Balance hídrico y riego eficiente: Dos claves para medir tu huella hídrica
Por Gabriel Gajardo, gerente comercial AG Business
Qué duda cabe que el agua se ha convertido en un recurso escaso a nivel mundial y, por esto, generar conciencia respecto de su uso se ha convertido en un tema primordial, especialmente para la industria agrícola.
Actualmente, la tecnología e inteligencia artificial han contribuido a digitalizar los procesos del campo, aportando datos e información concreta y en tiempo real de factores esenciales para el cultivo y producción, dotando de mayor precisión y eficiencia al sector.
Bajo este contexto, la medición y monitoreo del balance hídrico, que tiene relación con el estudio de la entrada y salida de agua de un terreno determinado a lo largo del tiempo, es crucial y una solución concreta para quienes buscan medir su huella hídrica y mejorar su eficiencia en el uso. Pero nace la duda de ¿Cómo lograrlo?
Existen cuatro factores determinantes para la elaboración de un monitoreo continuo de balance hídrico.
1. Ingresos: se miden los caudales en tiempo real de acequias (nivel en marcos, compuertas, Parshall de acceso al campo) y caudalímetros de pozos.
2. Acumulación: se miden los volúmenes instantáneos en tranques.
3. Consumo: se miden los caudales en caseta.
4. Movimientos internos de agua dentro del campo: este punto tiene relación con la determinación del layout de movimientos y traspasos.
Medición y eficiencia en el riego
Los productores adicionalmente pueden establecer la capacidad de riego instantáneo (hectáreas y horas de riego), a través de la cuantificación en tiempo real de los aportes de agua en litros/segundo, metros cúbicos, etc. (ingresos por acequias o pozos), y de los metros cúbicos de agua acumulada en reservorios (tranques).
Asimismo, la proyección de disponibilidad de riego (tasa de ingreso v/s tasa de consumo) se puede precisar a partir de la capacidad instantánea (tasa de aportes + agua acumulada), descontando los consumos del momento, como caudales en caseta de riego y tasa de consumo. Con esto, es posible definir en tiempo real, y en términos prácticos, las horas de riego disponibles y/o sus equivalentes en hectáreas, milímetros (lámina de reposición), entre otros.
Por otra parte, para una utilización racional y eficiente del agua de riego, que permita cumplir satisfactoriamente con la demanda del cultivo, es fundamental que los productores puedan hacer una correcta determinación de los requerimientos diarios del cultivo.
Lo pueden hacer utilizando la tasa real de consumo de agua en el suelo, o bien a partir de una cuantificación teórica, a través de ETc, y asegurar, mediante el monitoreo de caudales en caseta, que estos requerimientos se ejecuten correctamente. Todo con el objetivo de evitar suministros reales por debajo de lo requerido (fugas, fallas en válvulas, obstrucciones, etc.) y también excesos de riego y sobre consumos.
Un resultado colateral de la implementación de mediciones para el balance hídrico continuo en tiempo real, es el incremento en la eficiencia del uso del agua. Esto se traduciría en mayor cantidad de hectáreas regadas y en la posibilidad de cuantificar las pérdidas por filtración/infiltración en acequias y tranques, con y sin revestimiento, respectivamente, lo que finalmente se verá representado en el resultado productivo y económico del negocio.