Congreso ACADES: “La relevancia que tiene la agricultura para nuestro país, tanto para su consumo como para su gestión agroexportadora, es importante”
Por Congreso ACADES
La agricultura es una de las actividades que más afectadas se ha visto debido al cambio climático. Con una serie de condiciones adversas, siendo la sequía una de las principales, surgen desafíos para abordar esta problemática relacionada al agua. El escenario actual ha llevado a que, en zonas interiores de la Región de Coquimbo, como es el Valle del Limarí, teman que la agricultura llegue a su fin, de no encontrar soluciones hídricas.
German Wielandt, Gerente General de Agroriego Tattersall e Hidrotattersall y expositor del Congreso ACADES “Nuevas Fuentes de Agua para Chile”, abordó los desafíos que enfrenta la agricultura chilena, destacando la necesidad de encontrar soluciones innovadoras para brindar seguridad productiva a zonas agrícolas que hoy se encuentran en peligro debido a la sequía extrema.
El ejecutivo refuerza que uno de los principales desafíos en la agricultura a nivel nacional es diversificar las fuentes de agua, buscando soluciones concretas que permitan solucionar el problema, como lo puede ser la desalación. “En mi consideración, los principales desafíos pasan por aumentar y diversificar nuestra matriz o fuentes de agua, junto con abordar aspectos de calidad. De esta forma, se puede dar seguridad productiva a zonas agrícolas existentes y permitir el establecimiento de nuevas áreas de irrigación”.
La Sociedad Agrícola del Norte (SAN) ha mencionado que, debido a la falta de agua, las hectáreas productivas han disminuido en un 50%, lo que se ve reflejado en una disminución de fuerza de trabajo, afectando directamente a familias y habitantes de estas zonas.
“La desalación puede ser una fuente real y efectiva, tanto técnica como económicamente. Transformar el agua de mar con altos contenidos en sales, en agua apta para cultivos y frutales, es algo que se puede aprovechar e incorporar en zonas afectadas”, menciona Wielandt.
En relación al abastecimiento de agua para regadíos en Chile, Wielandt señala que actualmente la gran mayoría depende de proyectos de embalses, canalizaciones y agua subterránea a través de pozos. Agregan que, la desalación ha sido una gran solución, donde, por ejemplo, en Copiapó, el 60% de la producción de la planta desaladora de Aguas CAP, va para riego y consumo humano.
Actualmente, la permisología ha sido otra arista que se ha presentado como un obstáculo a la hora de tener más plantas desaladoras, donde pueden tardar hasta ocho años en construirse. Wielandt recalca la importancia de ocupar este tipo de fuente no convencional para potenciar la agricultura: “Debemos internalizar bien el problema real que atravesamos en cuanto a disponibilidad hídrica y sus consecuencias para el sector agrícola. Analizar la relevancia y potencial que tiene la agricultura para un país tanto para su consumo como para su gestión agroexportadora es importante. Como país hay que estar dispuestos a asumir costos y externalidades que conllevan este tipo de proyectos, generando políticas públicas que agilicen las permisologías y faciliten la inversión, ya sea pública, privada o mixta.”
El ejecutivo considera que en las regiones donde ya existe una experiencia y competencia agroexportadora, los proyectos que ocupan agua desalada son los con mayor ventaja.
“El país cuenta con infraestructura crítica (carreteras, puertos, embalses, sistema hídrico de distribución, etc.), pero desde hace años están afectados por el déficit hídrico. Sectores como Chacalluta en Arica y Parinacota, Copiapó en Atacama, Valle del Limarí y del Elqui en Coquimbo, y Petorca o San Antonio en Valparaíso, son buenos ejemplos”.