Época de crisis: Los productos chilenos que tiran el carro de la exportación
Por Felipe Rosas Ossa, Ing. Agrónomo especialista en Agroindustrias y Economía Agraria, Director de Rconsulting SA
Desde hace casi 50 años que se viene realizando el discurso de que Chile no puede depender casi solo del cobre, porque variaciones en la demanda o generan bonanzas o situaciones extremadamente complejas como la actual.
En 1982 la relación de exportaciones de fruta fresca en volumen era 10 veces mayor a los derivados agroindustriales hortofrutícolas, como jugos, congelados, conservas y deshidratados. Hoy, en 2016 la fruticultura de exportación en fresco, con sus USD 4.500 millones, es solo dos veces superior a la de derivados agroindustriales, que han crecido un 11% anual en los últimos 25 años. Actualmente la tendencia es por el consumo de alimentos saludables, inocuos y funcionales, es decir, que no solo alimenten, sino que además produzcan algún beneficio para la salud.
Los consumidores están dispuestos a pagar más por productos orgánicos o que contengan, por ejemplo, antioxidantes y tengan otro sinnúmero de efectos positivos. También hay nuevos procesos de conservación que no alteren el color, aroma ni sabor original.
Chile exporta hoy USD 350 millones de congelados; deshidratados USD 646 millones; USD 560 de conservas pulpas y pastas de tomate; USD 300 millones en jugos.
Los congelados están constituidos en un 75% por berries, como las frambuesas, arándanos, frutillas (fresas) y moras tanto convencionales como orgánicas; los deshidratados y frutos secos por pasas, nueces, avellanas, almendras, ciruelas y manzanas; las conservas y pulpas por duraznos, manzanas, pastas de tomate y otras; y los jugos por manzanas y uvas principalmente, y algo de berries.
En próximos artículos desmenuzaremos éstos y veremos qué nuevas oportunidades existen en los mercados mundiales para los productos actuales y potenciales que ofrece y pueda ofrecer Chile.