En todo huerto que se precie, es importante siempre poner unas cuantas plantas de acelgas que acompañan muy bien durante todo el año y además son muy nutritivas.
Es una planta sencilla de cultivar y con tener unas seis o siete plantas podemos proveernos de bastante cantidad de acelgas para una familia.
Es de talla mediana y no conviene dejarla crecer mucho, de lo contrario tendrá un comer más basto y hebras más duras en su tallo.
Es una hortaliza de corte que forma una pella de hojas carnosas y tiernas al igual que su tallo, largo y aplastado con hebras largas y blancas.
El verde de sus hojas es intenso, algo plateado y con brillo.
Es la humilde del huerto por lo agradecida que es, pues apenas pide, y da mucho y bueno.
Hortaliza de temporada fría pero se da muy bien en verano. Soporta muy bien los rigores del frío mientras no hiele de forma extrema. Es una hortaliza muy buena y nutritiva para consumo de invierno.
Realmente la acelga se puede sembrar durante todo el año, es importante evitar siempre los meses de mas calor porque nos puede pasar que con la subida de temperaturas la planta saque el tallo floral y de esta manera las hojas se vuelven más amargas y no se suele consumir. Nosotros por ejemplo preparamos el semillero en invierno, aunque se podría hacer perfectamente a finales de verano.
Su clima abarca a toda España, es de temporada de otoño e invierno pero se da durante el clima cálido también.
Su suelo ideal debe ser rico en nutrientes, sobre todo compost y algo de estiércol, pero moderado ya que es muy agradecida.
La acelga se desarrolla muy bien en casi todo tipo de suelos, aunque los que mas le gustan es tirando un poco a arcilloso, le viene bien un buen aporte de nutrientes a la hora de plantarlos aunque es una planta tan rustica que se desarrolla también aunque menos grande en terrenos pobres.
El soporte que mejor le va es el surco mediano muy bien cavado y suelto, es una planta que desarrolla unas raíces muy largas en profundidad y tomará el nutriente desde muy abajo, por eso su cava deberá ser profunda, debemos esmerarnos en ofrecerla varias cavas a conciencia durante su vida vegetativa.
El riego será intenso por ser esta una planta exigente en agua, le gusta beber mucho, y aunque hay que evitar los encharcamientos conviene mantener la tierra lo más húmeda posible.
Procura regar en las horas más cálidas del otoño y del invierno, así la planta se para menos en su crecimiento.
La plantación de la acelga se hace de forma directa y a chorrillo, y en la parte alta de su surco. Una vez que la acelga ha germinado y alcanza los cinco o seis centímetros se clarea dejando las plantas más bonitas y fuertes, y con una separación de veinte centímetros entre planta y planta.
Se pueden trasplantar porque agarran pero no merece la pena, es mejor que se consoliden directamente en su soporte para irlas cortando sucesivamente cuando alcancen 25 ó 30 cm de altura.
Aunque ya he dicho que la acelga es una hortaliza muy generosa, fácil de cultivar, y a excepción del riego, poco exigente, es también, todo un misterio de la naturaleza. Me he llevado sorpresas esperando la germinación de sus semillas y no verlas aparecer, pensar que ya no saldrían, y cuando menos te lo esperas salen por fin; simplemente, se trata de la temperatura del suelo. Al final del libro veréis unas tablas de temperatura, marco de siembra y profundidad de plantación muy interesantes, consultarlas cuando valláis a plantar.
Tardan bastante en germinar pero merece la pena, se pueden aprovechar rincones perdidos del huerto cultivándolas en ollas de cultivo y dejarlas cuatro años de vida vegetativa haciendo cortas periódicas. En lo único que hay que tener precaución es cuando eche el tallo y se espigue, echará las semillas en verano, y es recomendable cortarlo antes de que tire sus semillas porque serán fértiles seguro y se llenará la olla de plantitas, futuras acelgas. Cuando cumplan su vida, las repondremos por nuevas.
La acelga se asocia muy bien con los ajos.
Las labores de mantenimiento serán; observar y vigilar posibles plagas de final de verano y principio de otoño, que por cierto abundan, sobre todo las mariposas que ponen larvas que luego serán gusanos voraces, regar de forma constante y generosa, manteniendo la tierra húmeda, escardar a sus competidoras silvestres, y mantener el soporte bien cavado, suelto, oxigenado y bien formado para poder regar bien. Repetiremos estas labores siempre que sean necesarias.
Su cosecha es ambivalente, en el sentido de que es una planta óptima para ir cortándola ya que volverá a crecer, aunque también se puede arrancar de raíz en su momento pleno de maduración.
Esto dependerá del criterio y prioridades de cada uno, ya que si nos falta espacio en el huerto tendremos que decidir si quitarlas o no para plantar otras plantas que nos interesen más.
Y recordad, no arranquéis la planta, id cogiendo hoja a hoja.
Para elegir la semilla dejaremos crecer una acelga de buen aspecto y lozanía, esta será la elegida para semilla, una que no estorbe y pueda estar un poco arrinconada porque se hará casi un autentico arbusto, pudiendo alcanzar 1,70 m de altura.
La tutoraremos de manera recia con una caña gorda y fuerte, ataremos la planta según vaya creciendo, una vez que sobre pasa el 1,50 m cambiará de color, del verde al marrón bronce, indicándonos que falta muy poco para recoger un gran tarro de semillas, es este el momento idóneo, cuando no quede verde ninguno y esté seca.
Todos sus tallos se llenarán de semilla, unas bolitas parecidas a flores chiquitinas, como si fueran tres cabecillas que cuando están ya del todo marrón y con aspecto de estar secas, cubriremos toda la planta con una bolsa de plástico grande y se ata al tallo, ya podemos arrancar la planta para colgarla boca abajo a la sombra, y una vez seca recogerla para guardarla herméticamente y muy seca para evitar hongos. Tendremos nuestra propia semilla y en abundancia.
La conservación de la acelga como hortaliza una vez arrancada del soporte es efímera, como todas las hortalizas frescas.
Como podemos tenerla plantada cuatro años la podemos comer fresca muchas veces pero ultra congelada dura mucho tiempo y no pierde cualidades. Los ricos tallos blancos se pueden conservar al baño maría o al vacío.
El compostaje de esta planta es casi nulo, ya que aprovechamos toda su materia verde para comer, y sólo se puede aprovechar su raíz para ceniza o como palitos para la oxigenación del compost.
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