Los esquejes son fragmentos de plantas que se utilizan para producir nuevas plantas a través de la propagación vegetativa. Cuando se colocan en agua para enraizar, es importante que estos no toquen el recipiente o el fondo del mismo.
1. Falta de oxígeno: Si están en contacto con el recipiente, es posible que no tengan acceso suficiente al oxígeno necesario para mantenerse saludables. El oxígeno es esencial para el proceso de enraizamiento, y si no lo reciben en cantidades adecuadas, pueden pudrirse.
2. Acumulación de bacterias y hongos: Si están en contacto con el recipiente, es posible que se acumulen bacterias y hongos en la superficie del agua y en los propios esquejes. Esto puede llevar a su pudrición, especialmente si se mantienen en el agua durante períodos prolongados.
3. Contaminación química: Si el recipiente en el que se colocan los esquejes no está limpio o ha sido utilizado previamente para contener productos químicos, estos pueden absorber estas sustancias tóxicas y pudrirse.
Es importante que los esquejes se mantengan separados del recipiente y que el agua se cambie regularmente para evitar la acumulación de bacterias y hongos. Además, es importante asegurarse de que el recipiente utilizado para los esquejes esté limpio y libre de contaminantes químicos.
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