Chile: Exportaciones en problemas: envíos suman siete trimestres de caída

Mercado y economia - F Noticias - F
Chile: Exportaciones en problemas: envíos suman siete trimestres de caída

¿Culpa del tipo de cambio? El debate está abierto entre los especialistas, aunque también hay otros factores, como el terremoto y el virus ISA. Lo cierto es que ni siquiera en la crisis asiática se vio una baja tan marcada.  

No sólo la danza de miles de millones de dólares es importante al hablar de exportaciones. También lo es la cantidad de bienes que se vende afuera y que es hoy un gran problema de la economía local: El volumen de envíos de productos al extranjero lleva la friolera de siete trimestres cayendo en forma consecutiva desde octubre-diciembre de 2008. La crisis internacional, que golpeó fuerte el año pasado, tuvo un claro efecto negativo. Pero pese a la recuperación de la economía, y de los precios en el mercado global, en 2010 los volúmenes no se han revitalizado. Al menos en los datos del Banco Central hasta ahora disponibles.

De acuerdo con los antecedentes del instituto emisor, las cantidades exportadas cayeron en promedio 4,7% durante todo 2009. Y si se mira por trimestres, no hay ninguno con signo positivo en todo el año pasado, y tampoco en lo que va de 2010. Al primer semestre de este año, la cantidad exportada anotaba una baja promedio de 2,8%, pese a que los precios internacionales subieron 15%. Es más, según también el Banco Central, ni siquiera en la crisis asiática se observaron tantos trimestres seguidos con caídas de la cantidad exportada.

Chile es un país exportador si se lo compara con los Estados Unidos, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) depende en no más del 8% de las ventas al exterior. En el caso de la economía local, un tercio de su PIB está asociado a las exportaciones.

Las razones de la caída exportadora en estos últimos trimestres son múltiples, pero algunos culpan de inmediato al tipo de cambio real. El dólar cayendo en picada, ya por debajo de los $500 y costos internos que subieron en años previos, como la electricidad, terminan finalmente por restarle competitividad a los productos chilenos.

Según Ricardo Ffrench-Davis, académico de la Universidad de Chile, "acá existe un problema de precios relativos". Estamos vendiendo muy barato los productos al exterior. Aunque los precios suban, "se los bajamos internamente a través de un dólar deprimido". Como resultado, no crece la cantidad exportada.

"Estamos con un tipo de cambio extremadamente atrasado si queremos diversificar las exportaciones", agrega Ffrench-Davis. Una opinión que no es aislada en el mercado. Para el consultor Patricio Rojas, el tipo de cambio está distante entre 7 y 8% de su nivel de equilibrio. Eso en promedio, porque cada industria tiene su realidad. El cobre puede ser competitivo con un dólar a $400, no así las frutas, que están más cerca de $600. Rojas precisa también que hay otras razones que explican el repliegue de las exportaciones.

"Las cifras de crecimiento de los sectores exportadores no tradicionales son bastante pobres", dice el economista de Econsult José Ramón Valente: "Nuestra competitividad está dañada: la productividad de la mano de obra es baja, los costos de energía han subido, y lamentablemente hemos tenido un tipo de cambio que con excepción del período posterior a la crisis asiática, que ha estado cayendo", grafica.

¿Hay otros responsables?

Pero echarle toda la culpa al dólar es poco preciso, estiman fuentes de la industria, y coinciden economistas. "Incide bastante el tipo de cambio, pero hay otra serie de factores que golpearon las exportaciones chilenas", aseguran en la industria. Cada factor se mezcló para dar forma a una tormenta perfecta.

Está el terremoto. La catástrofe del 27 de febrero golpeó con especial fuerza la producción de celulosa y harina de pescado. Las cantidades exportadas de estos dos bienes cayeron más de 50% en el primer semestre en comparación con el mismo período de 2009. "El dólar pudo haber desacelerado el crecimiento, pero no explica esta debacle", explican fuentes de la industria.

Están las enfermedades. El virus ISA se dejó sentir con fuerza en la industria del salmón, y es este año cuando se notaron las bajas en los envíos. Las exportaciones de salmón totales descendieron 14%, y eso a pesar de la mejora en los precios. La cantidad vendida, en tanto, descendió 24% en el primer semestre.

"A nivel agregado, la cantidad exportada ha caído -dice el economista de Gemines, Alejandro Fernández-. Sin embargo, hay diferencias entre los distintos rubros".

El cobre, por particularidades en su extracción, ha tendido a mantener su ritmo de producción. "La fruta -dice Fernández-, sensible al tipo de cambio, ha tendido a subir, lo mismo que el vino", juicios que están en línea con los datos. De acuerdo con la Asociación de Exportadores de Frutas, la cantidad exportada creció del orden del 2%, mientras que el vino lo hizo en 6,1%, según la Sofofa.

"Lo que ha sucedido con los salmones, harina de pescado y metanol nada tiene que ver con el tipo de cambio", dice Fernández.

"Nadie discute que un tipo de cambio real más alto sostenido por varios años favorece a las exportaciones. Lo discutible es que el tipo de cambio real pueda ser manipulado o que se justifique su manipulación", dice el economista.

También apunta a la necesidad de poner el acento en la productividad: "El desarrollo del sector exportador tiene que basarse en la innovación, eficiencia y los aumentos de productividad (...) Yo, desde que tengo memoria, he escuchado a Ronald Bown quejarse del tipo de cambio. Que aprendan de los exportadores alemanes, que cuando el euro estaba en US$1,6, seguían siendo los principales exportadores del mundo".

Valente está de acuerdo con la apreciación de que la productividad es un factor clave: "Pero mientras no seamos competitivos desde el punto de vista energético, mano de obra y burocracia, hay que buscar la competitividad por el tipo de cambio".

¿Qué propone? Valente sugiere que sea el Estado el que entregue seguros de cambio de largo plazo -sujetos a la variación del tipo de cambio real- para estimular las inversiones en el sector exportador: "La verdad es que Chile, siendo una economía abierta, no tiene otra estrategia que un modelo exportador. Me parece que es una mala decisión no apoyarlo".

 ¿Una amenaza al modelo?

La caída en las exportaciones pone en entredicho la teoría del modelo chileno basado en su fuerza exportadora. Desde la década de los setenta, cuando se bajan unilateralmente los aranceles, hasta la década de 1990 y de 2000, con la suscripción de una red de acuerdos de libre comercio, la estrategia ha estado centrada en impulsar el crecimiento chileno con las ventas externas.

Hasta antes de la década del setenta, el modelo de crecimiento chileno se había desarrollado "hacia dentro". Sobre todo el Estado, a través de la Corfo, impulsó un programa de sustitución de importaciones, con altos aranceles que protegían la industria local como la textil. Vino el proceso de baja de aranceles y varias de esas empresas desaparecieron, con lo que uno de los motores que se potenciaron en Chile fueron las exportaciones.

Hoy, por diversas razones, entre las que se encuentran el tipo de cambio, algunos economistas como Patricio Arrau alertan que, de seguir con una divisa deprimida, en los "300 años de independencia (podría ocurrir que) sigamos siendo un país exportador de productos primarios de poco valor agregado".

Fuente: El Mercurio

Suscríbete a nuestro Newsletter