Antes de comenzar a ver las características morfológicas y fisiológicas del arándano, debemos aclarar que nos centraremos en el arándano cultivado o arándano alto (highbush en inglés), si bien comparten algunas características similares con el arándano bajo, rabbiteye (“ojo de conejo”), o arándano silvestre. difieren en muchas otras.
El arándano es un arbusto de hoja perenne formado por raíces y corona que dan origen a nuevos brotes y una parte aérea formado por tallos o cañas de edad variables, 1,2 ,3 4 años dependiendo el manejo que se le dé.
Posee un sistema radical fibroso, fino, y sin pelos radicales. Es superficial, concentrándose el 80% de la masa de raíces en los primeros 50 centímetros de suelo, pudiendo extenderse desde los 25 centímetros hasta los dos metros de profundidad en algunos casos.
El crecimiento de las raíces ocurre a lo largo de la temporada con dos máximos marcados.
En condiciones naturales las raíces están asociadas a micorrizas ericoides, el hongo más frecuentemente asociado al arándano cultivado es Hymenoscyphus ericae.
Como el sistema radical de esta especie no posee pelos radicales, su capacidad de absorción es mucho menor, si se le compara con otras especies.
Yemas vegetativas: Dan origen a los brotes, son pequeñas y puntiagudas. Se generan en la parte media y basal de ramillas.
Yemas florales: Son redondeadas, más grandes que las yemas vegetativas y se ubican en la porción apical de ramillas. El número de yemas florales va a depender del fotoperíodo, época de detención de los brotes y temperatura. El número puede variar entre 1 y 14 yemas por ramilla.
El período de floración del arándano dura aproximadamente una semana.
La inducción y diferenciación de las yemas florales ocurre desde el verano después de la detención de crecimiento de brotes bajo condiciones de acortamiento del fotoperíodo.
Las hojas son simples y se distribuyen en forma alterna o a lo largo de la ramilla. Estas son de bordes aserrados y pueden tener una fina vellosidad en el envés de la hoja.
El tamaño varía entre 1 a 8 centímetros de largo y la forma varía de ovada a lanceolada. Desarrollan una pigmentación rojiza en otoño.
Son perfectas, nacen en racimos de 6 a 10, están formadas por una corola, con 4 a 5 pétalos fusionados y un pistilo simple con 8 a 10 estambres. Presentan ovario ínfero.
La polinización es realizada en gran parte por insectos, por lo que es recomendable la utilización de colmenas durante la floración, en una cantidad de 4 a 8 por hectárea.
Aunque es una especie auto fértil, en la actualidad se ha comprobado el beneficio de la polinización cruzada, por lo que algunos estudios proponen distintas combinaciones de variedades para incrementar la polinización y la cuaja.
Son bayas casi esféricas azules de 1 a 3 gramos de peso, con varias semillas en su interior (varían de 20 a 70 por fruto); generalmente mientras mayor es el número de semillas, mayor es el tamaño de la baya. Dependiendo de la especie y el cultivar puede variar en tamaño de 0,7 a 1,5 centímetros de diámetro.
La epidermis está provista de secreciones cerosas (pruina), que le dan una terminación muy atractiva. Dos características del fruto son importantes desde el punto de vista comercial. Una de ellas es la cicatriz que deja al desprenderse del pedúnculo, que idealmente debe ser pequeña y seca, con el objeto de evitar la entrada de patógenos.
Una segunda característica es la firmeza, que está relacionada generalmente con el grosor de la epidermis, característica que probablemente le confiere una mejor vida postcosecha.
Métodos de control de plagas basados en compuestos aromáticos naturales que atraen o repelen a los insectos (Ecología Química).
La incorporación de rastrojos es una práctica alternativa al uso del fuego en la agricultura, la que se realiza con diversos tipos de implementos.
Estos extractos de algas ayudan a potenciar la tolerancia al estrés abiótico, mejorar el rendimiento y la calidad de los cultivos.