Invernadero tipo túnel: hortalizas bajas, lechugas, acelgas, espinacas, etc.
B. Invernadero a dos aguas: permite el cultivo de hortalizas de crecimiento erecto (tomate indeterminado, pepino) además de todo tipo de hortalizas bajas
A continuación, se describe la construcción de un invernadero de 5 X 8 metros (40 m2 ), de dos aguas y lucarna, estructura de madera y cubierta de polietileno.
Con el fin de facilitar las labores de construcción se debe preparar el terreno, quitando escombros, raíces, arbustos piedras, palos etc. En caso de existir una pendiente o desnivel en el terreno, este deberá ser nivelado.
Se realiza utilizando el método 3-4-5, el cual por medio de lienzas y una huincha métrica permite medir el ángulo recto de las esquinas de la construcción.
Figura 2: Detalle de la cuadratura del terreno.
Figura 3: Vista frontal y detalle de la intersección entre tijerales y pilares.
Figura 4: Detalle de la construcción de un invernadero a dos aguas con lucarna.
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