El mejoramiento genético de vides, un proceso lento y de trabajo conjunto
Chile es uno de los mayores exportadores de uva de mesa del mundo, y mayormente su producción se concentra en alrededor de cinco variedades, las cuales provienen de programas de mejoramiento genético (PMG) de Estados Unidos.
Sin embargo, Chile también cuenta con programas o PMG, los cuales generan líneas adaptadas a las condiciones locales, productivas, de buena condición para el transporte y almacenaje, que pueden ser una alternativa para los productores de uva de mesa.
Uno de estos programas es el de Mejoramiento Genético en Vides de INIA-Biofrutales, el cual realizó su último lanzamiento de la variedad INIA-G4, que es un producto de la segunda generación del PMG, fue desarrollado por el equipo que lidera la investigadora de INIA, Paola Barba (PhD Genética), y que cuenta con la colaboración de CORFO Chile.
Paola Barba, señaló que este PMG de uva de mesa se generó gracias a la visión en los años ochenta de su fundador, Jorge Valenzuela, actual presidente de Fedrefruta, quién vio la necesidad de Chile de contar con sus propias variedades iniciando así los primeros los primeros cruzamientos de este programa.
“Con el tiempo hemos avanzado y ahora temenos un equipo multidisciplinario técnico, de investigación, viveristas, productores, una trabajo conjunto entre el sector público y privado. Todo PMG es un trabajo lento, minucioso que puede llegar a 15 años de trabajo para que sea un proyecto internacional y no solo de investigación, la idea es tener una mirada holística del programa”, agregó Barra.
Lo relevante de contar con un PMG de uva de mesa en Chile, es que todas las etapas ocurren en territorio nacional – etapas primarias, intermedias, avanzadas y escalamiento comercial -, básicamente en la Región Metropolitana (Chile) y en otras regiones (Vicuña, Los Andes, La Platina, O Higgins). “Una vez que generamos una variedad sabemos como funciona, las probamos y tenemos claro cómo se comporta en el territorio chileno”, explica.
INIA-G4
En cuanto a la nueva variedad desarrollada llamada INIA -G4, Barba dice que es un producto que ha llamado la atención a quienes la han podido observar y probar, destacando por su buena apariencia, calidad y productividad.
Sus principales atributos es que es verde sin semilla, seedless blanca de media estación, de fecha de cosecha Thompson Seedless, bayas grandes, destacan su fácil manejo agronómico, alta fertilidad y productividad, su buen sabor y vida de postcosecha (+45 días).
Otra cualidad destacable es que no se mancha ni se pardea y su raquis se mantiene verde y turgente durante el almacenamiento en frío, con un porcentaje de desgrane muy bajo. Esta particularidad la hace una opción muy interesante para llegar a mercados distantes, justamente cuando la industria requiere conservar la calidad de fruta en postcosecha, para afrontar temas logísticos complejos e imprevistos.
“Tiene un potencial genético con buenas características, los objetivos del PGM es que sean variedades productivas, de más 3 mil 200 cajas por hectárea, que tengan racimos sueltos, exportables y que tenga una baja labor del manejo de planta, porque tenemos claro que uno de los requerimientos de los productores es reducir la mano de obra”, señala Barra.
Estas características dice la investigadora, Paola Barba, posiciona a INIA-G4 como una alternativa muy prometedora en reemplazo de Thompson Seedless, por calidad, facilidad de manejo y costo.
INIA-G4 además es una variedad que posee vigor equilibrado (medio-alto) y que responde muy bien al raleo químico. Tiene una alta fertilidad y productividad, lo que permite hacer una poda apitonada, ahorrando el costo de mano de obra en faenas de amarre, obteniendo estimaciones de cosecha desde las 3.500 cajas por hectárea. La fruta alcanza con facilidad un calibre de 20 mm promedio, con una baya ovoide y firme.
Más Datos de INIA-G4
- Variedad de madurez media, de sabor balanceado atractivo. Blanca sin manchas.
- Tiene bayas firmes a crocantes, sin semillas y buen potencial de calibre, sobre 20 mm.
- Variedad de alta fertilidad que permite poda apitonada.
- Productividad mayor a 3.500 cajas 8,2 Kg/ha.
- Arquitectura de racimo suelto, buena respuesta a raleo químico. Sólo requiere un arreglo simple.
- Buena vida postcosecha, sin presentar desgrane o pardeamiento, aun después de bromuración.