Los puntos suspensivos de la agricultura global

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Los puntos suspensivos de la agricultura global

Por Hugo Fabio Castellano, periodista internacional agroalimentario y consultor en comunicación estratégica.


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Hugo Fabio Castellano

La parte sostenible de la producción agroalimentaria requiere de algo tan sencillo y tan grande a la vez como es el conocimiento.

Ese conocimiento permite desmitificar, también eliminar estereotipos, y ayuda a una mirada más honesta de lo que pasa realmente en el campo.

Instituciones públicas y privadas revelan en estos últimos años un dato que pasa demasiado desapercibido.

¿Cuál es la edad promedio de quienes producen en el campo? Entre 55 y 56 años aproximadamente. La edad de mujeres y hombres productores se va anclando porque la migración a ciudades grandes u otros países, hacen más atractivo el escenario de una muchacha o un muchacho de unos 25 años.

El primer reto si se quiere atender con seriedad el panorama de los desafíos globales de la actividad agropecuaria, es acercar la información necesaria para que otros públicos conozcan, entiendan y valoren.

En África Subsahariana, en Jalisco, el sur de Brasil o Panamá, la necesidad es de dotar a la agricultura de mejores oportunidades. Para los suelos y para quienes siembran y cosechan. Si la migración de jóvenes sigue sucediendo…y quienes producen hoy con 56 años de promedio dejan de hacerlo en 5 años….¿quién estará en el campo lanzándose a cosechar trigo, maíz, frijol, berries, aguacate, mangos, etc., en 2035?

La pregunta debería dejar perplejo a cualquiera que desee seguir comiendo con calidad en 10 o 20 años.

Desde la comunicación institucional, el periodismo especializado y las consultorías, el abordaje de este tipo de temas y de preguntas merecen sin duda alguna mejores espacios de análisis.

Probablemente esos espacios están ausentes porque no existe en la actualidad una base sólida que tenga la capacidad de superar la inmediatez y conozca, al menos, lo que la prospectiva puede hacer por el mundo y las comunidades.

Los puntos suspensivos del agro en el mundo hoy son preguntas que nadie quiere formular, o peor aún, que no se quieren hacer….porque la respuesta no tiene que ver con el ahora y están sujetas a un futuro desconocido.

 Hace tres años en otra columna periodística que tuvo su repercusión me preguntaba “qué comeremos mañana?".

Desde esta colaboración, pretendo reformular ese interrogante. Empecemos a pensar cómo harán las nuevas generaciones para comer mejor mañana. Porque nadie a ciencia cierta sabe bien, cómo con el conocimiento a la mitad y un revisionismo que por momentos se vuelve caprichoso, las generaciones que vienen harán que no falte maíz, trigo, arroz, o proteína animal.

A ver menos TikTok. Y a pensar en el desafío agroalimentario de la próxima década.

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