Calcular las necesidades de riego de cualquier vegetal no es una tarea sencilla. Una vez se aprende la metodología, ya no resulta tan complejo realizar los cálculos, sin embargo intervienen multitud de factores que deben ser considerados adecuadamente para lograr un acierto máximo en los resultados. En este artículo nombraremos todos los parámetros a considerar en el cálculo de las necesidades de agua y fertilizantes en frutales.
En este apartado y a pesar de no intervenir en el proceso de cálculo ni en los resultados, siempre debemos tomar el nombre de la explotación y del propietario con la finalidad de saber posteriormente de quién son los datos y a quién entregar la recomendación.
La ubicación de la plantación es sumamente importante. Nos informará de las características climatológicas. Podremos buscar información de alguna estación meteorológica cercana a la explotación.
Una Estación Agroclimática es un conjunto de dispositivos que pueden realizar diversas medidas meteorológicas, como Temperatura, Humedad del aire, Dirección y Velocidad del viento, ETo (evapotranspiración de referencia), etc. Todos estos parámetros son sumamente importantes para calcular las necesidades de agua. De todos ellos, el más importante la ETo.
La fertirrigación es un sistema utilizado en los R.L.A.F (riegos localizados de alta frecuencia) y generalmente existe un cabezal de riego que es de donde parte el agua hacia todos los sectores de la explotación. El cabezal de riego es el conjunto de elementos destinados a filtrar, tratar, medir y suministrar el agua a través de la red de distribución de tuberías.
En caso de explotaciones grandes puede haber dos o más cabezales. Los datos que debemos considerar son: el número de cabezal y la CE (conductividad eléctrica) del agua. Si bien la calidad de un agua de riego viene definida por las características físicas, químicas y biológicas, el único factor que nos va a intervenir en la cantidad de agua a aplicar va a ser el parámetro de la salinidad y la podemos obtener mediante el valor de la CE.
Para medir la CE necesitamos un aparato que se llama conductímetro. El valor de la CE nos interviene en el cálculo de la F.L. (fracción de lixiviación). A mayor CE del agua, mayor será la F.L. y por tanto habrá que aportar más cantidad de agua en el riego para evitar la salinización del suelo.
Cada cabezal de riego puede abastecer de agua a uno o varios sectores. Se denominan sectores ya que es el resultado de sectorizar (dividir en sectores) el cabezal. Cada uno de estos sectores tendrá unas características concretas, además de ser unidades de riego individuales (que pueden regarse unitariamente). Los datos que debemos saber del sector son:
Cada sector será identificado por un número para que no haya confusión con el resto de sectores de la explotación.
El cultivo es otro dato indispensable. Cada cultivo tiene unos parámetros: coeficientes de cultivo (Kc), porcentajes de fertilizanción, …, característicos que deben considerarse a la hora de calcular las necesidades de riego y fertilizantes.
Este dato no tiene demasiada influencia en cuanto a las necesidades de agua, aunque es aconsejable disponer de este dato por dos motivos: En primer lugar, porque hay portainjertos que tienen poca tolerancia a la asfixia radicular y/o exceso de riego y en segundo lugar porque a la hora de interpretar un análisis foliar, este dato, influye notablemente. Después de numerosas investigaciones, hemos concluido que el portainjerto ejerce una influencia altamente significativa en los valores nutricionales de sus órganos (generalmente hoja).
En el apartado del cultivo hemos puesto de manifiesto que cada uno presenta unas característica generales. En el caso de las variedades también presentan diferencias unas de otras. Esto se debe fundamentalmente a que cada variedad presenta fechas de recolección distintas al resto, rendimientos distintos y otros muchos condicionantes.
Es fundamental saber cuántos árboles tiene el sector. En función del número se aportará más o menos cantidad de agua y fertilizantes.
Existen diferentes formas de calcular las necesidades de fertirrigación. Los grupos de investigación en los que he participado siempre hemos tenido la opinión que el dato más objetivo y real es el tamaño de los árboles y en consecuencia su diámetro de copa. Todavía hay profesionales que en lugar de este parámetro prefieren usar los años que tiene la plantación o los árboles por hectárea.
Considerar el número de años de la plantación no es correcto. Te pondré un ejemplo: Un cultivo de limonero de la variedad fino cuyo portaninjerto sea Citrus macrophilla, podría alcanzar (con un buen manejo del cultivo) la plena producción entre 5 y 7 años desde su plantación.
Este crecimiento tan rápido es debido a que el portaninjerto Citrus macrophilla induce mucha vigorosidad a la variedad. Sin embargo, si el portainjerto utilizado es Citrange troyer, Citrange carrizo o Mandarino cleopatra; en las misma condiciones, para alcanzar la plena producción podría transcurrir entre 7 y 9 años años. Con este ejemplo queda suficientemente aclarado que es mucho mejor utilizar el dato del diámetro de copa que con los años de la plantación.
si multiplicamos el número de árboles por el marco de plantación obtendremos la superficie total del sector. El Mp es la distancia entre los árboles y entre filas. Un marco de plantación típico del naranjo es 6×4, lo que significa que la distancia entre árboles es 4 metros y entre filas 6 metros.
El caudal de agua (Q) que recibe cada árbol resulta de multiplicar el número de goteros por su caudal.
Para poder calcular las horas de riego necesitamos saber el agua que recibe cada árbol por unidad de tiempo (generalmente por hora). Este dato viene expresado en litros/hora.
Este parámetro es muy importante ya que según sea el tipo de suelo, tendrá mayor o menor capacidad de retención de agua. Esta característica nos da una idea de la cantidad de agua disponible en el suelo a disposición del cultivo. Por otro lado, también es importante considerar que un suelo con elevado contenido de arcilla y regados con agua en exceso puede provocar asfixia radicular en el cultivo (por anoxia).
Kapilar es un sistema de jardín a pequeña escala con un sistema de riego subterráneo autónomo. Su diseño está pensado para maximizar el uso del agua en climas hostiles.
Métodos de control de plagas basados en compuestos aromáticos naturales que atraen o repelen a los insectos (Ecología Química).