Hoy en día existen muchas tecnologías incorporadas a la terminología de agricultura de precisión en huertos de arándanos, como estaciones meteorológicas, sensores de humedad, espectrómetros para evaluar calidad, herramientas de teledetección, drones, etc.
Muchas de estas aplicaciones ya están en el mercado con bajos precios, debido a la evolución constante de los avances de la tecnología que han producido reducción de costos asociado a la gran oferta electrónica y computacional.
Sin embargo, el problema de penetración de estas tecnologías ha sido la falta de conexión con el conocimiento agronómico para la adopción por parte de los productores, que se traduzcan en una correcta apertura en el mercado y permitan una nueva infraestructura tecnológica con nuevos desafíos como la robótica, asociados a inteligencia artificial, generando un soporte para la expansión y sostenibilidad en el tiempo de nuevos procesos tecnológicos.
La generación y transferencia de la tecnología son los motores del crecimiento económico moderno en la agricultura sustentable. Cada vez es más necesario apuntar a una agricultura sostenible y más productiva, que pueda satisfacer los desafíos de seguridad alimentaria local, regional y global del siglo XXI.
La clave en este proceso es la tecnología como factor de producción, esto gracias a los cambios realizados en aspectos tales como la naturaleza de los bienes producidos; como así mismo los mercados y la competencia internacional.
Todo ello es consecuencia del incremento de la tecnología en los bienes y servicios derivados de nuestro conocimiento científico, conceptos avanzados de diseño; la inteligencia artificial, automatización, software, y descubrimientos biológicos, entre otros.
Los puntos claves para acelerar el crecimiento son la innovación y desarrollo tecnológico como fuentes de crecimiento de la productividad y competitividad; a nivel empresarial y nacional.
Hace algunos años se consideró al arándano como uno de los frutos más deseados a nivel mundial; lo que demandó un mayor manejo agronómico para aumentar su producción y mejorar su calidad. En el hemisferio sur se realizaron diferentes estudios para ver los beneficios de este cultivo, aumentando año tras año la producción y; por ende, los envíos a distintas zonas geográficas a nivel mundial, siendo Chile uno de los principales países exportadores.
Estos estándares de calidad e inocuidad nacen para proteger la salud del consumidor y satisfacer sus expectativas de calidad. Las demandas de alimentos de calidad son cada vez mayores; en consecuencia, se han incrementado las exigencias de los productos agrícolas, de modo cumplan altos estándares y sean producidos en condiciones ecológicamente responsables.
Esta calidad de la fruta está influenciada por los manejos agronómicos y condiciones agroclimáticas, las cuales atrasan o adelantan los estados fisiológicos del cultivo; lo que se traduce en el potencial productivo y afectan considerablemente la aceptabilidad del arándano chileno en los mercados objetivos; trayendo consigo consecuencias en el largo plazo.
A esto se suma la creciente preocupación por tener una dieta más equilibrada y nutritiva; características propias del arándano que apreciamos, como su alto valor nutricional y contenido de antioxidantes.
Respecto a la calidad de las frutas, no se debe pensar únicamente en frutos de aspecto homogéneo y que no tengan daños; sino que se debe determinar cómo los consumidores perciben la fruta en términos sensoriales; entre los cuales destacan parámetros como la firmeza, los grados brix y la acidez titulable, así como también los análisis de antocianos y polifenoles.
Estos permiten caracterizar la fruta y establecer relaciones con la calidad y vida de postcosecha que ella presentará. Para esto es necesario realizar diferentes mediciones de los parámetros, con la finalidad de obtener un resultado reproducible y comprobable mediante escalas.
En el caso de la madurez del fruto, que está relacionado con las antocianinas y polifenoles, la calidad de la apariencia se determina visualmente; sin embargo; de esta forma no es posible clasificar con precisión el grado de coloración de los frutos maduros, derivados de una alta heterogeneidad de frutos cosechados.
Lo expuesto anteriormente ha impulsado que los esfuerzos estén orientados a generar nuevas tecnologías y a adaptar otras que permitan predecir los rendimientos; la calidad y condición de los frutos, para tomar acciones de mitigación y disminuir las pérdidas de sustentabilidad que pudiera generar el cambio climático.
Este y otros temas interesantes en relación a la introducción a la Agricultura de Precisión 4.0 en huertos de arándanos se pueden ver en este interesante Boletín elaborado por INIA, el cual puedes descargar de manera íntegra AQUÍ
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