Como toda actividad, la preparación del suelo evolucionó con los años y hoy se amplió el espectro de posibilidades para optimizar suelos con apariencia infértil. Para ello, se desarrollaron distintas maquinarias que ayudan a mejorar la estructura y humedad del suelo.
A continuación, hacemos un recorrido por los equipos más eficientes a la hora de preparar la tierra para la siembra.
Antes de ejecutar el proceso de siembra, es fundamental erradicar todas las plagas y enfermedades que pueda contener la tierra. En ese sentido, realizar una fumigación antes del arado es sumamente útil.
La elección depende del presupuesto y necesidades específicas, pero si trabajamos un terreno extenso necesitamos maquinaria potente. Podemos buscar alternativas como los modelos de fumigadoras Metalfor con regulación de caudal, secciones de corte y protección del circuito.
Con el fin de conservar y enriquecer los recursos de la tierra, es fundamental eliminar la maleza y mover la tierra para aliviar su estructura y posibilitar el desarrollo de las raíces. En ello, contar con un arado rotativo es de gran ayuda, por su formato.
Este tipo de maquinaria no solo remueve el suelo, sino que lo mezcla, volteando porciones de terreno. De esa forma, la tierra gana en drenaje y humedad equilibrada.
La resolución de la cosecha anterior a la siembra también es decisiva para el estado del suelo. Por eso, es importante contar con una cosechadora de gran potencia con un molinete rotativo que deje la tierra en condiciones óptimas para la absorción de aire y humedad.
Las cosechadoras Vassalli 1200 llevan ya algunas décadas en el mercado y destacan por su eficiente sistema de tracción y cilindro trillador de alta inercia. Esto la vuelve una gran opción para la compra de usados.
Este tipo de sistemas electrónicos se incorporan a la sembradora para tener un control óptimo de los procesos de siembra y fertilización. La especificidad en la dosificación, altura y distancia de las semillas y aditivos es determinante para tratar distintos tipos de vegetales.
La aplicación de estas tecnologías de monitoreo no solo sirven para controlar la eficiencia de los mecanismos de siembra. También posibilitan la optimización del uso de recursos.
Otra forma de potenciar la precisión de los procesos de siembra, crecimiento y cosecha es sumar drones como parte del equipamiento. Con estos dispositivos es posible revisar las características del terreno, incluso en accesos más complicados, sin comprimir el suelo.
Una vez ejecutado el movimiento del suelo y la siembra, es posible monitorear con precisión el estado de crecimiento. También podemos contar con drones de alta precisión para llevar a cabo fumigaciones prolijas y, de esa forma, evitar un movimiento con mayor impacto o nivel de complejidad.
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