Chile: Cultivo de mandarinas se expande pese a incertidumbre climática
Durante los últimos 11 años, la evolución de las plantaciones de mandarinas chilenas ha sido exponencial, con un aumento de seis veces el área de cultivo registrada desde el 2010.
La presión que existe a nivel de demanda en el mercado global no es menor, y la oferta chilena está generando competencia, donde el calibre de la fruta es el principal foco.
En cuanto a la superficie plantada de otros cítricos populares, los limoneros aumentaron un 10% y los naranjos disminuyeron un 15%, mientras que los mandarinos aumentaron en un 359%.
Las variedades de mandarinas tardías que mostraron un mayor aumento en cuanto a su superficie fueron la W.Murcott y Tango, ambas suman alrededor de 7 mil hectáreas plantadas actualmente.
Francisco Mena, ingeniero agrónomo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y máster en Citricultura de la Universidad Politécnica de Valencia, quien además es asesor internacional y socio de GAMA, detalla la importancia de la gestión del agua especialmente en mandarinas y clementinas ante la demanda por el aumento de calibre de los mercados.
"Si uno mira las implicancias del riego con la incertidumbre climática que existe, los desafíos de la citricultura en Chile y el resto mundo son los mismos. En este minuto la industria está requeriendo de un aumento de volumen a nivel internacional, especialmente de clementinas", afirma.
En el caso de las clementinas (excepto en 2022) desde el 2012 en adelante Chile duplicó su volumen de exportaciones. Sin embargo, los fenómenos climáticos del 2022 impactaron negativamente la productividad del sector.
Pese a su crecimiento en términos de superficie plantada para su cultivo, la helada de 2022 también perjudicó los volúmenes exportados de mandarinas tardías.
"Si uno mira los datos, es una industria que se ha multiplicado por 6 veces, lo que ha puesto presión en los calibres y en la calidad. No somos los únicos que hemos encontrado esta veta de las mandarinas tardías, si uno mira a los sudafricanos en últimos 9 años, se han multiplicado por 3-4 veces, si le sumamos el crecimiento de los peruanos, pone un desafío más para la industria y cómo reaccionamos ante nuestra eficiencia hídrica", explica Francisco Mena.
Incertidumbre climática
Dentro de las preocupaciones para el sector de los cítricos, agrega Mena, están los desafíos como el aumento de costos (los cuales ahora están estabilizándose), los retrasos en embarques, la menor disponibilidad de insumos, la incertidumbre climática y un escenario económico recesivo.
Además, a nivel productivo hay menores tolerancias a residuos, pues las exigencias del mercado ese inclinan cada vez más hacia la sustentabilidad y la eficiencia.
La incertidumbre climática impacta directamente en la gestión del riego, la producción, la reducción de los calibres y la rentabilidad de la industria.
Desde el año 1962 al 2012 el promedio de precipitaciones era de 314 milímetros, según datos tomados en la estación de Tobalaba y del 2013 al 2022 el promedio fue de 227 mm, con una disminución del 27% de precipitaciones anuales, lo cual demuestra la baja disponibilidad de agua.
No solamente hay una disminución de volúmenes de agua en la zona central de Chile, según datos de la Dirección de Meteorología de Chile, se pierden 26 mm por década. Y desde el 2007, después de las grandes heladas y los fenómenos de sequía, se comienza a perder un 4% de pluviometría por década.
Además, la isoterma no se ha ido elevando, teniendo nieve cada vez más arriba, lo cual incide en que se tengan menores reservas de agua para regar en el verano.
La importancia de la huella del agua
El riego influye en múltiples aspectos del cultivo y la cosecha de la fruta. Participa de la cuaja de fruto, determina el calibre y la incidencia de desórdenes fisiológicos, nemátodos, portainjertos sensibles a la falta de agua, el nivel de acidez en cítricos dulces, además de niveles de SST.
En años secos, los árboles de cítricos están propensos a plagas como la araña roja y el ácaro de las yemas.
En la definición del tamaño final de un fruto se conjugan factores internos y externos. Los primeros son aquellos que tienen relación con eventos que ocurren dentro de la planta y los segundos con variables fuera de esta, pero que hacen que el árbol determine, para bien o para mal, la dimensión del fruto que se logrará.
Este aspecto es definido también por las características genéticas de la especie y variedad.
En cuanto los factores externos que determinan el tamaño del fruto podemos identificar el riego, poda, niveles de lluvia, temperatura, raleo, la nutrición y el uso de auxinas de síntesis.
Francisco Mena señala que las preguntas que los agricultores deben hacerse es cuánto gasto en agua, cuánto gasto por kilo, cómo lo manejo a nivel de eficiencia energética, cómo usar menos agua sin comprometer productividad, en qué época podemos reducir el consumo de agua.
"Uno no puede hacer restricciones de agua si no tiene infraestructuras de riego bien mantenidas y ahí está el gran desafío para los productores," puntualiza.