Antes de realizar el establecimiento de un huerto de murtilla (Ugni molinae), además de conocer las condiciones de suelo y clima, se deben considerar algunas actividades como: análisis químico y físico de suelo, preparación de suelo, cuadrado de la superficie, realización de camellones e instalación de un sistema de riego y posterior plantación. Así, este informativo describe cada una de esas labores.
El análisis químico es una herramienta necesaria para determinar la concentración de nutrientes existentes en el suelo y así poder establecer los requerimientos de fertilizantes, lo que incidirá en un buen rendimiento de los cultivos. El correcto muestreo de suelo se debe realizar bajo diversos criterios, teniendo en cuenta que NO SE DEBE muestrear en orillas de camino, cerca de establos o corrales de animales, bajo los árboles, bajo fecas de animales, en suelos anegados o vegas, en las partes bajas del terreno o después de lluvia, entre otros.
La técnica de muestreo de suelo se debe efectuar correctamente para obtener información actual del suelo. Ésta consiste en colectar al menos 20 submuestras en una hectárea (10.000 m2 ) o cinco a seis submuestras en 1.000 m2 (300 plantas). La submuestra se debe colectar en forma de zigzag o en “X” y debe considerar al menos seis procedimientos, los que nos entregarán la información necesaria para establecer un huerto frutal.
El procedimiento de muestreo consiste en: (1) eliminar la cubierta vegetal, (2) realizar un corte en forma de “V”, (3) profundizar al menos 40 centímetros, (4) retirar el trozo de suelo, (5) eliminar los bordes externos y (6) guardar la muestra en el balde como se indica en la Figura 1.
En una hectárea se deben realizar al menos 20 submuestras y, una vez terminado el proceso, se deben homogenizar todas las submuestras. De esa cantidad de suelo homogenizado (mezclado) se debe colectar mínimo 1 kg de suelo y guardar en una bolsa de nylon con la identificación de al menos el nombre del agricultor, número de potrero, comuna y fecha. Identificar la muestra es muy importante, así como enviarla a la brevedad posible al laboratorio para ser procesada o, en su defecto, conservarla en frío, en un refrigerador.
La realización de un análisis físico de suelo nos ayudará a determinar precisión si se trata de un suelo arenoso, arcilloso o limoso en distintas proporciones. Igualmente, y con alta precisión, aspectos relevantes como capacidad de almacenamiento de agua, porosidad y capacidad de aire; y de manera indirecta, antecedentes como frecuencia y tiempo de riego.
La preparación de suelo es una labor muy relevante que se debe hacer antes del establecimiento del huerto frutal. Previo a esta preparación es importante considerar la realización de un análisis químico y físico de suelo, herramientas que nos entregan información del estado nutricional y granulometría del suelo, la que nos ayuda a diseñar el programa nutricional y de riego para el cultivo.
La preparación de suelo es la labor más importante para el establecimiento del huerto frutal; de ella depende la permanencia en el tiempo del huerto. Con esta labor se rompe la compactación y estructura del suelo (debe quedar muy aireada y porosa para el favorable crecimiento y desarrollo de las raíces). Se debe considerar una buena profundidad de aradura en el perfil de suelo.
Para frutales mayores, como cerezo, nogal y manzano —dado que sus raíces profundizan sobre 1,5 m— se debe utilizar un arado subsolador, el que profundiza sobre 2 m en el perfil del suelo. Sin embargo, en frutales menores como: arándano, frambueso y murtilla, la mayor cantidad de raíces activas se ubica entre los 0,4 y 0,8 m de suelo, es por ello, que se debe realizar una preparación medianamente profundizadora en el perfil de suelo, lo que se logra con un arado cincel. Una planta de murtilla en plena producción, sobre cuatro años, concentra sus raíces activas entre los 0,5 y 0,8 m en el perfil del suelo (Figura 2a, b).
La murtilla se establece en camellones, para favorecer el desarrollo de raíces en su primer año de establecimiento, y principalmente, en suelos con poca retención de humedad para aislar la raíz de la enfermedad Phythophthora cinnamoni, producida por un hongo que genera esporas flageladas (zoospora). Este patógeno puede alcanzar la raíz y el cuello de la planta, dañándola completamente.
Los camellones deben orientarse de norte a sur para asegurar la mejor distribución de la radiación solar en las plantas. La realización de los camellones debe considerar la cuadratura de la superficie, trazado y levante de tierra, en forma manual o mecanizada.
Al establecer un huerto frutal debemos maximizar la superficie, por lo que se aconseja —antes de la plantación— realizar la cuadratura del terreno (Figura 3). Esta práctica se basa en el método matemático desarrollado por Pitágoras, para lo cual debemos fijar un punto de referencia en el potrero (camino, poste, acequia, entre otros). Una vez elegido el punto de referencia se empieza a cuadrar la superficie, midiendo la distancia desde el punto de referencia hasta el punto de inicio de la hilera.
Luego, transportar el punto de referencia a la otra esquina del potrero y medir la misma distancia. Teniendo estos dos puntos se traza una línea base y se elige un vértice, dibujando un triángulo rectángulo. En un vértice se ubica el punto 0, se miden 3 m en un lado del triángulo y, luego, 4 m en el otro lado del triángulo, en tanto la diagonal debe medir 5 m. Esta misma operación se debe realizar en al menos dos esquinas equidistantes del potrero.
Una vez cuadrada la superficie se debe estacar a una distancia de 2,5 m en ambas líneas rectas. Posteriormente, el levante de tierra se inicia en forma manual o mecanizada. Al realizar en forma manual se debe considerar el 50 % del espacio libre entre estacas, para el levante de tierra en cada hilera (Figura 4). La altura del camellón se debe considerar desde 0,5 a 0,6 m y una base de 0,7 a 1 m.
Para fijar la altura del camellón, se debe amarrar una lienza a la altura deseada para el levante de tierra (Figura 5). Al término de esta actividad, se deben dejar reposar y, eventualmente, humedecer los camellones por al menos una semana, para que la tierra se asiente muy bien en la hilera. Luego, la altura se debe corregir y fijar la malla antimalezas como se indica en la Figura 6. Esta malla posee un filtro ultravioleta (UV), lo que permite una mejor ventilación en la zona de raíces.
La instalación del sistema de riego debe considerar lo siguiente: la bomba de riego, el cabezal de riego y la cañería de polietileno (“plansa”) o cinta de riego. La plansa de riego se debe instalar previo a la fijación de la malla antimaleza (ésta debe ir bajo la malla).
debe reunir todos los requerimientos necesarios para entregar el caudal requerido por el cultivo, según donde se encuentre la fuente de agua disponible. La bomba puede ser eléctrica o de combustible, se debe observar las características de la bomba de riego como: altura de levantamiento de la columna de agua (mca) y el caudal de riego (L/s).
es la red de tubería matriz que entrega agua al huerto. Esta tubería se instala a la salida de la bomba y debe ser de un diámetro que permita generar la presión necesaria para regar cada planta, con el mismo caudal definido para la plansa de riego utilizada. Por ejemplo, si la plansa de riego entrega un caudal de 2 L/h, la presión generada en el cabezal debe ser la necesaria para que cada planta reciba dos litros de agua por hora de riego (Figura 7).
Es la tubería que entrega agua a la planta. Esta debe ser de un material resistente. Por lo general, se utiliza una tubería de polietileno de 16 mm de diámetro con goteros integrados autocompensados, distanciados a 0,3 o 0,4 m. Un gotero autocompensado entrega el mismo caudal de riego a un rango de presión definida, lo que lo hace apto bajo condiciones topográficas heterogéneas, es decir, si el huerto es establecido en pendiente, la última planta de la hilera recibe la misma cantidad de agua que la primera.
La plantación es el hito más importante en el establecimiento de un huerto frutal. Debemos recordar que éste será definitivo y permanente en el tiempo, por lo tanto, se debe realizar con el mayor de los cuidados, poniendo atención en el tipo y calidad de plantas que utilizaremos, ya que en ello radica el éxito de la producción (consideraciones para una buena plantación, revisar Informativo INIA N° 67).
Para obtener plantas homogéneas y frutos de buen calibre se recomienda utilizar plantas de variedades INIA, Red Pearl INIA o South Pearl INIA, vendidas en viveros reconocidos del país. En plantación, lo más importante es la disposición de las raíces en el hoyo de plantación y eliminar el “pan de tierra” (Figuras 8).
Kapilar es un sistema de jardín a pequeña escala con un sistema de riego subterráneo autónomo. Su diseño está pensado para maximizar el uso del agua en climas hostiles.
Las prácticas respetuosas con el medio ambiente sustituyen a los antimicrobianos en los colmenares de Ghana, trabajando en una una apicultura sostenible.